Cortejo

104 22 3
                                    

«No te atrevas a decirme como mierda debo cuidar a mi hija.»

Decirle eso a un maestro de preescolar no había sido una buena idea. Ahora, tenía miedo de que ese hombre se desquitara con su pequeña Kyoka por el resto del curso.

Sin embargo, no podía seguirse dando el lujo de que la madre de su hija continuara apareciendose para llevársela. Así que estuvo pensando en varias formas de abordar ese tema con Dazai.

Faltaba una hora para salir del trabajo, y la cabeza no hacía más que dolerle en lugar de pensar en soluciones. Además, tenía que apresurarse a buscar a un abogado y pelear de forma limpia la patria potestad de su hija.

Sus ojos estaban irritados; pasó al menos dos horas y media buscando un buen bufete de abogados dónde pudieran ayudarle sin causarle tanta desconfianza, pero al no sentirse convencido de ninguno, optó por bajar la tapa de la portátil y reposar un poco.

¿Qué voy a hacer si Akiko ya va un paso adelante de mi? ¿Qué voy a hacer si me quita a Kyoka?

No pudo evitar contener el aire por toda la frustración que sentía acumulada.

✿︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶✿

—Debo decir que es un placer tenerte en el aula sin que estés hecho una fiera —canturreó Dazai después de escoltar a Chuya.

—Bueno, sobre eso —de mala gana, se rascó la nuca—... Quiero disculparme por la forma en la que te traté el otro día.

Dazai asintió levemente, —Cualquier padre se hubiera preocupado de esa forma si no encuentra a su hijo en la salida de la escuela. Debe ser difícil para ti tener que trabajar y cuidar de una niña pequeña.

—Cuidar de Kyoka nunca ha sido una preocupación para mi. No hasta ahora.

—¿Por qué lo dices? Ah, disculpa que no te pueda ofrecer una taza de té o café, está prohibido comer en el salón —una sonrisa radiante se hizo presente en el rostro de Dazai.

¿En realidad se toma muy en serio eso?, pensó el pelirrojo.

—La madre de Kyoka y yo no estamos en muy buenos términos, así que es peligroso que Kyoka espere afuera con los demás niños. No sé como pedírterlo, yo...

—¿Quieres que cuide de Kyoka hasta que soluciones este problema? —interrumpió.

—¿Eh? —Chuya parpadeó un par de veces, confundido por la abrupta interrupción.

—Te dije que mi trabajo como maestro es velar por la seguridad de mis alumnos, así que no tienes nada de que preocuparte, Chuya.

Sintió un alivio, uno tan fuerte que juraba que se desmayaría en cualquier momento. Pero su fortaleza, tan poderosa, solo le permitió levantarse del asiento e inclinarse hacia adelante para agradecerle al maestro por su comprensión.

—Sin embargo —dijo, llevando la mano a su barbilla, pensativo—... ¿No crees que es bueno recompensarme?

—Te pagan por ello, ¿no es suficiente? —el pelirrojo pasó saliva.

—Me pagan por enseñar, no por cuidarlos. No te espantes, no te pediré nada que esté fuera de tus manos... Esto quedará entre nosotros, ya sabes, dada mi posición como maestro y la tuya como padre de familia.

No obtuvo respuesta, la mirada de Chuya fue suficiente como visto bueno para continuar con su propuesta.

—Intercambiemos números, me gustaría conocerte mejor.

Rápidamente, del cajón del escritorio sacó un par de post-it y escribió su número; le extendió la hojita a Chuya y esperó a que él hiciera lo mismo.

Era demasiado tarde para negarse al respecto, después de todo, estaba pidiéndole que se tomara el tiempo necesario para mantener a Kyoka a su lado cuando el lo requiriera.

Suspirando, Chuya escribió su número de celular y extendió el papelito sobre el escritorio. Dazai sonrió un poco satisfecho.

—¡Verifiquemos si es tu número!

¡No es estúpido!

Dazai no bromeó al respecto, y se atrevió a llamarle para comprobar que no le estuviera dando un número falso.

—¿Ya estás contento? —cuestionó al responder la llamada.

—No es por desconfiar, pero dado a que eres un hombre que tiende a estar en la defensiva, vi esto como una acción necesaria —con el celular sobre su oreja, Osamu respondió mirando al pelirrojo.

—¿Ha quedado claro nuestro pacto entonces?

—Más que claro —rio por lo bajo.

✿︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶︶✿

—¿Quién era ese niño con el que tanto estabas platicando en la salida, mi amor? —recogiendo los platos de la mesa, Chuya le preguntó a la niña que seguía bebiendo de su jugo.

—Dmitri.

—¿Dmitri? Que nombre tan raro, suena extranjero.

—Dice que su papá es ruso. ¿Rusia es bonito, papá?

—Tal vez, no estoy seguro. Algún día cuando crezcas, puede que te pague un viaje a Rusia.

Kyoka asintió, almacenando esperanzada la promesa de su padre.

Y sin esperar más preguntas, la pequeña niña saltó del asiento y corrió a alistarse para dormir. Mientras tanto, Chuya no pudo evitar soltar un suspiro que llevaba conteniendo desde la mañana.

Las cosas habían salido como él quería; ahora, solo le restaba encontrar a un buen abogado para asegurarse de que Akiko no intentara jugarle chueco. En eso estuvo pensando mientras lavaba los platos y terminaba de recoger la mesa.

Entonces, su celular vibró.

Notificación: Tienes un (1) mensaje nuevo.

Una pequeña sonrisa se escapó del rostro de Chuya; salió de la aplicación de mensajería y reviso su agenda asegurándose de no tener ningún compromiso con la empresa o con su familia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Una pequeña sonrisa se escapó del rostro de Chuya; salió de la aplicación de mensajería y reviso su agenda asegurándose de no tener ningún compromiso con la empresa o con su familia.

Una pequeña sonrisa se escapó del rostro de Chuya; salió de la aplicación de mensajería y reviso su agenda asegurándose de no tener ningún compromiso con la empresa o con su familia

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Estaba convenciendose a sí mismo de que no debería darle mucha importancia a la interacción con el maestro de su hija. Al final del día, no estaba muy seguro de querer dar un paso serio con alguien después de mucho tiempo.

Y no es que estuviera ilucionado con que Dazai lo cortejara de esa manera, porque a leguas podía oler que el tipo lo estaba ligando.

«Que esto quede entre nosotros, dada mi posición como maestro, y la tuya, como padre de familia.»

Definitivamente debo ser un estúpido por haber intercambiado números con él...

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 20 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El maestro que se enamoró de un papá soltero | BSD • SoukokuWhere stories live. Discover now