Capítulo 30: 𝓐𝒑𝒐𝒄𝒂𝒍𝒚𝒑𝒔𝒊𝒔 𝐢/𝐢𝐢

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Ya no había llanto, al fin su cuerpo había drenado cada lágrima que le quedaba dentro. Ahora solo podía contemplar el mar con un rostro sonriente, llenando sus pulmones con el aire purificado que venía de la playa, con la refrescante brisa marina rozando su rostro mientras esperaba a que el sol saliera por el horizonte. Ya podía despertar de la pesadilla... 

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La noche del exorcismo.

── ¿Escuchaste? Esta noche habrá una lluvia de meteoritos. 

── ¿En serio? ¡Bah! Ni siquiera podremos ver la luna con toda esta polución. Además está nublado. 

── No importa, transmitirán por YouTube desde el mirador. 

── Míralo tú. Hoy se acaba el drama que me estoy viendo. 

Wooyoung sintió como una punzada de envidia le acometió al escuchar la conversación de aquellas dos chicas que pasaron junto a él, hablando tan animosamente de sus planes para la noche. Él estaba esperando en la esquina de la iglesia a que los demás regresaran y no dejaba de preguntarse cómo habían llegado hasta ese punto, intentando hacer un recuento de las decisiones que tomó a lo largo de su vida para acabar en una pelea directa con el mal. Envidiaba a esas chicas que ignoraban el peligro inminente que estaba por desatarse; quería que sus preocupaciones fuesen tan superficiales como las de ellas, pero en vez de eso, estaba preparándose para ir a sacrificar su vida. 

La camioneta del padre Gaon se estacionó por fin frente a la acera para recogerlo, adentro ya estaba Yeosang sentado junto al conductor y detrás, en un vehículo de la policía, los seguían los detectives Yunho y Mingi. Todos iban al mismo lugar, con la misma misión y el mismo miedo, pero decididos a poner fin a todo el caos que regía en las calles de la ciudad. La noche anterior la habían pasado juntos, pero apenas y consiguieron dormir unos minutos por la madrugada, incapaces de conciliar el sueño por culpa de los nervios y por todo lo que habían comprendido esa misma tarde después que el padre Gaon les revelara algunas de las cosas que el ser divino que lo había salvado le confesó. También, en una especie de ritual, compartió su sabiduría con Mingi, diciéndole que en ese gesto le pasaba los conocimientos de su ancestro, la chamana, Eun Dal. Él y Choi Gaon eran los que menos asustados se veían, parecían confiados en lo que venía, lo que le hacía preguntarse a Wooyoung, qué tanta calma podría otorgar el conocimiento de ciertas cosas, pues él solo quería regresar en el tiempo, volver a ser ignorante de todo lo que ocurría en ese mundo. 

── Poner música ahora no sería buena idea, ¿Cierto? ── les preguntó el clérigo, en un fallido intento por alivianar el ambiente, pero sin ninguna respuesta. 

El camino era corto, ese casino no estaba lejos de la iglesia, así que prefirieron guardar silencio en lo que llegaban al boulevard justo frente al edificio. Wooyoung había estado allí solo una vez, pero lo recordaba muy bien, aunque se sintiese como un sueño. Esa noche, cuando Choi San cruzó las puertas del elevador, su vida cambió para siempre, y ahora volvía una vez más, solo que a diferencia de aquella noche, el lugar estaba vacío. Los cinco permanecieron de pie, en el lobby, observando alrededor en busca de algún empleado o guardia de seguridad, pero no vieron a ninguno y mucho menos a algún cliente. No parecía abandonado pues todo seguía funcionando perfectamente, sino, más bien, era como caminar en un sueño de esos en los que apareces en un pasillo que se ve ordinario, pero tan solitario que te pone los nervios de punta porque sabes que no podrás escapar por más que avances dentro de él. Así se sentía ese elegante y brillante recibidor. 

── Vamos, muchachos ── les instó Gaon──, deben estarnos esperando. 

── ¿Por qué está tan seguro, padre? ──preguntó Yeosang. 

𝑺𝒊𝒏𝒏𝒆𝒓.Where stories live. Discover now