Venus | Goyuu

8. i play my part and you play your game

Aún era temprano, así que el cielo era un manto azul claro, despejado y fresco, un poco discordante con la mierda que se avecinaba encima.

Caminaron en silencio hasta el parque más cercano, cada uno haciendo lo mejor que podía para ignorar la incomodidad que solo crecía con forme avanzaban sobre la piedra negra del camino.

Lo cierto era que Satoru nunca había tenido que romper con alguien formalmente. La mayoría de sus parejas anteriores se iban solas, desmotivadas por la indiferencia del peliblanco o por su actitud grosera y egocentrista (y un poco tonta).

Shoko solía burlarse de él, del como por sobre su apariencia su actitud de mierda ganaba.

Se detuvieron en uno de los muchos bancos esparcidos alrededor del jardín. Gojo tomó asiento con un resoplido y decidió que la forma más rápida de terminar con aquello era siendo directo.

― He estado pensado, ― inició ella en su lugar, ― que deberíamos dar otro paso en nuestra relación.

Contuvo una maldición y sonrió entretenido, en parte sin culpa. Lo cierto es que la mujer le hacía demasiado fácil ser un maldito, era casi como si rogara por ello. O en realidad (tal vez) era aún peor persona de lo que él mismo imaginaba.

― No es que te esté pidiendo un matrimonio, pero sabes, creo que podría avanzar hacia allá.

Pasó sus manos sobre el respaldo del banco y miró directamente al manto azul sobre él. Agh, ¿en qué momento se le había ocurrido que tener novia era buena idea?

― No he conocido a tu padre, y me encantaría hacerlo, podemos comenzar por ahí. ― Ella siguió, tan dispuesta a ignorar su silencio o la mueca clara de fastidio.

― Basta.

― O puedes conocer a los míos.

― Yue.

― Solo dime, ya casi cumplimos seis meses y creo que es importante-

― Voy a terminar contigo. ― interrumpió.

El silencio que le siguió se prolongó como un eco perdido, provenía de ella y se repetía casi abrumador por el resto del parque, como si de repente estuviesen solos.

― ¿Perdón?

Regresó su mirada a ella por fin, y le sorprendió lo indiferente que se sentía a la mueca difusa en ella. Lo miraba con los ojos muy abiertos, casi reteniendo el aire, sus facciones delicadas se contraían en su ceño fruncido y en el ligero puchero sobre sus labios. No era necesariamente tristeza o enojo, era un desorden que Satoru no pudo leer. En todo caso, era casi peligroso.

― No lo dije bien, ¿cierto? Creo que la conjugación correcta es, terminamos.

El desinterés tan obvio en su rostro provocó una nueva mueca de molestia en ella. Parecía no saber cómo reaccionar, y era casi divertido de presenciar. También era un tanto molesto, ¿no era demasiado obvio que Satoru quería terminar con ella? Por favor, no se habían hablado directamente en la última semana.

― Pero... ¿es por lo que dije, sobre el siguiente paso en nuestra relación?

Se puso en pie, suspirando el hastío antes de mirarla de frente. ― No, no es por eso. Nunca íbamos a llegar eso, en realidad. Es porque ya no estoy interesado en ti.

Inclinó su cuerpo hacia ella, nuevamente, disfrutando de la diferencia de poder.

― No... no puedes... ¿qué es...? ¿qué es lo que ya no te gusta de mí? puedo cambiarlo, estábamos bien.

― ¿Bien? A penas si te he hablado en el último mes. En realidad, creo que te di mucho mérito en un principio. Yue, lo siento, pero sinceramente nunca te vi como algo más serio que un buen entretenimiento.