más que algo • blas x juani

ellos (no) están en algo

"tengan las valijas para la semana del 21 de marzo." bayona daba por finalizada la charla.

después de aquella reunión general se les pidió que volvieran en un mes para una clase de conferencia.

durante las últimas semanas de febrero y las primeras de marzo, muchos empezaron nuevos proyectos, pero algunos no habian tenido la misma suerte.

uno de ellos era blas, quien no había conseguido ningún nuevo proyecto.

para polidori no había sido el mejor mes, su mente hacía mucho ruido y no había tenido tiempo para pensar lo suficiente.

la situación con juani se había vuelto tensa.

siempre que se separaban, no dejaban de enviarse mensajes, llamarse, contarse cosas.

pero el último mes, blas dejó de responder todas las llamadas, y comenzó a dejarlo en visto.

hola blas, ví una entrevista que hiciste, ¿cómo estás?

en visto.

¡blas! mira, estamos en un café 2d, cuando vengas a buenos aires te invito.

en visto

juani seguía enviando fotos, o compartiendole videos en redes sociales.

esta vez, era una foto suya, mostrando un hermoso lugar con paredes dibujadas, cómo 2d.

se veía lindo, pero lo que realmente hizo que blas hiciera zoom en su celular fue el segundo café en la mesa del de ojos claros.

uh, re fachero, ¿con quién fuiste?

vine con guido... ¿cómo estás? ¿hoy a la noche te puedo llamar?

en visto

guido robledo, no soportaba ese nombre.

lo comenzaba a soportar cada vez menos cuando lo escuchaba en la televisión, pero sonaba doloroso en la boca de juani.

¿pero quién era él para decirle algo?

no eran nada, y jamás iban a serlo.

blas comenzó a entender esa idea poco a poco, pero decidió ignorar el hecho, porque él y juani estaban bien así.

cuando santi le recordó que no había un vínculo más allá de la amistad, volvió a caer en la realidad.

jamás iban a estar juntos, y eso lo afectaba todos los días un poco más.

ahora le dolía pensar en juani.

es por eso que su decisión fue esquivar, esquivar todo sentimiento y pensamiento
relacionado al mayor.

alejarse un tiempo era lo correcto, cuando su pecho dejara de agitarse iba a volver a la normalidad.

por ahora, debía contenerse ante sus ganas de escribirle, de escuchar su voz, de ver su cara.

así lo decidió, pero el tiempo no le dió lugar para prepararse a la conferencia que ya estaba frente a él.

todavía no quería verlo, no podía, sentía que sus piernas iban a fallarle si lo hacía.

"che, blas, ¿me escuchaste?" preguntó santi tocándole el hombro, hace ya varios minutos que le estaba hablando, pero no había ninguna respuesta.

"si, no, digo, no, no te escuché, ¿qué dijiste?"

"te pregunté si comías ese sanguchito."

"no, amigo, comelo vos si querés"

el rubio pudo notar una tensión extraña entre el dúo de rulientos: