Capítulo 3.

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El amor me pego fuerte. Tal vez si me llaman "puta" valga la pena en esta ocasión. 

Derek tiene suerte, es consciente de ello a su manera.

Sabe que no todas las personas tienen tanto dinero ni la posibilidad de dedicarse al arte, tampoco tienen un hogar como el suyo ni son tan conocidos pero tal vez todas las demás personas en el mundo tienen algo que él podría envidiar y personas como Stiles Stilinski le demuestran que tiene razón.

Había algo en ir a la escuela de Cora que le hacía sentir que tenía el mundo en sus hombros, que la vida que en algún momento creyó completamente hecha se muestra como una realidad incierta. No sabe quién es, no sabe lo que quiere, no sabe quien debería de ser ni qué es lo que debería de hacer. No es el padre de su hermana, tampoco es tan querido como para ser un hermano entrañable, es una herramienta sin razón de existir más que el servir.

Las audiciones de la academia son una gran demostración de esto, de como no es nada más que un objeto.

Aunque tal vez esa idea suya cambia un poco cuando mira a Stiles entre la multitud porque su corazón no deja de latir a una velocidad que debería de ser ilegal y no deja de pensar en todas las posibilidades que se le podrían brindar si tan solo no fuera una persona inepta socialmente, si tan solo su rostro no pareciera el de un villano de película y si a Stiles le gustaran los hombres o su edad fuera más cercana.

Por dios, sigue en la preparatoria y Derek... Derek está perdido, perdido en el tiempo en el que ella lo dejó.

No la extraña, para nada, así como no extraña como se sentía sus manos sobre su cuerpo ni extraña como lloró cuando su mamá no creyó en lo que sucedió.

No la culpa, debió ser difícil suponer que su hijo podría ser tocado por alguien en quien tienen tanta confianza, aun si eso significaba que desconfiaba de su hijo.

—¿Quién es? —pregunta Lydia, una de sus asistentes más preciadas y probablemente una de sus mejores amigas porque solo alguien como un Martin podría entender lo que un Hale siente.

—¿Quien?

—El chico de rojo —dice apuntando a la pluma, Derek ignora sus palabras y sigue recibiendo a los demás estudiantes, pero Lydia Martin es como la verdad, no la puedes ignorar por demasiado tiempo sin que te golpee por lo que el hombro de Derek sufre las consecuencias.

—Es de Beacon Hills High, lo conocí ayer —Dice sin tomarle importancia aunque puede notar como Lydia ve la importancia entre sus palabras.

—¿Por qué está entre los rojos? —Pregunta —¿Lo has visto bailar?

Derek frunce los labios pensando si mentirle o simplemente quedarse callado hasta que sus sentimientos sean tan obvios como sus acciones los han hecho ver.

—¿En serio dejaste a un chico en la lista roja solo porque te gusta? Eso es patético -Se burla. Derek frunce el ceño ignorando sus palabras mientras sigue con su trabajo.

Si, es patético ¿Y qué? al final es su maldita academia y puede elegir a quien dejar ingresar y a quien no, además, al final sigue siendo una persona que desea ingresar en la academia Hale, cualquiera en esa maldita audición tiene talento, Derek lo sabe y no es algo que tema.

No mucho, por lo menos.

—Son mis becas —Dice mordazmente —Creo que al final es mi decisión a quien se las dos ¿No?

—Nepotismo personalizado, suena bien.

—No es tu problema —Espetó —¿Por qué te importa?

Lydia tiene una pequeña sonrisa burlona que se ve opacada por sus ojos calculadores mirando a los de su amigo —Porque Peter tendrá que entrevistarlo como a todos los rojos y si se entera de que solo lo dejas entrar por ser lindo...

Academia Hale (Sterek)Where stories live. Discover now