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𝗢𝗹𝗶𝘃𝗶𝗮 𝗞𝗲𝗲𝗻𝗲

No había pasado unos muy buenos días, pero estaba orgullosa de que no había dejado de hacer nada que me gustase por lo ocurrido.

Además, mi padre había estado algo mal también por el fallecimiento de su amigo.

-¿Estás mejor?-me preguntó Aisha mientras esperábamos a que mi padre o el sensei Kreese nos indicaran algo.

-Algo así-respondí-. Mientras no se besen en mi cara.

Ella me abrazó de lado.

-Necesitas despejarte de este ambiente-mencionó-. La actividad que propuso el sensei Kreese te sentará bien.

Yo asentí a la vez que mi padre salía de su oficina.

-Poneos el gi-dijo-. Empezamos en cinco minutos.

Un murmullo confuso se escuchó por todo el dojo.

-¿Los gi?-cuestioné.

-Sí, ¿qué pasa?-preguntó mi padre.

-Creíamos que íbamos al bosque-contestó Miguel.

-¿Al bosque?-cuestionó mi padre, confuso.

-Creo que hay que separar a los hombres de los niños-habló Kreese-. Bueno, y las niñas también.

-¿Cómo?

-Coyote Creek.

-Dudo que estén preparado-le susurró mi padre a Kreese, pero no lo hizo muy bien.

-Solo hay un modo de averiguarlo-respondió Kreese.

-Estamos listos, sensei-aseguró Halcón-. Queremos demostrarlo.

Yo asentí dándole la razón.

-Lo decide el sensei Lawrence. Si a él le parece bien, y solo si le parece bien, iremos.

-Bien, ¿a qué esperamos? Andando-respondió mi padre haciendo que sonriera.

[...]

Estábamos divididos en dos equipos: el negro y el rojo.
Yo estaba en el rojo junto a Aisha

-Señores. Señoritas. Bienvenidos a Coyote Creek-dijo Kreese-. Os hemos dividido en dos equipos. El rojo... y el negro.

》El objetivo es capturar tantas cintas del otro equipo como podáis. Hoy, quienes tenéis en frente no son vuestros amigos.

》Ni vuestros hermanos. Son el enemigo. El equipo que más resista gana.

-¿Cómo se consiguen las cintas?-cuestioné.

-Por cualquier medio posible-respondió.-. No hay reglas.

-Usad la cabeza, es un entrenamiento-dijo mi padre.

-Sí, pero recordad-dijo el sensei Kreese-: esto es vuestra vida. Si la perdéis... morís

-Hola. Perdón por llegar tarde-se disculpó, Raymon-. Había mucho tráfico en la 118 y Coyote Creek no salía en el GPS.

-¿De qué vas vestido?-cuestionó mi padre.

-Ah sí, he decidido cambiar mi estilo al de Halcón, te admiro-dijo Raymond.

El aludido puso una mueca.

-A partir de a hora podéis llamarme Stingray-siguió Raymond.

-Muy bien, gordo. Va contigo-le dijo papá a Kreese.

-Genial-contestó Kreese, sarcástico.

[...]

Me dispersé pues creí que al ir yo sola podría llegar más lejos. Y puede que lo estuviera consiguiendo dado a que ya tenía unas cuantas cintas conseguidas.

Solo tuve que caminar un poco más para encontrarme con Tory.

-Anda, mira quién tenemos aquí-mencioné con una sonrisa, burlona.

-Estás dolida, ¿no?-me preguntó con falsa pena.

-No te imaginas cuánto-dije con sarcasmo.

Sí que me dolía, pero eso ella no tenía que saberlo.

》Supongo que no tanto cómo tú ya que te caigo mal por ser la ex de Miguel.

》¿Te da miedo que siga sintiendo cosas por mí?

-No.

-¿Segura, amor?-cuestioné con un puchero falso-. Pienso que solo te usa por despecho, pero tú verás.

Ella vino hacia mí para tratar de patearme pero me aparté antes de tiempo para que no lo hiciera.

Volvió a acercarse pero la tomé del brazo, reteniéndola para luego patear su estómago.

Después ella hizo un movimiento haciendo que ambas acabáramos en el suelo.

Tomé uno de sus brazos para que no pudiera moverlo y le quité la cinta, sin contar con su otro brazo.

Ella también me había quitado la cinta a mí.

Suspiré mientras apartaba su brazo de mí con brusquedad.

Bajé la colina yendo hacia donde estaban los demás.

-¿Te han eliminado?-me preguntó Aisha.

-Sí, he empatado con Tory-respondí.

Ella apretó los labios.


24•03•2024

𝗜 𝗸𝗻𝗼𝘄 𝗜'𝗺 𝗻𝗼𝘁 𝘁𝗵𝗲 𝗼𝗻𝗹𝘆 𝗼𝗻𝗲 || 𝗠𝗶𝗴𝘂𝗲𝗹 𝗗𝗶𝗮𝘇Where stories live. Discover now