A quien intento comprender

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Expediente 010: en las sombras.

_★★★_

Desde siempre, él había sido el mismo tipo de persona que podrías despreciar fácilmente, y desde siempre, a él nunca le importó serlo.

Estaba seguro de que ese "siempre" era más que una simple palabra, pero parecía algo que se volvía distante en su mente cada vez más. Porque cuando escuchó las primeras palabras de desprecio salir de esa boca, todo cambió: "No me agradas" fue tan corto y simple, pero se grabó en su cabeza como un eco, resonando una y otra vez.

Se sentía como si estuviera atrapado en un hechizo que nublaba su juicio y lo confundía por completo. Esa idea cobraba más sentido que cualquier otra cosa, solo porque no encontraba una explicación para esas desconocidas emociones que comenzaron a presentarse en su pecho de la nada.

Cuando pensaba en esos ojos azules, cuando reflexionaba sobre esa intrigante actitud, y sobre todo, cuando pensaba en él con todo su ser, debía ser un hechizo o maldición, porque algo así siempre le pareció imposible.

Nunca antes alguien se había clavado en su mente de esa forma. Y era extraño. Quería saber, quería saber todo de él con desesperación, aunque ni siquiera sabía por dónde empezar, ni siquiera era su tipo. Y era cierto, nunca había pasado por una situación similar, y eso lo irritaba.

Fue profundamente desconcertante perder el control de sus emociones.

Pero entonces, también vio esa extraña sonrisa y la forma en la que hablaba con tanta cautela, cuando no parecía preocupado o no se veía enfadado y entonces, perder el control, por primera vez no parecía tan malo.

"¿Qué es lo que quiero de ti?" Aún no encontraba la respuesta, pero quizás estaba cada vez más cerca de saberlo.

En medio de una multitud abrumadora, Craig solo podía distinguir un rostro: el suyo. Era como si su brillo irradiara en la penumbra, la única sonrisa capaz de reconfortarlo en medio de la muchedumbre. Decidió acercarse, pero cada paso parecía alargar el camino, como si el trayecto se volviera más difícil con cada movimiento, no podía alcanzarlo. Entonces, la oscuridad lo envolvió.

Aún es demasiado pronto.

-¡Craig! - De repente, una voz penetró la oscuridad, y Craig se esforzó por abrir los ojos, solo para encontrarse con el rostro de Clyde que lo sacudía tratando de despertarlo. -Por fin, creí que habías muerto.

-¿Ah...? -despertó repentinamente, con la mente aún revuelta.

-¿Qué te sucede? -preguntó Clyde, observándolo con preocupación. -Nunca duermes por las noches y tienes el sueño ligero.

-¿Qué hora es? - murmuró Craig, incorporándose de la cama aún aturdido, mientras dejaba escapar un bostezo. Buscó la hora en el reloj sobre la mesa de noche. -Ya debemos irnos, ¿por qué no me despertaste antes, idiota?

-¡Lo hice! - aseguró Clyde, su voz cargada de indignación antes de que una sonrisa burlona se apoderara de su rostro. -Pero no despertabas, estabas profundamente dormido. ¿Con qué soñabas para no querer despertar? Bueno, ahora estamos en las mismas condiciones, ya no puedes burlarte de mí por despertar tarde.

-Te voy a matar - amenazó Craig, lanzándole una almohada para que se callara. Clyde, acostumbrado, esquivó la almohada y continuó burlándose. Craig se sintió desconcertado. ¿Cómo pudo quedarse dormido así?

La cuestión era más grande que simplemente quedarse dormido. Siempre le costaba conciliar el sueño. Desde niño, dormir por la noche era una tarea complicada. Pero esta vez fue diferente; mientras su mente divagaba en pensamientos sobre Tweek, se sumergía en un sueño donde su presencia era aún más vívida. Parecía ridículo, pero sucedió, y solo lo confundía más. Necesitaba entenderlo, necesitaba descubrir qué era este extraño sentimiento.

Ídem - [Creek]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora