Duelo 4 (Capitulo VIII): El Don de Agni.

16 2 17
                                    

En el Jardín del Edén se estaba llevando a cabo una batalla de fuerza bruta protagonizada por las Deidades representantes que combatían en el Cuarto Duelo del Duelo de Panteones, Hanuman, el Dios Hindú de la Fuerza había conseguido romper la pierna izquierda de su rival tras un poderoso forcejeo del cual saldría vencedor gracias a su "Impulso del Noroeste", sin embargo ante la mirada sorprendida de las Deidades de las gradas del Laberinto de Creta el Dios Mapuche de la Guerra, Epunamun, conseguiría ponerse de pié gracias a su habilidad de aumentar las extremidades de su cuerpo, consiguiendo mantener sus huesos firmes al acrecentar sus músculos, tras esto el Dios representante del Panteón Sudama conseguiría conectar un poderoso ataque que mandaría a volar a su rival gracias a una extraña energía de color blanca que salía de este, Hanuman se estrellaría bruscamente contra una montaña provocando una pequeña avalancha en esta, las Deidades Hindúes observarían extrañados por el aumento exponencial de poder que estaba demostrando el Dios de la Guerra,

Shiva -Que mierda... ¡¿Ahora qué sucedió?!-

Momo -La... La batalla acaba de cambiar de panorama nuevamente... Al comienzo Epunamun se veía en problemas gracias a la Invulnerabilidad del Dios Hindú, pero el escudo de este terminaría por ser destruido gracias al "Destello Carmesí" del Dios Mapuche, rápidamente Hanuman volvería a emparejar las cosas gracias al "Impulso del Noroeste" con el cual incluso recuperó la ventaja al quebrar la pierna de su rival... Aún así el Dios representante del Panteón Sudama demostró su inquebrantable espíritu al usar su habilidad para incrementar los músculos de su pierna, estabilizandola, y atacando de manera muy efectiva con una nueva técnica...
¡Tanto en tan poco tiempo!-

Querella -Si que es un combate frenético, un buen espectáculo-

Aristeo -Entonces... ¿Ese destello blanco es una nueva técnica?-

Apolo -Eso parece ser... Pero, a la vez, no lo creo como tal...-

El Dios de la Guerra se mantendría de pié, observando seriamente en dirección hacia la montaña en donde se habría estrellado su rival, Epunamun, quien estaba siendo rodeado por pequeños destellos de color blanco, se mantuvo estático durante unos segundos hasta que finalmente en su rostro se dibujó una pequeña sonrisa, sobre la montaña la polvareda que había provocado el impacto se disipaba lentamente dejando ver cada vez de manera más clara la figura del Dios de la Fuerza quien se encontraba de pié con visibles heridas y moretones por todo su cuerpo, consecuencia del combate frenético que se encontraba disputando, una vez que toda la tierra de esfumó, Hanuman le devolvería a su contrincante la sonrisa, siendo esta una señal, no solo de que ambos Dioses se encontraban disfrutando del enfrentamiento, si no también dando la advertencia de que algo se aproximaba, el Dios Hindú inhalaría ruidosamente y comenzaría a gritar para que su contrincante lo pudiera escuchar,

Hanuman -¡Que calida sensación, y yo que pensé que el combate se acabaría rápidamente!-

Epunamun -Tss... ¡Jaja, me fastidia admitirlo, pero me estoy divirtiendo mucho, hacía demasiado tiempo que no me emocionaba por combatir!-

Hanuman -¡Opino igual... Y ahora pienso demostraste que no eres el único cabeza dura Epunamun!-

Epunamun -¡Perfecto, entonces demuéstrame lo que piensas hacer Dios de la Fuerza!-

En ese instante el Dios Hindú dió un gran salto, tan potente que hundiría la punta de la montaña, una vez en el cielo, Hanuman se abalanzaría en una explosión de aire usando su "Impulso del Noroeste", alcanzado a una velocidad increíble a su rival, Epunamun se sorprendería, era como si la velocidad de Hanuman hubiese aumentado de repente, aún así alcanzaría a esquivar el ataque y haciendo crecer su brazo propiciaría un puñetazo a su contrincante, este sin embargo no se movería y se mantendría aferrado al puño del Dios Mapuche quien movería el brazo bruscamente para intentar lanzar al Dios representante del Panteón Hindú, Hanuman haría uso de la inercia del movimiento de su contrincante para soltarse siendo lanzado hacia arriba, luego haría uso de su Impulso nuevamente lanzándose hacia abajo para golpear con ambos puños a Epunamun, este lograría apenas evitar uno de los puños con su brazo crecido, pero el otro puño le daría de lleno en su rostro, el Dios de la Guerra sonreiría y la luz blanca brotaría una vez más de su cuerpo, Hanuman abriría con sorpresa sus ojos y antes de que pudiese reaccionar recibiría un poderoso derechazo el cual lo lanzaría con una explosión de energía,

El Juicio Final: Duelo De PanteonesWhere stories live. Discover now