Semana 7 del Mes 7:
Han pasado varias semanas desde mi última conversación con mi padre, y finalmente llegó el momento de enfrentar el problema que nos convocó. Me encuentro en el aeropuerto, con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho mientras espero mi vuelo de regreso al país. La tensión en el aire es palpable, y puedo sentir la ansiedad acumulándose dentro de mí mientras me preparo para lo que está por venir.
Finalmente, abordo el avión y me sumerjo en mis pensamientos mientras el paisaje pasa rápidamente bajo mí. Recuerdo el problema específico que mi padre mencionó durante nuestra llamada: un problema financiero en la empresa familiar que requiere mi atención inmediata. Mi mente se llena de preocupaciones y preguntas sin respuesta mientras intento prepararme mentalmente para lo que me espera al llegar.
Después de horas de vuelo, finalmente aterrizo en el país y me dirijo directamente a la empresa. La atmósfera es tensa cuando entro en la sala de reuniones, y puedo ver la preocupación en los rostros de mis colegas mientras discutimos la situación. A medida que los detalles del problema se revelan, siento un nudo en el estómago y una sensación de desesperación se apodera de mí.
Pero incluso en medio de esta crisis, no puedo dejar de pensar en ella. Su recuerdo sigue persiguiéndome, incluso en los momentos más difíciles. Me pregunto si alguna vez podré escapar de su sombra, si alguna vez podré encontrar la paz que tanto anhelo. Pero por ahora, debo concentrarme en resolver este problema y asegurarme de que la empresa salga adelante.
Es en medio de esta montaña rusa de emociones que me encuentro con ella de nuevo, en el supermercado mientras compro provisiones para una cena importante. El déjà vu me golpea como una ola, y me veo atrapada en un torbellino de sentimientos contradictorios. Intento esconderme, pero mis esfuerzos son en vano cuando las cosas se caen y la vergüenza me consume.
Pero justo cuando creía que las cosas no podrían empeorar, recibo una llamada de mi padre informándome sobre una sorpresa inesperada: mi abuela me dejó una gran suma de dinero en su testamento. Con esta nueva información, puedo ayudar a mi padre y salvar la empresa de la crisis financiera. La alegría y el alivio llenan mi corazón mientras tomo acción para resolver el problema.
Con el peso financiero levantado de mis hombros, puedo finalmente respirar con más facilidad. Aunque el recuerdo de mi ex sigue presente, sé que tengo el poder y los recursos para seguir adelante. La vida es impredecible y llena de sorpresas, pero estoy lista para enfrentar lo que sea que venga a mi camino, con valentía y determinación. Porque al final del día, estoy decidida a construir un futuro brillante, independientemente de los obstáculos que se interpongan en mi camino.
