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Palabras: 830
Advertencia: Nostalgia. Inquietud. Dolor.
Comentarios míos: Ya, Aemon Targaryen se fue a la Carnicería Myriense. Disfruten 😉 Voten ⭐ Y comenten 🖊
King's Landing
Dragon Pit
92 d.C
Aemon Velaryon era sostenido por su abuela Lady Jocelyn para que su madre con Laena en sus brazos, se despidiera de su abuelo Aemon. La tensión era palpable para el menor de apenas un verano y ocho lunas. Estando ya cerca de su segundo día del nombre, los padres del infante ya estaban moviéndose para celebrar aquel acontecimiento esta vez en Driftmark.
Lástima que aquello se tuvo que suspender cuando la amenaza de un control Myriense sobre la Isla de Tarth.
Lord Cameron Tarth, el Lucero de la Tarde, mando misivas de urgencia ante el peligro que su región estaba sufriendo. Las cuales fueron respondidas por el Rey Jaehaerys I y su consejo, enviando un ataque liderado por aire por el príncipe Heredero Aemon Targaryen junto a su dragón Caraxes y, por mar, liderado por Lord Corlys Velaryon con una gran flota. El Lord de Driftmark ya había marchado, solo faltaba el príncipe Heredero quien se despedía de su familia antes de montar en Caraxes.
—Cariño, todo estará bien. Ya verás que regresare con la gloria de una batalla ganada —comentó Aemon acariciando el brazo de Rhaenys.
La joven princesa de apenas 18 primaveras sonrió a su padre con miedo en su mirada ¿Y s lo herían? Los Myrienses eran peligrosos piratas que asesinaban, envenenaban, torturaban sin piedad, no podía evitar preocuparse por el bienestar de su progenitor. No podía perderlo, quería que siguiera con ella en vida apoyándola en sus decisiones y haciendo reír a su pequeño. La conexión que ambos tenían era tan especial que presentía que su hijo sería tal como él. Un fuerte guerrero que luchara por y para la protección de su familia.
—Ten mucho cuidado padre —pidió Rhaenys, moviendo a Laena para que no llorara. La niña estaba inquieta últimamente y creía que era por el ajetreo de Driftmark ante los preparativos al onomástico de Aemon—. Vuelve a tu familia, por favor.
Aemon asintió a su hija.
—Claro que regresare —dijo mirando a su hija y a su esposa como si aquello fuera una ofensa grande para él—. Y cuando regrese... —Tomo con cuidado a la bebe Laena para tenerla en sus brazos. La bebe rio de manera infantil en alegría—. Me llevare a esta pequeña a su primer paseo en dragón. Hay que seguir con la tradición familiar.
