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En ese preciso instante, la figura de René irrumpió en el salón, y Liam le lanzó una mirada cargada de hostilidad y desaprobación.

—No quería interrumpir — exclamó René

— Está bien, no interrumpes nada.

Liam extendió su mano en un intento de tomar la mía, pero yo la aparté instintivamente. --¿Vienes a clases, Elody?

Cruzando los brazos en actitud defensiva— estoy bien aquí y me quedaré aquí. Adiós, Liam

Liam me lanzó una mirada de desaprobación— ¡Todavía no hemos terminado de hablar! —dijo antes de salir del salón

René me dirigió una mirada tierna y reconfortante. —Scott está bien, puedo golpearlo si eso te hace sentir mejor

Le devolví una pequeña sonrisa— solo no quiero estar aquí...

— Bien, vamos al jardín o podemos hablar en la cafetería

Negué— no, no quiero y no puedo estar en la escuela ahora

Él me sonrió — ¿bien a dónde quieres ir?

— Tengo una idea que te gustara , ven sígueme.

René me devolvió la sonrisa y juntos comenzamos a caminar hacia la salida de la escuela. Antes de llegar a mi auto, decidimos detenernos para comprar café y algunos bocadillos. Una vez que tuvimos la comida lista, subimos al auto y nos instalamos cómodamente. Mientras estábamos dentro del auto, abrí la guantera y saqué una pequeña botella de alcohol, agregándole un poco a mi café.

René me miró con desaprobación — Scott, son las ocho de la mañana—me recordó con tono serio mientras observaba la botella de alcohol en mis manos.

Alzó los hombros en un gesto de indiferencia. -- Aquí en Ibiza, pero en algún lugar del mundo, es hora de disfrutar de un buen café con un toque especial.

Con la música sonando en el auto, conduje durante unos minutos hasta llegar a un refugio de animales. Estacioné el auto y ambos bajamos.

René me miró con curiosidad mientras nos dirigimos al refugio de animales.— Scott, ¿qué hacemos aquí?— preguntó con un tono de intriga en su voz.

— Durante el verano, trabajé en este proyecto con Hannah, la madrastra de René. Estamos colaborando en una campaña de publicidad para ayudar a estos adorables animales a encontrar un hogar. Ven, te voy a mostrar a los cachorros. ¡Los amo!

René se tensó cuando nos acercamos a los cachorros, pero aún así me siguió. Cuando intenté acercarle uno, él se alejó, mostrando cierta incomodidad. — ¿ qué ocurre no te gustan los perros?

— No.

Al ver la reacción de René, mis ojos se iluminaron y le dirigí una pequeña sonrisa burlona. --¿Les tienes miedo?

— No.

Con una sonrisa, le ofrecí el cachorro a René nuevamente.—Solo mírale esta linda carita y estas orejas tan bonitas— le dije, animándolo a acercarse al adorable cachorro.

— Tu ganas Scott, le tengo fobia a los perros.

— Está bien, René todo el mundo le tiene miedo algo.

— ¿ Así a que le tienes miedo tu?

Desvío la mirada — a nunca ser suficiente, no ser la primera opción de nadie—murmuró con tristeza

— Scott, eso es absurdo. Eres hermosa, tanto por dentro como por fuera—dijo René con sinceridad. -- Tus ojos verdes esmeralda son cautivadores, tus labios son sexys y carnosos, y me encanta el tono ligeramente bronceado de tu piel y tu cabello largo y castaño. Hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas.—No sé cómo describirte completamente, pero más allá de tu apariencia física, eres divertida, transparente e inteligente. -- concluyó con una sonrisa cálida.

El desastre que fuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora