Capítulo 4 - Los últimos preparativos

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  - Me enteré  que el plan del cual habíamos hablado va viento en popa, ¿es eso cierto? 

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  - Me enteré  que el plan del cual habíamos hablado va viento en popa, ¿es eso cierto? 

 - Así es, señor Gyoro. 

 -  Me parece perfecto. Sin embargo, es ahora que necesitamos ponernos atentos a todo lo que la Asociación de Héroes haga, no vamos a esperar a que, por algunos percances y descuidos, la situación sea crítica para así actuar con cautela y dedicación ¿estamos? 

 - Sí, estamos - dijo Black Sperm. 

 - Perfecto. En otras noticias, quiero saber cómo está el recién reclutado, ¿alguien tiene información sobre este hombre? 

 - Yo, señor - dijo Phoenix Man - está recluido en una de las habitaciones, recuperándose para cuando yo pueda traerlo aquí, ¿se requiere de él ahora mismo? 

 - No, sin embargo mantenlo vigilando. Lo necesitaremos pronto. 

Luego, en esa cueva húmeda se oyó la voz de Gyoro Gyoro dirigiéndose a todos. 

 - Estando al tanto de las noticias, les pido que actuemos desde ya, cada quien irá a la ciudad que en este momento Lord Orochi les asignará, y también él les comunicará las fechas en las que deberán moverse de ciudad - decía todo con un tono casi femenino - y obviamente la ciudad a la que deberán ir en las respectivas fechas. 

Todos vitorearon, "arriba Lord Orochi, arriba Lord Orochi", incluso parecía que oyesen desde el estómago de la bestia a la misma cucaracha que se había devorado unas semanas atrás vitorear con ellos, como si su lealtad estuviese por encima de su propia pútrida e insignificante vida, y así es como a Gyoro le gustaba oírlos. Rindiéndole honor a su creación. 

"Si seguimos así, dentro de poco la ciudad será nuestra." 

                                                                  Saitama y Genos de compras

Había pasado tanto tiempo desde que el calvo con capa pudiese sentirse mínimamente interesado por algún suceso. Eso que se le estaba diciendo le parecía increíble. Un viaje alrededor de todo el país para descubrir y encontrar todo tipo de kaijins, lo mantenían ocupado en sus pensamientos. Si la libertad era no ser preso de ningún suceso y que todo te de igual, prefería ser "preso" de sus emociones, de sus pasiones, de sus locuras. Valía mil veces más la pena. 

Genos le preguntaba sobre los alimentos que debían comer para el almuerzo, y él, con esa sonrisa casi creída le iba diciendo lo que tenía que hacer. Sonrisa de un corazón satisfecho, o al menos expectante, que palpitaba con fulgor ante las noticias que le importaban. Corazón que, contra lo imposible, hacían ver la compra como algo más banal. 

Era hermoso tener propósitos porque así se vislumbra todo el camino, todo se ilumina y se es capaz de notar toda la virtud en lo más cotidiano, como una comida o un lugar concurrido. Amó la luz, amó poder tener comida, amó todo. Aún era tranquilo y de todos modos, en el fondo, esa deprimente tristeza en la que todo parecía dar igual estaba allí...pero muy en el fondo, así que a quién le importaba. 

Mi princesa furiosa (SaiTatsu)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant