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Palabras: 1430
Advertencias: Emoción. Sorpresa.
Maratón: 2/5
Comentarios míos: Ya llego el último hermanito de Aemon 🥺💖 Disfruten, comenten y voten 😉
Driftmark
94 d.C
Novena luna, segundo día.
Aemon Velaryon no cabía en su felicidad. Su madre estaba por tener a su hermano o hermana.
Habían pasado al menos una luna de su onomástico 4, cuando su madre comenzó con los labores de parto. Todos se movilizaron tan rápido que ignoraron al completo la presencia de cierto dragón que dormía cerca de Meleys. A excepción de Aemon y Laena, que emocionados trataban de decirle a su padre, pero ante la emoción del nacimiento, se olvidaban del tema.
La princesa Gael y la tía Maegelle se encontraban con su madre dentro del aposento. Resultaba imposible de creer que Oldtown acepto el envió de una septa y un Maestre a Driftmark, sin la necesidad de ser atemorizados por la Reina Roja. Aemon creía que era porque no querían enfrentarse a la furia de una princesa Targaryen con dragón. Lástima para su madre que no tuvo la oportunidad de asustar a los Maestres de Oldtown.
—Necesitamos más toallas niña, apúrale —dijo una sirvienta a una jovencita que se encontraba frente a ella.
Su padre caminaba de un lado a otro como un dragón herido sin poder volar. Tío Vaegon estaba observándolo, mientras leía un libro de política. Al leer el nombre, vio que contenía información de Lys y sus familias importantes ¿Le estaban buscando un esposo digno a Gael? Ojala estuviera cercano a su edad, porque si era un viejo mayor cuarentón —que su padre no escuchara sus pensamientos— y viudo, buscaría la forma de tener un dragón, para quemarlo vivo.
Nadie tocaría a una mujer si ella no le daba su consentimiento.
—Padre, ¿Crees que podemos ir a ver a Meleys? —Pregunto.
Laena estaba algo inquieta, para tener 2 días del nombre, cumplidos hacía 8 lunas atrás, tenía una percepción del mundo bastante desarrollada. Su hermana sentía que algo no estaba bien con su madre. Miraba la puerta y después el pasillo por dónde venían las sirvientas. Se removía incomoda en la silla a su lado. Por eso quería alejarla de ese lugar, para que no fuera estresante ante la espera.
