Capítulo 2

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Espero a que mi sopa esté lista mientras mis dedos tamborilean sobre mis piernas, miro de repente sobre la mesa de la sala que está frente a mí, también miro la coca, mis papas y los famosos takis, estoy esperando de igual forma a que mi laptop termine de actualizarse para poder continuar viendo la serie que veo cada fin de semana cuando mi teléfono empieza a sonar, una videollamada de mi madre.

Suspiro, finjo mi mejor sonrisa y deslizo hacia arriba.

― Hola Elizabeth, hasta que te dignas a responder una de mis llamadas.

― Hola mamá, lo siento, estoy atascada de trabajo y...

― Si, si, mucho trabajo, yo te veo viviendo en el mismo cuchitril ― Me interrumpe ― No creo que trabajes tanto como dices que lo haces, en fin, te llamo porque necesitamos que ya deposites el dinero de los vinos para la boda de tu hermano, acordamos que tú lo pagarías.

- Mamá, les dije que no podría con ese gasto desde que me hicieron el comentario, Esther quiere que la acompañe en las damas y tengo que terminan de ahorrar para comprar el vestido que escogió, tengo que pagar lo que me falta de comprar, que es parte de las damas, además mis deudas y el pago de...

- ¿Esther no te lo dijo? - Interrumpe.

- ¿Decirme qué?

- Ya no eres parte del séquito de damas - Me atraganto con mi propia saliva al escuchar esto, llevo meses y meses de ahorros para pagar el vestido y el viaje a Cancún en dos semanas - Así que, necesito el dinero mañana.

- No voy a pagar el vino para una boda mamá, no está en mi presupuesto.

- Toma el dinero del vestido y la parte faltante la pides prestada en el banco, no sé, inventa que necesitas una operación médica o algo, así te atienden más rápido, pero mándame el dinero.

- Mamá, no puedo con ahogarme con otra deuda, no lo voy a hacer.

- ¿¡Cómo no vas a poder pagarlo!? ¿¡No presumes ser independiente y que tienes todo lo que quieres!?

- Mamá, no es algo que pueda solventar con mi sueldo.

- ¡Solo hazlo por tu hermano! No logro entender cómo es que no lo entiendes, no es tan complicado, él te necesita, deberías estar dispuesta a arriesgarlo todo.

- Yo necesité su apoyo cuando su padre decidió correrme de la casa, pero solo recibí un "Estás estorbando en nuestras vidas, ve y has la tuya" de su parte.

- ¡Y vamos de nuevo con lo mismo! ¡Supéralo, Elizabeth, aprende a perdonar y deja de ser tan rencorosa! ¡Él no sabía lo que hacía! ¡Tu hermano te necesita ahora!

- ¡Yo tenía quince años, mamá! ¡Él tenía diecinueve! ¡Claro que sabía lo que hacía y lo que apoyaba! Lo siento, pero no puedo pagarlo.

- No puedes hacernos esto, tú lo prometiste.

- Jamás lo hice y te consta, sabes de sobra que dije que no esa noche en tu casa.

- Él no tiene más dinero, ya ha gastado mucho, arruinarás la boda de tu hermano.

- Pues, si no tenía el dinero, no hubiera hecho una boda.

- Malagradecida, ¡Estas desinvitada de mi boda! ¡Quedas expulsada de mi familia! - La voz de Román suena en el fondo - No quiero volver a verte en mi vida, ¿Escuchaste?

- Ni quién tenga ganas de ir a tu estúpida boda y de ser parte de tu estúpida familia, vete al diablo.

Y colgué la llamada.

Román fue siempre el favorito de mi madre, soy hija fuera del matrimonio, mi madre después de la preparatoria decidió dejar de estudiar y viajar por el mundo, aunque sus planes se vinieron abajo cuando se enteró que estaba embarazada de Román, empezó a trabajar como cajera en un super mercado, porque su pareja vivía alcoholizado y gastaba su sueldo en sus borracheras diarias. Tuvo a Román, vivió tres años con aquel hombre y después de mucho maltrato la dejó por una chica que conoció en un bar. Mi madre se fue de la casa, consiguió un trabajo en la ciudad vecina, donde conoció a mi padre, tuvieron una relación por dos años, hasta que mi padre decidió desaparecer del mapa, el ex violento de mi madre se enteró de que estaba soltera otra vez y la llevó con él, nací yo, me detestó toda la vida, hasta que un día muy borracho intentó golpearme, me quejé con mi madre y pues, decidieron correrme de la casa cuando tenía quince años.

CASUALIDADWhere stories live. Discover now