Trigésimo Amanecer

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⊰⁠ ⊹ No te vayas ⊰⁠ ⊹

Narrador Omnisciente:

El tiempo límite que el grupo de Auron tenía para irse finalmente se había acabado y con ello, los nervios e incertidumbre invadieron el cuerpo del moreno ¿Lograría subir al barco? ¿El plan saldría bien? ¿Volvería a ver a su familia finalmente?

Al pensar en aquello pudo sentir un poco de calidez en el pecho, tal vez eso era lo único que le podría traer paz en estos momentos, pensar en reunirse con su preciada familia ¿Lo extrañarían? ¿Se sorprenderían demasiado cuando lo vieran de regreso?

El moreno puso una mano en su pecho y después sonrió –Yo también quiero verlos –Murmuro.

Pronto una mano se puso en su hombro, como queriendo darle ánimos –Principe ¿Está ansioso? ¿Necesita algo? –Pregunto el Beta pelirrojo.

Auron lo miro con media sonrisa, para después negar con la cabeza –Estoy bien, solo repasaba el plan, espero que la gente de verdad piense que solo soy un perro muy grande.

El plan que habían propuesto para poder salir del país del sol sin levantar sospechas era algo sencillo, nadie fuera de ese grupo sabía que Auron podía cambiar a su piel de lobo, así que aprovecharían eso para que Auron subiera al barco sin necesidad de usar magia en él y cubrirlo, mientras que los otros cuatro subirían a parte y separados, de tal manera en la que si atrapaban a uno, no se llevarían a todos.

–Tenemos que salir del país hoy mismo, de lo contrario jamás saldremos de aquí –Comento el moreno mientras miraba el pequeño lago que tenían fuera de la casa.

Perxita miro hacia la misma dirección y asintió con la cabeza –Una vez lleguemos al país de las nubes todo será más tranquilo, allá tendemos verdaderos aliados.

Y es que era cierto, en aquel pequeño país, tenían grandes guerreros poderosos como aliados y aunque eran pocos, no eran para nada fáciles, seguro les darían pelea a los guerreros que mandara Luzu para recuperarlo.

–Lord Perxita, Príncipe Auron, es hora de irnos.

Ambos voltearon a ver a la rubia que los llamaba, tras mirar a la dirección en donde se encontraba el castillo del sol, Auron asintió con la cabeza.

–Vamonos.

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La manera en la que el Alfa Spreen dio con el paradero del príncipe Auron no fue sencilla ni rápida, tardaron casi un mes, tuvieron que rastrear y revisar bajo cada una de las piedras que encontraban en su camino, pero ser tan minuciosos dio resultados.

Un par de días antes de que acabará la semana, el grupo de lobos encontraron algo, un chico moreno de cabellos blancos, quien siempre estaba acompañado de un extraño chico de cresta y uno de lentes, que siempre portaba una capucha, sus principales sospechosos eran ellos, pues no descartaban la idea de que ellos pudiera tener un nuevo look para evitar a los guardias comunes.

Spreen tuvo que pensar rápido para que el Omega no se le escapará de nuevo y perdieran para siempre su rastro.

Cuando analizó la situación se dio cuenta que aquel pueblo estaba demasiado cerca de un puerto, precisamente el puerto de donde salían los barcos a otros países, no tuvo que analizar ni preguntar más, Auron estaba pensando subir a un barco con rumbo a su país pero ¿Cuando? ¿Si quiera tenían tiempo para avisar al rey de que lo habían encontrado? La respuesta corta era no.

Lo que podían hacer era vigilar de cerca al Omega, mientras otro grupo iba a informarle al rey lo que habían descubierto, sin embargo no podían hacer más pues no había tiempo como para organizar un grupo especializado y bloquear de nuevo los puertos y atraparlo.

Por lo que una vez notificaron a Luzu, rápidamente regresaron al pueblo en donde habían ubicado a Auron, pronto descubrieron el día que saldría el barco que tomaría el Omega y su grupo, lo iban a interceptar antes de subir, lo harían en la madrugada.

Esa noche estaba siendo fresca, el viento de vez en cuando soplaba y dejaba una sensación de frialdad cuando pasaba a tu alrededor, el grupo de Auron estaba listo para salir, no portaban maletas o algo que les pudiera estorbar en caso de tener que escapar.

Mientras ellos salían de la cabaña en la que estuvieron viviendo este último mes, caminaron juntos, esperando llegar al pueblo para poder separarse como había planeado, sin embargo el grupo de lobos que estaban bajo al mando del Alfa Spreen, estaban en los alrededores, observándolos, esperando el momento indicado para atraparlos y aquel momento llegó cuando se adentraron al bosque.

Fue una emboscada, el grupo de Auron estaba rodeados por el grupo de caballeros, todos listos para apresarlos y subirlos a los carruajes designamos, para llevarlos ante el rey del sol y aunque ellos intentaron escapar no lo lograron, fueron cazados al final, tras unos minutos de persecución, los tuvieron a todos amarrados y juntos, de a poco les quitaron la capucha para comprobar su identidad.

El primero fue el beta pelirrojo, lo identificaron como Perxita el caballero, el segundo el beta de lentes, era Juan el noble que apoyaba a Auron, la siguiente fue la rubia, se trataba de Biyin la sirvienta del príncipe, tras reconocerlos a todos, se dirigieron al último encapuchado.

–Principe Auron, se escondió bien, pero no suficientemente bien, no puedes esconderte de mi olfato –Comento el Alfa Spreen con una sonrisa.

Dicho esto procedió a quitar la capucha del último, pero al hacerlo una cabellera larga y rizada callo, quién estaba bajo la capucha no se encontraba el príncipe, sino una chica de grandes ojos y pestañas largas, se trataba de la bruja Ari.

–Pues al parecer si se escapo de tu olfato –Comento la chica con una sonrisa burlona.

Spreen chasqueo la lengua, comenzando a dar órdenes para buscar por todos lados al príncipe, pedía que regresarán a la cabaña y que fueran al puerto, que peinaran el bosque entero, si ese Omega salía del país sus cabezas serían cortadas.

–Alfa Spreen, tenemos problemas ¡Hay órdenes que vienen desde el castillo! –Grito un caballero en medio de la búsqueda.

Spreen rodó los ojos ¿Ahora que quería el rey? Se suponía que no podía haber otra cosa más importante que está –¿Qué clase de órdenes? Estoy ocupado aquí.

El caballero sacudió la cabeza –Estamos en código rojo.

–¿Qué?

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Auron fue el único que salió solo y que saldría a otra hora, pues él tendría que cambiar a su piel de lobo para subir al barco y por ende su entrada y ruta sería otra, por lo que eso pasó, el Omega espero una hora para poder salir de la cabaña.

Cuando salió su lobo comenzó a aullar, estaba inquieto como si le estuviera advirtiendo algo, pero el moreno no lograba entenderlo bien, por lo que solo se dirigió al bosque, atribuyendo esa inquietud de su lobo con los nervios de estar escapando, fue por eso mismo, que tampoco cambio con él de inmediato, pensó que si lo hacía su lobo tomaría el control con facilidad y lo llevaría a otro lugar.

Para sorpresa de todos Auron logro salir del bosque sin problemas, incluso paso por el pueblo sin problemas, ya podía divisar el barco en el que subiría, cuando bajo su capucha para poder comenzar su transformación escucho un grito tras de él.

–¡Principe Auron! No se vaya.

El Consorte Real ||Omegaverse Luzuplay||Where stories live. Discover now