33°

19 1 0
                                    

¿En donde estoy? ¿Me morí? ¿Porqué todo esta tan oscuro? Lo único que escucho es mi propia respiración...

Tan pronto un resplandor apareció ante los ojos de Rérica, su visión volvía poco a poco a la normalidad, escuchaba el sonido del monitor que marcaba sus signos vitales, claro estaba que en una habitación de hospital.  Se encontraba sola, intentaba levantarse pero su cuerpo aún seguía débil. ¿Qué carajo había pasado? Era lo que pensaba, no lograba recordar aún donde estaba antes ni que fue lo que sucedio.  Miró la tablilla con los datos médicos que estaba colgado a un lado de la cama, y miró la fecha 12 de Octubre...¿Octubre?

Repentinamente un par de flashes en su cabeza se hicieron presentes y todo empezó a recordar....

—¿Daniel? Si... ya hable con mi madre, al parecer no ha tomado bien la noticia—dijo algo cabizbaja al teléfono.

—No te preocupes, estoy bien... saldré un rato con mis amigas... volveré antes de la cena, hasta luego amor—dijo finalmente y terminó la llamada.

La persona que le había enviado noticias  acerca de la muerte de su padre, había enviado a una persona para darle más detalles de donde seria el encuentro de ambos. Rérica pensaba que era una locura, pero quería saber la verdad.

No faltaba mucho para la hora del encuentro, así que decidió ir adelantándose. Tomó sus cosas y se dirigió a la dirección que le fue proporcionada por la asistente del misterioso hombre. Después de unos 45 minutos de trayecto. Se encontro con una casa de campo a las afuera de la ciudad, todo se veía bien. Tan pronto llegó a la entrada del lugar, fue recibida por gente que custodiaba el lugar y enseñó la invitación que le había sido proporcionada, le dieron acceso rápidamente.

Tan pronto bajo de su automóvil, la servidumbre le recibió y le guió hacia un salón donde esperaría al misterioso hombre de aquella carta. Se dedicó unos minutos a observar el lugar. Era pequeño, pero su decoración es elegante. Se sentía como estar en un pequeño castillo. Vio una pequeño piano y sus partituras, se acercó y tocó un tecla de aquel piano. Se abrieron las puertas, y se asustó, entró un hombre alto, de cabello oscuro, a la altura de los hombros, se sorprendió al ver de quien se trataba.

—¡¿Tú?!—se quedó boquiabierta al verlo y este le esbozaba una gran sonrisa.

—Bienvenida Rérica, me alegra que aceptaras mi invitación, ¿por cierto te gusta mi pequeña pianola?

—Lo siento, me dio curiosidad, tengo una prima que es pianista y me recuerda mucho a ella, se llama Lina.

—Soy un gran admirador de los grandes compositores y tengo una afición a la música clásica.

—¿Dmitri? ¿Sí es tú nombre real?

—Solo contigo me he presentado con mi nombre real, eres afortunada. Para todos los demás tengo distintos nombres.

—¿Quién carajo eres? Y porque sabes tanto de mí padre y los Rocaluz.—dijo retrocediendo, mientras el hombre se acercaba a ella y le tocó su cabello.

—Eres muy bonita, de verdad no entiendo porque ese bastardo tiene tanta suerte, no temas no te haré daño—dijo mientras le indicaba que tomara asiento.

—¿Qué es lo que quieres hacer con Rubén?—dijo Rérica con algo de nervios.

—Mi plan era asesinarlo, pero como dije antes, es un bastardo con suerte...—dijo mientras bebía su té y le invitaba una taza a ella, mientras dudaba en beberlo.

—Sabes ya me cansé de ser una estúpida que no sabe nada, ¿que tiene que ver él con la muerte de mi padre? ¿Porqué yo no se nada?

—Antes de que vinieras aquí, una parte de esa historia que te redacte en aquella carta, se aclaró, por eso me veo en la desgraciada obligación de ayudarlo, y a tí te debo decir la verdad. Querida Rérica, se que para ti soy el extranjero nuevo en la ciudad, que solo iba a beber café, pero en realidad soy un agente del gobierno. Cegado por la ira, estaba dispuesto a acabar por el, un ajuste de cuentas. Rubén era mi antiguo compañero en la milicia.

Bambiro's ClubDonde viven las historias. Descúbrelo ahora