Capítulo 7: Sabaody 2018.

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Sabaody 2018.

Los rayos del primaveral sol entraron por la habitación de Monkey D. Luffy y alumbraron su rostro, haciendo que el chico frunciera el ceño y arrugara el rostro removiéndose en la cama para ocultarse y así disfrutar un par de minutos más de sueño.

— Luffy, hey arriba, ya es hora de levantarse —
Dijo una amable voz detrás de la puerta.

El chico no respondió, se mantuvo inmóvil y la persona que había ido a despertarle lo sabía, por eso en lugar de insistir, abrió la puerta para obligarle a levantarse.

— Vamos, Luffy, dormiste lo suficiente —
Sabo siempre usaba un tono amable y cargado de paciencia para todos sus hermanos, especialmente para el menor de todos.

Luffy se removió en la cama, pero no le contestó.

— Si no te levantas, Zoro se comerá tu desayuno —.

— ¡No! —
Luffy surgió de entre las mantas.
— ¡Zoro! —.

— Si no quieres eso levántate ahora y ve a lavarte la cara, todos ya estamos abajo —.

Luffy talló sus dos ojos con fuerza y soltó un largo bostezo solo para percatarse de una cosa.

— Oye, Sabo ¿Dónde está Ace? —
Preguntó curioso, ya que siempre era su hermano mayor quien le despertaba.

— Está desayunando como todos, ahora deja de perder tiempo y date prisa en bajar —
Dijo para luego salir de la habitación.

Luffy frunció los labios curioso, pero no se detuvo más en el asunto y se apresuró a su baño para lavarse la cara y poder prepararse para el día en la escuela. En cuestión de minutos ya se encontraba bajando las escaleras.

— ¡Buenos días a todos! —
Soltó un saludó fuerte y lleno de entusiasmo como cada mañana.

— Buenos días, Luffy —
Saludó Shanks, quien vestía un traje.

— ¿Por qué usas eso? ¿Te irás así al trabajo? —
Cuestionó tomando asiento en su lugar sabiendo que Sabo colocaría su desayuno frente a él en cuestión de segundos.

— No seas tonto, es obvio, ahora es capitán, debe ir presentable —
Respondió Perona.

— Que aburrido —
Murmuró el chico.

— Luffy, empieza a comer o se hará tarde, Akagami-san no va a llevarlos está vez —
Dijo Sabo entregándole su desayuno.

Luffy no esperó más y comenzó a comer, al menos hasta que miró a Ace, quien comía en silencio.

— ¡Buenos días, Ace! —.

— Buenos días, Luffy —
El chico de pecas correspondió al saludo de su hermanito con mucho menos entusiasmo del habitual.

— ¿Qué te pasa? ¿Te duele el estómago? —.

Ante esa pregunta varias miradas se dirigieron hacia Ace, como si la mayoría apenas notara su ánimo diferente.

— No es nada, solo estoy cansado, ayer fue un largo día —
Respondió dejando escapar un suspiro.

— Ah, eso es cierto, terminé muerta —
Suspiró Perona, pero pronto sonrió con las mejillas sonrojadas.
— Fue una noche de ensueño —.

Zoro a su lado comía su desayuno con una expresión de molestia, claramente recordando la noche de forma distinta a la de su hermana.

— ¡La comida era deliciosa! ¡Comí de todo! —
Luffy imitó la expresión de su hermana.

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