11. Amigos

32 3 0
                                    

Que buena noche tuvo, sus ojitos adormitados parpadearon, intento rehuir de la luz, de los rayos del sol que ingresaban por la ventana situaba al lado de su cama. Fue agradable despertar de manera natural.

Su conversación con su compañero de habitación fue dando sus frutos, hace ya un mes todo cambio de golpe. Todo estaba bien, la habitación se encontraba ordenada, dormía mejor porque no era despertado en las madrugadas y los encuentros y visitas no deseadas, que tanto lo molestan, se detuvieron.

Su amistad con Hoseok iba floreciendo, encontró en él: un alma comprensiva, bondadosa, muy agradable. No podía negar que pensó mal de él, su amistad no empezó con el pie derecho, pero evolucionó y ahora se sentía genial compartir con él. Jin procuraba hacerlo parte de su día a día, se contaban anecdotas y intentaron compartir pasatiempos.

Hoseok era muy trabajador, por las noches encontró trabajo en un almacén para pagar sus estudios, eso le dijo a Jin. Él era demasiado trabajador, sus jornadas deberían ser muy agotadoras. En una oportunidad Jin observó que sus muñecas tenían marcas, como si algo hubiera sido atado a ellas, Hoseok le dijo que cagaron algo muy pesado con sogas, y para tener un mejor control él enredo la soga por todo sus brazos, pero hubo un mal calculo que casi estrangula sus manos. Muy preocupado, Jin le dió una crema para aquellos moretones.

Durante sus clases, Jin, hizo amigos. Dohyun, era un chico atento muy amable, se convirtió en su amigo, era muy fácil tratarlo, muy responsable con sus deberes universitarias. En muchas ocasiones se encontró haciendo trabajos con Jin. Compartían casi todos los cursos.

Jin decidió alistarse para iniciar un nuevo día. Hoseok no había llegado aquella noche. Le dijo a Jin que si salía muy tarde de trabajar, se quedaría en la habitación de descanso que podían acceder los trabajadores del turno nocturno.

Bueno, decidió empezar llamado a su madre, le contó muchas cosas que le sucedieron el día anterior. Procuraba contarle diariamente todas las anécdotas que tenía. Era hijo único, su madre fue la única para él, tenía remordimientos por haberla dejado sola.

Mamá siempre consoló y alentó a Jin, le instaba a cumplir con sus metas y sueños.

Cuando terminó su llamada, busco terminar su rutina diaria. ¡Listo!, se vió al espejo, y le dió una gran sonrisa. ¡Eres guapo amigo!, se dijo a si mismo. Tomo sus cosas y se dirigió a la cafetería.

Escuchó una voz conocida. “¡Jin, por aquí!.”

Cómo todas las mañanas, se había convertido en una rutina, encontró a Dohyun en la cafetería. Sé acercó a la mesa apartada por él. “Buenos días Dohyun”, le dijo a su bien amigo. “Gracias por guardarme un sitio, a esta hora, siempre está repleto el lugar.”

“Ni me lo digas, me enfrente a un grupo, ¡Querían nuestra mesa!, no iba permitirlo, esperé un buen tiempo este sitio”, le dijo a Jin muy ofuscado. “ya hice tu pedido y el mío.”

“Muchas gracias, te cuento que hoy tendré una reunión con la fundación que está financiando mi beca universitaria, quiero agradecerles por su apoyo”. La sonrisa de Jin se extendió, fue brillante y contagiosa.

Inmediatamente el mesero les entrego la orden a ambos amigos. Que de nuevo reanudaron su platica.

“Wow, quien diría que conocerás a las principales cabezas del mundo de la construcción. Por favor, no te olvides de mi cuando estés en la cima”. De forma bromista Dohyun tomo las manos de Jin, mostró su rostro suplicante.

“Debes tratarme bien a partir de ahora. Siempre te llevaré conmigo, por eso debes estudiar más”, le dijo Jin con sorna. “No estaré solo yo, todo las personas que tienen becas participarán, quiero estar muy presentable”. Intento explicar la dimensión de la reunión. Dohyun sintió a Jin preocupado.

Esos días ‖ KookjinWhere stories live. Discover now