El mundo puede estar lleno de coincidencias que de alguna forma terminan convirtiéndose en lo que llamamos destino. Así fue cuando por azares de la vida Amelia termina conociendo a Daniel; el chico dueño de cada uno de sus suspiros y el protagonista...
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¿Qué ocurriría si nuestros caminos coinciden de forma directa?
¿Crees que podría controlar los latidos de mi corazón?
Unos signos de interrogación acompañan esas cortas posibilidades
Mientras avanzamos por caminos diferentes,
porque no puedo imaginar lo que sucedería
Si algún día me animo a tener una conversación contigo.
—Signo de interrogación—
Para los meses posteriores el tema queda en el olvido y cada quien por su camino. Sin embargo, las coincidencias existen ya sean por cualquier excusa o motivo. En este caso, la salida con un amigo sería el detonante de que nuestros caminos se cruzaran indirectamente.
La primera vez que lo vi de cerca.
Fue como experimentar eso que le llaman taquicardia.
—Entonces ahora nos conocemos en persona —Afirma Mateo.
El chico y yo compartíamos amigos en común y empezamos hace varias semanas a chatear por una aplicación. Le había rechazado diversas salidas que me parecía cruel de mi parte, no obstante, tenía motivos justificables.
La semana de evaluaciones y con ello la semana de exámenes.
—Pensé que serías más alta —Afirma el chico sacándome de mis pensamientos.
Extiendo las manos para presentarme.
—Amelia —Digo sonriendo. — Es un gusto, lamento haber rechazado tus salidas anteriores.
El pelinegro me observa y decide corresponder mi gesto estrechando la mano.
—Mateo —Dice —Eso ya lo sabes ¿no? —Inquiere en tono burlón.
Ruego los ojos ignorándolo lo que ha dicho.
—Entonces ¿Dónde vamos ahora? —comento.
—¿Unas vueltas al parque? —pregunta Mateo.
—Bien, pero antes necesito pasar por una tienda para recargar mi teléfono. —Digo
—Hay varias frente al parque, puedes recargarlo en esos sitios.
Decido guardar silencio escuchando al parlanchín de mi nuevo amigo, su personalidad no es muy diferente a que la muestra en el chat, sentía curiosidad porque comúnmente las personas detrás de las redes sociales suelen ser diferentes en aspectos de personalidad.
Sonrío.
Tengo la suerte de que no sea un anciano o cualquier persona depravada. Aunque claramente respondí su mensaje porque un amigo lo conocía, si no fuera por eso es probable que lo hubiera bloqueado o simplemente ignorado el mensaje.
—¡Oh mira! —Dice el pelinegro con entusiasmo —Es mi amigo Daniel— ¡Dan...!
Le doy un golpecito en el estómago antes de que termine de lanzar el grito.
—Oye —exclama— ¿Qué fue eso? —Menciona confundido.
Nuevamente decido ignorar lo que dice y utilizar la excusa de que hay un artículo en aquella tienda frente a nosotros. Como puedo lo agarró del brazo y cruzamos la calle.
—Sí que eres impredecible —dice —¿Ahora si me vas a explicar?
Dudo por unos momentos, retomando la excusa anterior.
—Claro —digo —¡Es que mira este bolso!, ¡no es maravilloso! —exclamo con euforia.
Mateo me mira tratando de comprender la situación.
—Si tú lo dices. Aunque para mí, es un accesorio muy chillón.
Para mí también querido amigo, pienso.
—Aunque la tienda está genial. —dice adentrándose al lugar.
Decido observar al otro de la calle y ahí está.
Acompañado de alguien que se parece a él, por lo que supongo es su hermano. Él camina riéndose y tirando su cabello hacia atrás.
Y dejo de pensar.
Me siento nerviosa y mi ritmo cardiaco aumenta inconscientemente. Suspiro, es simplemente platónico ¿no?
¿Cómo han estado?
Disculparan no actualizar el fin de semana anterior pero tenía unos asuntos pendientes que resolver lol. Pero, ya estamos aquí una vez más c:
