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Investigación:

Mandamos a mi padre y a policías que trabajan personalmente para L, nosotros les damos órdenes desde aquí.

—¡Cuidado! ¡Cuidado! —se escuchó por los micrófonos.

Les aclaro que L no me hizo preguntas sobre lo de anoche, lo cual no es normal en él.

Apreté un botón para poder comunicarme con mi padre.

—¿Papá? ¿Qué ocurre? ¿Puedes hablar?

—…Light. —Al fondo se escucharon disparos y algunos gritos de ordenes—. ¡Matsuda y Aisawa acaban de morir! ¡Parece que de un ataque al corazón! —me informó papá—. ¡Todos, fuera! ¡Salgamos de aquí, dense prisa! —Lo último fue una orden dirigida a los policías que están con él.

Me congelé por un momento, luego sonreí en mis adentros. Este Kira…, no es tan tonto como pensé. Esto me recuerda a Misa. Tal vez subestimo mucho a los demás.

—Ryusaki… —Mire a L que solo escuchaba lo que pasaba por los micrófonos. Lo he mencionado como preguntándole qué hacer.

—Era de esperarse que los matará. —Hablo TRANQUILO lo que en serio no para de sorprenderme.

—Perdimos a dos miembros de este caso.

—Sí, es una pena, ya no habrá un Matsuda que nos ayude con nuestro impulso vengativo. Y no habrá un Aisawa que no me soporte —no lo dijo de forma sentimental, lo dijo simplemente por decir.

Solo quedan Mogí y mi padre.
Sobre Mogi que se hacía pasar por el guardaespaldas de Misa: Mogi no fue llevado al hospital porque no se lastimó. La limusina en la que iban los dos se cachó contra un poste.
Misa iba en el asiento de copiloto. Y dada la intensidad del repentino choqué: se golpeó la cabeza.

—Adiós —proclamó como si yo no estuviera ahí, al lado suyo escuchándolo.

—¿Ehm? —emití sin entender cuando lo oí decir ese: «Adiós».

—No me tomes en serio —me recordó al notar mi desconcierto.

—Ya lo sé.

Después:

—Estuve corriendo a ayudar a que Matsuda y Aisawa se levantarán, al parecer los habían golpeado tanto que no tenían fuerzas… —nos explicó mi padre mirando al suelo con una mirada perdida y devastada.

—Entiendo. Watari, informa sobre sus muertes, a la esposa de Aisawa, y a la familia de Matsuda.

Watari Asintió.

—Es una pena. —dije yo, cerrando los ojos por un momento mientras me levantaba de mi sillón para ir a cualquier parte del cuartel.

—¿A dónde vas hijo? —Mi padre se desconcertó.

—A ninguna parte.

Azotea:

Estoy aquí, esta vez no llueve, me pareció buen lugar para estar solo un momento, mejor que mi habitación.

Aquí es donde hace meses L se estaba mojando con la lluvia, y otra aclaración: eso es preocupante.

Me puse cerca de las barandillas, mire hacia abajo, creo que debería darme un vuelco en el estómago por la tanta altura, pero eso no ocurrió.

Un viento muy fuerte me llego, casi me hizo temblar, el viento en altura es mucho más helado.

Pensé sobre todo lo que había ocurrido, y lo que probablemente ocurriría.

Este es el día once desde que dije: «Trescientos sesenta y cinco días».

Escuché el ruido de unos pasos que supe distinguir muy bien (porque no lleva zapatos), sonreí satisfecho.

—Light… ¿Qué haces ahí? Da la impresión de que vas a saltar.

—Nunca —lo corregí sin voltearme.

—¿Estás seguro? Podría convencerte para que lo hagas —bromeo—, ¿se te ocurrió algo? —Lo sentí cerca; detrás de mí.

—Aunque lo intentases, no podrías, no soy tan influenciable. Se me ocurrieron muchas cosas, algunas estúpidas y otras lógicas.

—Eso es cierto —esa entonación indica que tiene una sonrisa en este momento—, y sobre tus ocurrencias; guardátelas por el momento.

—No me das órdenes L. —Es inoportuno que diga eso. Lo sé. Ya que si me llego a dar órdenes a mí y a los demás.

—Lo sé, lo sé. Entonces tómalo como un favor.

Retrocedí alejándome de las barandillas, me di la vuelta y me puse cerca de L.

—Tengo que admitir que estoy algo enamorado de tí. Y… y no me digas que esto es malo porque yo soy tu sospechoso, según tú en este momento. —Hice un esfuerzo para mirarlo a los ojos y no mirar al suelo, si hiciera eso me haría ver aún más… Patético.

—U‐uh. —titubeó.

¿Lo tomo desprevenido? L no me respondió, de hecho él aparto la mirada y miro a su costado, como si estuviese pensando.
Seguí su mirada, aunque la suya estuvo evitando la mía.

Inconscientemente, me sujeté ligeramente uno de mis brazos, un poco más arriba de la muñeca.

—…Yo… —me detuve y respiré un momento—. Esto no significa que te esté preguntando indirectamente si quieres ser mi pareja. Solo quería que lo sepas. —lo expliqué con un poco de nerviosismo.

—Es bueno que aclares eso. Esperabas que viniera aquí para decirme esto.

Solamente fue para compensar me a mí mismo: esperar que venga a mí, como él hizo cuando fui a su habitación a contarle lo de los sospechosos.

—Así es…

—No entiendo muy bien, explica un poco como te paso esto.

—No era consiente de este sentimiento hacia ti, y cuando lo supe… Es algo personal.

—Ya entiendo por qué te pusiste a besarme dos veces consecutivas y una aparte —sonrió como si estuviese tan satisfecho como yo hace un momento (debe de ser porque acabo de confirmar lo que ya se le ocurrió)—. Que extraño, lo sé casi todo de ti, ¿y no me permites saber esto? —Finalmente me miró—. De todos modos lo deduciré por mi cuenta.

—Tú que eres muy privado deberías entenderme, ¿no? Ponte en mi lugar.

—Si te entiendo, pero no me interesa mucho, preferiría saber más, especialmente de si, que es muy necesario.

—Oh, claro, solo te importa lo que te pase a ti. —dije con ironía.

—Eso no es cierto.

—¿Puedo…? —Dude, mientras casi pierdo el control y doy un paso hacia él, pero logre mantenerme en mi lugar—. ¿Puedo?

—No. No puedes —se puso una mano en su bolsillo—. Tal vez en otra ocasión…

¿Acaba de dar una aprobación?

—Si dejas que te bese en otra ocasión… Que no sea para tratar de seducirme y que te diga o «confiese» que fui Kira —le advertí con una expresión amargada.

—No creo que caigas. —El viento desordeno de forma leve su cabello, justo como hace unos días—, sea cual sea el caso; Kira está relacionado contigo.

—¿Qué hacer contigo? —Sonreí con suficiencia—. Nunca te entiendo del todo cuando hablas sobre algo que no quieres que entienda. L…

—Si, ambos lo sabemos, lo hago porque sé que eres muy capaz de entender lo que digo si no lo enredo totalmente.

Nos quedamos en silencio un largo momento.

—Volveré adentró.

L se fue y yo me quedé en la azotea, volví a apoyarme un poco en las barandillas. Todo ha salido bien en este sentido.

¡Ja! Salío mejor de lo esperado.

Esperaba que me mire como si fuese un ser humano asqueroso y repugnante. Solo me observo con una mirada realmente profunda, una mirada que demostraba: una profunda confusión.

Después de navidad llega año nuevo.

Cuatro días después:

LawLight- Deaht Note <NOS VOLVEREMOS A VER>Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt