❝Este era tu deseo, algo con lo que siempre habías soñado, ¿verdad? Ser el héroe de una historia que existe por ti. Por mi, por ellos, por ti... el tiempo se nos acaba. Sin importar qué, no me sueltes-❞
〖Welcome To The Villians' World〗
Prólogo actua...
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—Clase—
—"¡Oigan! ¿¡Dónde está Ruggie Bucchi!?"—Grimm abrió las puertas del aula (porque sorpresivamente fue él el primero en llegar).
—"¿Sí? Ugh... son ustedes de nuevo. No importa cuanto me preguntes, no puedo devolverte ese sándwich."—sonrió el chico.
—"Literalmente eres 🤷 ahora mismo..."—pensaste mirando su posición.
—"Ruggie Bucchi, hay aspectos que nos gustaría discutir sobre ciertos accidentes a jugadores de Magift."—habló el pelirrojo con serenidad.
—"¿Enserio...? Eso no suena a una acusación amistosa."
—"¿Vendrás un momento con nosotros?"—preguntó el Diamond con una sonrisa mientras entrecerraba los ojos.
—"Ya entiendo, solo no me lastimen, por favor."—la actuación más falsa que has visto.
Caminaste detrás de ellos mientras tu mirada estaba fija en el chico hiena. Sospechabas mucho en lo que podría llegar a hacer. Le indicaste a Grimm con la mirada y el movimiento de tu cabeza que caminase o gatease, lo que sea que haga él, delante de ellos.
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—Pasillo interior—
Tosiste y con eso ganaste la atención del minino. Con tus manos le indicaste que si el sospechoso intentaba huir hacia delante, se pusiera en su camino para hacerlo tropezar. Este asintió.
—"Sé que no confesará fácilmente, y si usa su magia única con nosotros, será un problema..."—oíste susurrar al chico y por un segundo te pareció ver que el Bucchi levantaba parcialmente la mano. Dos veces—"Debo cortarle la cabeza..."
—"Oye, Riddle-kun~, será difícil usar magia sin tu pluma mágica. ¿No lo crees?"—se burló la hiena.
—"¡...lo sabía...!"—pensaste mirándolos desde atrás.
—"¿Eh? ¿H-huh...? ¡Mi bolígrafo mágico no está aquí...!"—viste al pelirrojo revisar su chaqueta en busca de su herramienta.
Por tu lado, trataste de abalanzarte contra la hiena para que no escapase, pero este por poco te esquivó y al final Grimm hizo allí que ordenaste, hacer tropezar a quien corriera hacia delante. Solo que fuste tu el que cayó al suelo y no el sospechoso.
