Pecado Mortal

- Introducción -

Me quedé plantada frente al edificio.

Veía la gente ir y venir, que entraba y salía del lujoso lugar.

El edificio más lujoso de la ciudad.

Miré la llave que tenía en mi mano. Suspiré. Los tacones resonaban por el suelo luminoso y de piedra, en la entrada, y anunciaba mi llegada ante la administración.

—Señorita Herrera, bienvenida de nuevo —la secretaria me recibía siempre con la misma sonrisa—. Por favor, deje que lleve sus maletas.

—No se preocupe, puedo hacerlo yo sola.

Me retiré de la sala y seguí mi camino. Adentrándome al ascensor, tecleé el botón PH 15. Mientras que el ascensor llegaba a su destino, un escalofrío recorrió mis piernas.

¿Por qué estaba tan nerviosa sí esto ya lo había hecho antes?

Las puertas se abrieron cuando llegamos al piso. Caminé un poco temblorosa por el pasillo, me arrimé a la puerta y coloqué la llave de oro en la cerradura. La enorme puerta hizo un extraño ''clic'', me adentré al penthouse y encendí las luces.

Dejé mi chaqueta en las banquetas próximas mientras que caminaba mirando el cielo estrellado y las luces de la gran ciudad. El enorme ventanal daba un espectáculo increíble, una ciudad enfurecida que parecía prenderse en llamas por la cantidad de luces amarillentas y naranjas.

Me senté en el sofá al frente del ventanal y suspiré.

El silencio parecía dominar toda la sala.

Hasta que escuché la puerta abrirse de repente. Sus pasos, firmes y precisos. Sentí como el corazón comenzó a estrujarse poco a poco. Su mano cálida, un poco húmeda —quizá por la lluvia que caía lentamente esa noche— se posicionó sobre mi hombro y me invitó a ponerme de pie.

Obediente, sin decir nada más, simplemente lo hice.

Su figura elegante, llamativa, candente... Él siempre me ha mirado de esa forma.

—Valeria, ya no hay vuelta atrás, ¿entiendes eso? —Dijo con su voz suave—. Luego de esto todo será diferente, te prometo que no dejaré que vuelvas a cometer otro error. No dejaré que nada te vuelva a lastimar, ¿me oyes?

—Lo sé, cariño, ahora hazme tuya de nuevo.