Capítulo 2

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- ¡Mina ya vámonos! - gritó Momo desde el auto de Sana, pues habían ido a buscar a su hermana menor a su trabajo, pero la antes mencionada parecía estar muy ocupada hablando con un compañero de trabajo.

- Si Chaeyoung la viera tan entretenida con ese tipo, ya la tuviera durmiendo en el sofá - dijo Sana en una carcajada fuerte, Momo se reía junto a su hermana, viendo a la menor de las Minatozaki acercarse al auto.

- Perdón por la tardanza - habló Mina un poco apenada abriendo la puerta del auto, sentándose en la parte de atrás.

- Tardaste mucho, debimos irnos hace más de 15 minutos - le habló la mayor con seriedad, estaba un poco molesta con ella. Sana solo veía la escena en silencio pensando en intervenir, sabía que si no lo hacía iban a comenzar a pelear.

- Bueno chicas, no es hora de pelear, llegaremos tarde - ahora intervino Sana comenzando a manejar. Todo el camino estuvieron en silencio, pero no era un silencio incómodo, era un silencio súper tranquilo, Hasta que al fin llegaron al lugar.

- Ya llegamos, al fin - todas procedieron a bajar del auto, ahora estaban en la casa de Dahyun, pues ella, las había invitado a cenar.

La mayor tocó el timbre de la casa de novia, hasta que está abrió y las recibió muy bien a todas.

- ¿Cómo se encuentran chicas? - decía Dahyun mientras dirigía a las tres chicas hacia el comedor.

- Muy bien - dijeron todas al unísono, estaban muy emocionadas por ir a casa de Dahyun, aunque era una cena "simple" ellas amaban lo sencillo, les parecían muy hermosos los pequeños detalles.

- Todo está hermoso, amor - dijo Momo, viendo los ojitos enamorados de Dahyun, vaya, esa mujer la traía loca de amor.

- Si cuñada, todo te quedó hermoso - ahora habló la menor de las hermanas, con una sonrisa en el rostro.

- Bueno sentemonos a comer, espero les guste lo que preparé, me esforcé mucho - mencionó Dahyun mientras todas se sentaban en la mesa, mientras observaban la apetitosa carne con espárragos servida en el plato.

- Si lo hiciste tú, es obvio que va a estar muy rico, mi amor - dijo dejándole un beso corto a la menor en sus labios.
Todas comieron muy a gusto, la comida que preparó Dubu estaba muy buena, todas dicen que tiene mucho talento para cocinar.

Todas se despidieron, Sana llevó a sus dos hermanas a sus casas, ella estaba muy cansada, solo quería llegar a su casa, ponerse su pijama y dormir dos días seguidos, el trabajo la estaba matando poco a poco, para colmo, estaba teniendo muchos problemas con Miyeon, siempre la celaba de cualquier persona que se le acercara, Sana odiaba que su novia fuese tan tóxica, no la dejaba en paz con sus peleas estúpidas.

Minatozaki llegó a casa, para su buena suerte, Miyeon estaba dormida, así que no tenía que agregarle más problemas a su vida, su novia se había vuelto muy fastidiosa estos días, no sabía que le pasaba, pero era realmente horrible.
Se dió un baño para poder dormir mejor, se puso su pijama y se acostó al lado de su novia, se durmió apenas tocó su almohada, pues estaba muy cansada.

A la mañana siguiente, despertó y Miyeon no estaba, supuso que fue a su trabajo, la verdad no la importaba en lo más mínimo.

Se metió a la ducha, sintiendo como el agua fría recorría su delgado cuerpo, cepillo sus dientes y luego se dispuso a ir a su armario a buscar que se pondría hoy. Al final se decidió por sus pantalones de siempre y una camisa manga larga blanca, y por supuesto, su chaleco.

Preparó su desayuno y tomó sus cosas para subirse a su auto, no quería ir a trabajar, ya estaba harta de tener que ir a su empresa, viendo a los mismos trabajadores amargados de siempre.

- Buenos días Sanita - dijo Jeongyeon entrando a la oficina de su jefa con una gran sonrisa en su rostro.

- Buenos días Jeong ¿Qué te trae por aquí? - preguntó la menor, sin despegar la vista de lo que leía en la hoja de papel que tenía sobre sus manos.

- Una chica vino hoy, preguntando si le podía dar trabajo - Sana solo la miró no entendía que estaba sucediendo.

- ¿Qué pasa con eso Jeong? - la antes mencionada se preparó para decirle a Sana, esto podría salir muy bien o muy mal.

- La contraté - la miró fijamente, se levantó de su silla, sin decir nada, hasta que de repente habló.

- ¿¡Por qué todos toman decisiones y no me toman en cuenta!? ¡Ni siquiera parece que fuese la dueña de esta estúpida empresa! - Gritó, Minatozaki estaba muy molesta con Yoo. ¿Por qué no pudo consultarle antes de tomar una decisión?

- Sana, no te enojes, la contraté por qué me contó su situación, siéntate y te explico, por favor - Minatozaki accedió, por más que quisiera, no podía enloquecer solo por eso.

- Mira, está chica, vino aquí hace unas 2 horas, me dijo que tiene una hija a la cuál no tiene con que alimentar, no tiene ropa ni pañales, es por eso que decidí darle una oportunidad, ella lo necesita, Sana, por favor, no me pidas que la despida - suplicó Jeongyeon, ella realmente quería darle está oportunidad a la chica.

Minatozaki solo suspiró pensando en si aceptar que esa chica de la que hablaba su amiga pudiera trabajar en su empresa. Lo pensó bien algunos minutos, mientras veía a los ojos a Jeongyeon, no podía negarle nada a esos ojitos que le hacía.

- Está bien Jeongyeon, no la despedirás, pero, solo si hace su trabajo bien, no quiero tener más problemas, ya es suficiente con los que tengo ahora - habló Minatozaki con cansancio.

- ¡Gracias, gracias, gracias! - le dijo mientras corría a abrazarla muy fuerte, sabía que Sana no sería tan mala como para despedir a esa chica que realmente necesitaba ayuda.

- No hay de que Jeongyeon, sabes que me encanta ayudar - mencionó mientras reía correspondiendo el abrazo de su amiga.

Porque Sana era así, a veces podía ser muy dura, pero en el fondo, era muy cariñosa y amaba ayudar a las personas.
Su madre la educó muy bien, no solo a ella, sino también a sus dos hermanas. Aunque muchas personas piensan que son presumidas y malas personas, ellas son todo lo contrario, son muy buenas y de corazón bondadoso, aman ayudar y hacer felices a todos.

"Sálvame" [Sahyo]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt