Mimi

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Mía's pov

Estaba tumbada en mi cama mientras realizaba unos informes que me había encargado mi padre, Matu había salido a correr con Agus Pardella ya que lo consiguió convencer y Felipe estaba en el salón, creo. La verdad es que no hablaba ya casi con él, habían pasado como dos semanas, y aunque me siguiera gustando, porque eso no se iba a ir de la noche a la mañana (y menos si lo tenía que ver todos los días) intentaba evitarlo.

No estaba a gusto hablando con él y aunque Felipe hubiera intentado sacarme conversación los primeros días, decidió desistir al final.

La puerta de mi habitación sonó y yo me quité los cascos para gritar un: "adelante", el anteriormente nombrado se asomó.

-  ¿Sabés dónde está mi remera de Nike? – preguntó

- No – contesté seca – Si no está en tu armario estará a lavar

-  Vale, gracias – se quedó ahí quieto, yo bajé la vista para seguir – Oye Mía – hice un ruido indicando que le escuchaba – Perdón si te hice algo

¿Si me hizo algo? ¿Y este?

- Vale – dije sin mirarlo – Cierra la puerta al salir

- Me estoy disculpando

- Lo sé... pero ni siquiera sabes qué me has hecho, eso es una disculpa vacía. Y aunque lo supieras, no te perdono

- ¿Por qué? – preguntó yo lo miré, estaba cruzado de brazos en el marco de la puerta

- Porque no me da la gana. No voy a caerme dos veces en la misma piedra – dije – Vete, estoy trabajando

Desistió y se marchó, cerrando la puerta al salir.

A la hora de comer, salí de la habitación, ninguno de los dos estaba, ya deberían de haberse ido a rodar, yo le mandé fotos al personal de la cocina y me hice unos raviolis con tomate.

Comí viendo Tiktok, luego lavé los platos y fui al salón con un café en las manos para verme una película. Era muy aburrida mi vida ahí, la escuela de idiomas ya me había dado el título y no tenía nada que hacer, así que mi rutina cuando estaba sola, siempre era la misma, trabajar, comer, ver una serie o una película, echarme una siesta, comer algo, bailar o ensayar alguna canción por mi cuenta, cenar, estar con Matías y volver a dormir.

Me quedé absorta en mis pensamientos cuando escuché como mi móvil sonaba, me levanté un poco para ver quién era, pues el móvil estaba en la mesita, era mi madre, descolgué inmediatamente, nunca me llamaba, solo me mandaba mensajes, lo que indicaba que era importante.

- ¿Mamá? – pregunté en inglés - ¿Qué pasó? ¿Están bien?

- Ay, cielo – contestó ella con la voz rota –  Mimi...

Me llevé la mano a la boca, al escuchar lo último, no me hacía falta saber más.

- Gracie, dame el teléfono que tú casi no puedes hablar – escuché decir al marido de mi madre, también oí como se pasaban el teléfono - ¿Mía? Estás ahí

-  Sí, ¿qué le pasó a Mimi?

- Tú abuela está muy mal, los médicos le han dado una semana como mucho – mis mejillas comenzaron a humedecerse por las lágrimas – Ella quiere verte antes de irse, habla con tu padre para que te deje venir

- Voy, espera... tengo que ir al estudio. No estoy con él.

- Vale, pues vete y le dices que me llame, que es urgente – dijo él – Pero que me llame a mí o a Devin a tu mamá casi ni se le entiende

𝒮𝓀𝓎𝒻𝒶𝓁𝓁 /// Pipe OtañoWhere stories live. Discover now