𝐄𝐋 𝐉𝐔𝐄𝐆𝐎 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐁𝐎𝐓𝐄𝐋𝐋𝐀

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*Narra Malachi*

Giré la botella confiado, sabiendo que tocara quien tocara esta noche lo pasaríamos bien ahí dentro.

La botella paró definitivamente frente a Selena, que levantó la mirada de la botella y pude ver su expresión de horror mezclada con sorpresa lo que me hizo sonreír.

Mientras todos gritaban su nombre yo me levanté y me acerqué a ella por detrás.

- Si me tienes miedo no hay problema, ya se que eres una gallina y no sirves para estas cosas - La susurré provocándola porque sabía que así accedería fijo y no me equivoqué.

Segundos después ya estábamos subiendo hacia la caseta y no pude evitar que se me escapara una pequeña risa al cerrar la puerta.

- ¿Qué es lo que quieres de mi? - Preguntó ella, si supiera todo lo que quería en ese momento me habría denunciado.

- Quiero tenerte - Dije.

- Malachi, puede que con tus otras muchas chicas te funcione esto, pero conmigo no - Continuó, esto parecía un ring de pelea.

- Si supieras lo que pienso no dirías eso - No podía creer las palabras que salían de mi propia boca.

- Se lo que piensas - Dijo ella.

- ¿El qué? - Pregunté.

- Que como has visto que no puedes tenerme igual de fácil que a las demás te diviertes intentándolo - Joder, pues si que sabía lo que pensaba, pero no me iba a rendir tan fácil.

- Dame una oportunidad para demostrarte que eso es mentira - Continúe insistiendo.

- ¿Pero demostrarme el qué? Tu a mi no me pones una mano encima - Siguió a la defensiva así que me rendí y me quedé en silencio.

Tal vez yo tenía un poco de ganas de ver que tan fácil era Selena, y por lo que se ve es bastante difícil y además se las sabe todas ya.

*Narra Selena*

Joder era obvio que le tenía unas ganas tremendas al teñido ese, pero si lo hacía por diversión no le iba a dar el placer de tratarme como a la Camila esa.

Continuamos en silencio hasta que pasaron los 5 minutos y salimos.

Todos nos miraron expentantes pero simplemente les dijimos que no había pasado nada y que solo habíamos hablado.

Después de un rato vimos que se estaba haciendo muy tarde así que volvimos al hotel.

Nos íbamos despidiendo conforme la gente llegaba a sus respectivas habitaciones, y como ya era costumbre me tocaba llegar sola con Malachi hasta las nuestras.

Cuando llegamos a su puerta me despedí de él pero me dijo que si quería pasar y hablar las cosas tranquilos, no me parecía mala idea ya que sentí cierto tono de sinceridad en su voz que nunca había escuchado antes.

Nos sentamos en el sofá cada uno en un extremo y comenzó a fluir la conversación.

- ¿Estás 100% segura de que no te atraigo ni un poco? - Preguntó con demasiado interés.

-  A ver, al 100% de seguridad nunca se puede estar - Contesté yo sin dar detalle alguno.

- Pero sabes a lo que me refiero - Siguió.

- La verdad que un poco, pero se lo que buscas y no te lo voy a dar - Dije.

- ¿En serio? - Preguntó con incredulidad.

- Pues sí, ¿yo te atraigo? - Esta conversación cada vez se ponía más interesante.

- Obviamente, pero quiero que nos conozcamos poco a poco - Contestó a lo que asentí con la cabeza.

- ESA ERA LA RESPUESTA DE UN HOMBRE QUE ESTUVE ESPERANDO TODA LA VIDA- pensé.

Estaba cansada por todo lo que habíamos hecho ese día y Malachi lo notó.

- ¿Quieres quedarte a dormir? - Preguntó.

- Mi habitación está literalmente al lado - Contesté entre risas.

- Lo sé, y también se la pereza que te va a dar tenerte que levantar del sofá e ir hacia tu habitación - Dijo el también con toda la razón del mundo levantándose y yendo a buscar algo a su habitación.

Volvió con una sudadera negra y me la lanzó.

- Ponte cómoda anda y duerme en mi habitación, yo me quedaré en el sofá que es bastante cómodo - Me dijo con una leve sonrisa.

- Buenas noches - Contesté dedicándole una sonrisa de vuelta yendo hacia su cuarto con su sudadera en mis brazos y el también me sonrió.

𝐀𝐂𝐓𝐔𝐀 // 𝐌𝐚𝐥𝐚𝐜𝐡𝐢 𝐁𝐚𝐫𝐭𝐨𝐧Where stories live. Discover now