Capítulo 20

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MariaRodriguez745

Nadina.
Para cuando cayo la noche el castillo estaba en silencio total. Camine  con mis escoltas Siguiéndome los pasos cuando entré a mis alcobas me llevé con la sorpresa de que mi esposo ya estaba esperándome
—Mi señor no sabia que estaba esperando por mi.—El me tendió la mano yo caminé hacia él. Me siento en sus piernas —Escuché que adelantaste la boda. Dijo mirándome  fijamente.

—¿Qué es lo que buscas realmente mí flor?—MI puse nerviosa cuando me hizo la pregunta.

—Has hecho tantas cosas ¿que es lo que quieres?

—Solo busco el bien para mi señor—dije apartando mi vista.

—sedúcelo—Escuche una voz las cortinas se alzaron —Sedúcelo lo traes en la sangre —esa voz era la de la señora Amina.

—Pero si mi señor no le gusta entonces puedo dejar que todos se queden. — Dije poniéndome de rodillas delante de él.  El me miró sorprendido. Pasé mis manos por su pecho y la fui bajando lentamente hasta legar a su pene que ya estaba duro. Lo miré a los ojos. Le agarre y apreté un poco. Gruñó y me sostuvo las manos

—Nadina… estas jugando con fuego—Dijo con voz ronca.

—MI señor,  solamente quería que se relajará.— Dijo bajando hasta sus pies para retirar sus zapatos.  Si algo nos enseñan es como seducir a un hombre.

—MI señor esta tenso— dije masajeando sus pies tome un poco de aceite esencial que contenía afrodisíaco y comencé a darle masaje el respiro profundo y dejó caer la cabeza hacia atrás.

Le retiré la camisa y los pantalones esparcí aceite por todo su cuerpo me retiré mi vestido y quede completamente desnuda por lo visto el no se había percatado hasta que sintió como me senté sobre el.

—Nadina… — lo volví a poner en su lugar yo tomé su miembro en mis manos, lo escuché  jadeando y vi como apretaba las manos en las sabanas había leído sobre que los hombre sentían placer al chuparle el pene y fue lo que hice

—Nadina…— jadeo pero no me detuve lo lamí chupe lo adores le puse las manos en toda su anatomía masculina el solo gruñía de placer. Lo sentí quedarme
—Por afrodita 

Hermes

Venía con la intención de hablar con mi esposa pero terminé gimiendo bajo las manos y la boca de mi inocente esposa ya ni recuerdo de que venía a hablar con ella.
—Por afrodita —gemí  —basta—Apartando a mi esposa de mi cuando la vi se lamio los labia de los restos de fluido que tenía en ello y por la diosa se veía tan morbosa que casi me vengo.

—No juegues con candela si no quieres quemarte. Le dije adolorido ella me miró y sonrió con malicia. —Y si quiero quemarme esposo dijo y se arrojó a besarme.

—Nadina…— dije en gélido joder que la deseaba. —No te contengas esposo y todo mi autocontrol se fue la tomé por las cadera nuestros cuerpos tenían aceite bese su cuerpo adore cada gemido cuando me pare entres sus piernas.
—Hermes…—me a posicione en la entrada de su vagina  y estaba empapada la miré y sus ojos estaban puestos en mi y fui entrando mientras ella arqueada la espalda cuando estuve completamente dentro todo mi cuerpo temblaba. Estaba haciendo un esfuerzo enorme por no terminar. Me moví de adentro hacía  afuera no se cuanto tiempo cuando nuestras respiración se tornaron trabajosa. El cuerpo de Nadina temblaba sentí como se contria en su interior llegó al orgasmo. Temblaba
De un momento a otro ella estaba sobre mi. Y comenzó a moverse mientras se tocaba los pechos me quedé observando sus movimientos me estaban volviendo loco.

PASIÓN GRIEGA EN LAS ARENAS DEL DESIERTO ARABICO. (Trilogía Pasión Y Cultura #3)Onde histórias criam vida. Descubra agora