Capítulo 1 - El cerillo encendido

150 8 2
                                    

                                         La vida te dice a golpes cuando tienes que cambiar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

                                         La vida te dice a golpes cuando tienes que cambiar. 

                                                                                    -------

 ¿Hace cuánto fue ya? 

Sin embargo, por más que lo recordara, el joven hombre había olvidado la cantidad de tiempo que transcurrió sobre él desde ese instante en que se dio cuenta que no era invencible, que podría ser asesinado en cualquier día, y que ese dato, tan aterrador como fascinante, que hacía ver al mundo tan gigante, y lleno de variedades y riesgos, lo hizo esforzarse por ser más fuerte, más grande, más potente, y ganarle a todos de un puño. 

Sí, la meta suena increíble, pero sólo como meta. Es maravilloso trazarse un límite y luchar por él hasta la muerte, pero si se llega a él ¿Qué sigue? 

A veces sí que lograba recordarlo con lucidez. 

La sangre recorría su cabeza, y algunas partes de su cuerpo, como sus brazos y sus piernas, saliendo casi con prisa, mientras que él era golpeado repetidamente por esa bestia Cangrejo, sin moral ni pensamiento, que sólo buscaba venganza, la más pura y primitiva. Era lanzado a los aires y sentía como la vida se esforzaba por mantenerse a él a pesar de las patadas que el destino le propinaba y que la obligaban a esfumarse. No lo olvidaría jamás, ese día que le cambió la vida. 

Tampoco olvidaría cómo su cerebro se encendió, el foco funcionó y saltó sin pensarlo dos veces hacia el ojo de esa bestia, jalándola con su corbata con una fuerza adquirida por la adrenalina, una fuerza inconcebible que hizo que se arrancara y el inimaginable dolor de su ojo se tradujera a esos agonizantes gritos de destrucción que lanzaba sin ton ni son hasta ahogarse con sus propias tripas y terminar como un mosquito muerto en el suelo. 

Desde que vino ese día su vida cambió. Fue un día increíble, como el día en que el profeta recibe revelación divina o el día en que el científico descubre la manera de comprobar su teoría, pero el resto de su vida, al parecer, gastó toda su emoción en ese momento. Suponía que aún le quedaba demasiado por vivir, pero muy poco por vivir realmente. 

Ese dichoso momento. ¿Cuántos genios pueden presumir que su día legendario fue su condenación? 

 ¿Cuántos genios pueden presumir que su día legendario fue su condenación? 

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Mi princesa furiosa (SaiTatsu)Where stories live. Discover now