CAPÍTULO 03

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Tylenol y cerveza

Nathan empujó la puerta a su espalda y el ruido se escuchó como un eco en toda la casa. Extrañamente, le causó una sensación familiar, excepto por Brooke; ella se deslizaba por el lugar mostrándole el camino hacia la cocina tan normal como siempre, como si no le doliera el corazón.

Encontró pequeños vestigios de su desastre regados por todas partes; el esmalte de uñas sobre el aparador, su cepillo del cabello sobre el sofá, revistas de moda en la alfombra e incluso una playera donde debería ir el paraguas.

—Demonios, Davis, ¿Te mudaste a la sala de estar?—dijo tomando una revista de seventeen del suelo.

—No me voy a disculpar por el desorden, Scott, tu quisiste pasar.

—No esperaba que lo hicieras—la siguió hasta que se sentó en el lado contrario de la barra—. ¿Por qué una grabadora en la cocina?

—Me gusta cocinar con música.

—¿Cocinas?

—Vaya, haces demasiadas preguntas, ¿No es así?

Brooke trabajó en los sándwiches en silencio mientras Nathan la observaba. Si era honesto, jamás pensó que la vería en una tarea ni remotamente parecida, hacía todo con meticulosidad y concentración evitando que quede algún rincón sin untar o con bordes. Por un instante hasta se sintió excluido, pero ella parecía pacífica, como si en ese minuto del día nada, además de la tarea que tenía entre manos, ocupara su mente.

—Entonces...Querías platicar, amigo...

La palabra sonaba tentativa cuando escapó de entre sus labios, con reticencia, como si tuviera miedo de dar un paso en falso o simplemente saboreándola y buscándole el gusto.

Nathan dejó el plato a un lado mientras que Brooke todavía daba un segundo bocado.

—¿Cómo lo haces?

—¿Ha-hacer qué?—detuvo la comida a medio camino y parpadeó confundida.

—Fingir que no te importa.

—Oh—tomó una honda respiración, Nathan la vio tensarse y colocarse muy recta en su asiento—, te refieres a ellos. No lo sé, es más sencillo que se crean el papel de tonta. Si finjo que no me importa o que lo estoy pasando desapercibido, posiblemente ellos bajarían la guardia, lo cual me hace llevar la ventaja. Yo no nunca pierdo, Nathan. Incluso cuando sé que sí.

Él captó el tono sombrío.

—Siempre la última palabra. —asintió.

—Cuando te han golpeado tantas veces, llega un punto en el que no les das el poder de destruirte. Ya cometí una vez el error de ceder el control, tuvo consecuencias desastrosas. Afortunadamente, me recupero rápido. No olvides quién eres, hot shot—por fin dio otro mordisco a su sándwich—, algunas personas se creen con el derecho de cambiarnos al mínimo indicio de vulnerabilidad.

—Haley es...

—¡Vaya! Hasta que al fin hablaremos de la tutora—él le dio esa mirada de "cierra la boca"—.De acuerdo, de acuerdo. Haley es...

—Encantadora. Y sé que eso no suena como algo malo. De hecho, no sé si pueda decir algo malo de Haley sin sentirme extraño.

—Bueno, no es como si yo fuera la policía de la verdad, no iré con Haley, si eso te preocupa. Habla. Parece que lo llevas guardando bastante rato.

—La quiero. Es solo la forma en la que están yendo las cosas. Siento que ella no es sincera conmigo. Siento que últimamente oculta mucho de mí. No le estoy quitando el derecho a guardarse lo que crea conveniente para ella, pero cuando se trata de nosotros...Es como si algo no marchara bien.

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