Comando

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Los aldeanos estaban muy interesados en la compañía extranjera, probablemente hace mucho que no ven tantos humanos, los niños eran los más interesados, para algunos esta era la primera vez viendo a uno.
Semira montaba un ciervo, las águilas no eran expertas caminando por lo que se les ofreció esta opción.
Algunos aldeanos miraban al grupo con hostilidad pero en su mayoría los miraban con curiosidad o incluso con admiración, la mayoría de ojos estaban posados en la hija de Sol, la princesa Semira, sus ojos dorados captaban toda la atención, aunque el pelirrojo no se quedaba atrás ya que las señoritas también estaban muy interesadas así como los jóvenes chicos que admiraban notablemente su físico.
Semira observó de reojo al príncipe Grothard, hasta el momento él había sido más frío que el hielo, incluso después de haber dicho palabras amables su rostro solo contaba con una expresión neutral.
Como si sintiera su mirada el príncipe Grothard atrapó a los ojos osados, pero Semira contrario a sentir vergüenza alzó casi imperceptiblemente la barbilla demostrando orgullo y valentía.
Grothard notó esto y sonrió ante el desafío de la princesa. Era la primera vez que Semira lo veía sonreír, además, era la primera vez que Semira veía a un elfo hombre, el único elfo que ella conocía era Priscila por lo que era casi imposible no sentir curiosidad.

Semira sintió curiosidad por algo más, cerca de la frontera hacía mucho frío e incluso había nieve, pero aquí era todo lo contrario, el sol brillaba en lo más alto y el hermoso e hipnótico bosque señoreaba su belleza. Priscila le había dicho junto al arroyo que era por la barrera de protección contra la oscuridad, Semira realmente quería conocer más al respecto, después de todo, Naridian era el único lugar que había permanecido libre de la oscuridad.

Semira recordó las palabras de Leonor:
— Hay una antigua leyenda que dice que fue Sol quien puso la barrera en Naridian, Sol tenía un fuerte vínculo con Nerivaris por lo que decidió dejar sus cosas más preciadas en Naridian antes que en su propia tierra.
León también participó y unió fuerzas con Sol para hacer una barrera lo suficientemente poderosa como para resistir a la oscuridad más fuerte.
Se dice que el último fénix mora vivo en estas tierras y que hasta el día de hoy cuida el tesoro que Sol y Leo dejaron aquí. León forjó su propia espada en esta tierra y la dejó escondida antes de morir, Sol siguió su ejemplo y dejó su arma junto a la de su amado.
Ellos planearon todo para que sus descendientes pudieran tener un lugar libre de la oscuridad para poder planificar su represalia, sus armas e incluso el ave fénix.

Semira no sabía si esto era cierto o era solo una leyenda, pero pronto lo comprobaría.
Semira recordó a Priscila y rápidamente la buscó con la mirada, quizás su familia vivía en este pueblo, pero no pudo verla. Semira no se preocupó pues era imposible que ella estuviera en algún peligro.
Los pueblos de Nervia se convirtieron en ciudades y en la cercanía se podía apreciar el castillo, la ciudad era interesante, todo el lugar tenía plantas y árboles en comunión con las construcciones, eso lo hacía un lugar acogedor y precioso.
Las miradas curiosas nunca dejaron de perseguir a los príncipes por lo que ellos ya se habían acostumbrado.
Leo miraba el lugar con interés, las estatuas con llamativas orejas largas eran raras de ver en otro lugar que no fuera Naridian.
Leonor se acercó a su nieto y dijo en voz baja:
— Pase lo que pase querido, nunca te rindas, rendirse es para débiles y tú eres fuerte, si quieres algo consíguelo, lucha por ello, no importa lo que el resto piense, simplemente destruye al que se interponga en tu camino, nadie puede ni tiene derecho a intentar detenerte. ¿Me has oído?

Leo sonrió y preguntó en voz baja:
— ¿A qué te refieres con eso? ¿Y por qué lo dices en este momento?
Leonor lo miró y dijo:
— Te he visto, eres un hombre bueno y amable, estoy orgullosa por eso, pero, en este mundo no puedes ser feliz simplemente siendo bueno, también tienes que ser osado y atrevido, tus decisiones no tienen porqué depender de alguien más. No conseguirás nada si te dejas llevar por la bondad, ser bueno está bien, pero nunca confundas bondad con debilidad, un rey debe ser decidido y el amor debe hacerte más fuerte no más débil ¿está claro?

La Leyenda De Semira Donde viven las historias. Descúbrelo ahora