Capítulo 4

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-Y por último, esta actividad se realizará con el fin de que su relación mejore- finalizó el Gran Sacerdote esperando con estoicismo las reacciones de los dioses.

-Esto es absurdo- murmuró entre dientes el dios del onceavo universo.

-Disculpe, Gran Sacerdote- se levantó Kai para llamar la atención del singular ser.

-¿Qué sucede?- dirigió su amatista mirada a la deidad y este comenzó a hablar.

-Dice que esto se hará con el fin de que nuestros dioses destructores consigan un sucesor, sin embargo mi dios destructor ya cuenta con el suyo- miró de forma sería al ayudante del rey del todo, esperando ser excluido de aquella actividad.

Vermoud miró con impacto alegre a su contrario, jamás se le habría ocurrido algo así y regresó la mirada al sacerdote con la misma esperanza que su Kaioshin.

-Es verdad, sin embargo el señor Topo también va a requerir de un sucesor- la mirada confiada de ambos dioses fue reemplazada por una de derrota total.

Los murmuros preocupados no se hicieron esperar y entre esos uno alzó la voz.

-Gran Sacerdote- le llamó el Kaioshin del tercer universo y este le miró para darle a entender que continuara -¿Cómo pretende que creemos una vida tan compleja? Algo como crear una deidad es algo que nos tomaría años- expuso Ea con esperanza de que aquello sea exceptuado.

-En cada universo hay variedad de formas para realizar algo como esto, son libres de usar el método que les parezca más cómodo, el único requisito es que el ser deba tener particularidades de ambos dioses- finalizó Daishinkan y al darse cuenta que ya no habrían preguntas despidió cortésmente a todos los dioses para luego mandarlos de inmediato a sus respectivos universos.

Suspiró un tanto fastidiado, había contemplado que los dioses se mostrarían en contra de la idea pero aquellas reacciones habían superado sus expectativas.

Bills tenía la mirada perdida, su mente estaba en blanco y no emitía más que murmullos casi inaudibles, aquello solo causaba la preocupación de su ángel, sin embargo no podía proceder si su amo no lo solicitaba

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Bills tenía la mirada perdida, su mente estaba en blanco y no emitía más que murmullos casi inaudibles, aquello solo causaba la preocupación de su ángel, sin embargo no podía proceder si su amo no lo solicitaba.

Ya había pasado como una hora desde que Shin había regresado a su planeta y desde su partida Bills no soltó ni una sola palabra clara.

Whis decidió dejarlo solo con sus pensamientos y fue a paso calmado a preparar algo para que el destructor comiera.

Y no habían pasado más de 15 minutos hasta que una llamada irrumpió la paz con la que se dedicaba a preparar los alimentos.

Confundido tomo su báculo y después de un par de segundos se proyectó la imagen de todos sus hermanos, aún más dudoso esperó a que hablarán pero como eso no pasaba decidió tomar la iniciativa.

Casados por un capricho Donde viven las historias. Descúbrelo ahora