𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐅𝐔𝐄 𝐔𝐍 𝐉𝐔𝐄𝐆𝐎

1.5K 100 10
                                    

*Narra Selena*

Minutos después de que Malachi saliera de mi habitación volvieron a tocar la puerta, esperaba que fuera Malachi diciendo que había aclarado sus sentimientos y que quería estar conmigo pero no fue eso lo que me encontré.

Estaba Mekonnen que me preguntó si tenía un momento para hablar.

Seguro que Malachi ya se lo habría contado y tenía algunas dudas.

- No sé como decirte esto pero, Malachi no siente nada por ti, fue todo un reto que le puso Milo a cambio de 10€. Yo no tenía ni idea, ni tenían pensado contármelo, incluso pensaba que Malachi se estaba enamorando de verdad pero es cierto que él siempre ha sido así, pone su ego y orgullo por delante de cualquier cosa o persona - Dijo Mekonnen con una cara de decepción.

Entendía que fuera decepcionante darte cuenta de que tu amigo juega con las personas por dinero, pero más para mi, que había sido yo con la que había jugado.

No pude decir nada, alguna lagrima de impotencia salió de mis ojos pero no pensaba derrumbarme ahí, aún menos con Mekonnen delante que había tenido el valor de dejar a sus amigos de lado por mi.

Rápido se acercó a abrazarme y me dijo que si necesitaba algo le dijera, pero sabía que ahora lo único que quería era estar sola.

Estuve todo el día pensando y no entendía como podía ser tan malo y fingir ser tan bueno.

No quería salir de mi habitación ni para comer ni cenar aún que tampoco es que tuviera hambre.

Me escribieron Mekonnen y Meg, diciéndome que los dos eran los únicos que lo sabían para que no me preocupara y que Meg hablaría con Milo muy seriamente pero la verdad que no me importaba lo que pasaba fuera de mi habitación.

Cuando vi la sudadera de Malachi unas lágrimas de enfado, decepción y melancolía recorrieron mi rostro pero la rabia ganó.

Cogí la sudadera y rápidamente salí de mi habitación a tirarla frente a su puerta para volver a encerrarme, no tenía pensado salir la verdad.

Me acosté y estuve pensando un rato y la verdad no sé que me esperaba de un chico que echaba a las chicas de su habitación como si fueran perritos, que tonta fui pensando que conmigo era diferente.

A la mañana siguiente me levanté con los párpados hinchados de dormirme llorando, simplemente me puse un poco de hielo para desinflamarlos pero mis ojos seguían rojos y eso era algo que no iba a poder esconder.

Hoy era nuestro último día de prácticas y mañana empezaríamos a grabar.

Como no me apetecía mucho pensé que lo mejor era solo practicar lo que íbamos a grabar mañana y ya cuando tuviera más tiempo y ganas prepararme lo demás.

Como no quería cruzarme con literalmente nadie estuve aprendiéndome el diálogo tumbada en la cama.

Era más o menos la hora de comer cuando alguien tocó mi puerta.

Cuando la abrí estaban Mekonnen y Meg con una expresión de preocupación y tristeza en sus caras y entraron conmigo a mi habitación.

- Nos tienes muy preocupados, llevas sin salir más de un día ya, ¿has comido si quiera? - Dijo Meg desesperada.

- Aquí me siento bien, no pienso en lo que estará pasando fuera - Contesté.

- Ya pero no merece la pena que estés así, viniste a cumplir tu sueño y porque un capullo juegue contigo no te debe destruir - Siguió Mekonnen.

- Pero todavía no me siento lista para mirarle la cara, fue mi primer beso - Añadí un poco avergonzada.

- QUÉ DICES - Dijo Mekonnen flipando.

- Bueno no sé, es difícil saber que lo que para mí fue mi primera vez, para él solo fue un juego -

𝐀𝐂𝐓𝐔𝐀 // 𝐌𝐚𝐥𝐚𝐜𝐡𝐢 𝐁𝐚𝐫𝐭𝐚𝐧Opowieści tętniące ÅŒyciem. Odkryj je teraz