Remember Us This Way || Carlando

ɪᴠ. ᴇꜱᴛᴏ ᴇꜱ ʟᴏ ǫᴜᴇ ʜᴀʏ



Miro concentrado a Carlos, que resulta que se apellida Sainz, y no Vázquez, y aunque me despierta una genuina curiosidad hacia su persona, me pone de los nervios, y eso que yo no me pongo nervioso con nada.

Se ríe demasiado, sonríe todo el tiempo, habla muchísimo y muy deprisa, es insoportablemente amable. Es como... Es como si un golden retriever se hubiera convertido en un humano. Y es insoportable. Pero canta de puta madre, anoche lo demostró en aquel karaoke y ahora lo está demostrando de nuevo delante de Fernando y el resto de la banda. Primero quería que escucharan lo mismo que yo, para comprobar si ven en él el mismo talento que vi yo. Y si logra convencerles, porque todo depende de él, probaremos con más canciones. Por las caras de mis amigos, les está gustando, y para colmo sé que les ha caído bien.

Al final va a resultar que yo he descubierto esta joya de artista y no lo voy a soportar, y encima todos van a adorarlo menos yo.

- Es realmente bueno – me susurra Alex, acercándose a mí.

- ¿Te creías que traería a cualquiera? – Cuestiono con indiferencia.

- Eres un cabrón con buen oído – me dice George, sonriéndome abiertamente cuando la canción termina.

Me encojo de hombros y me acerco al panel, dándole al botón para comunicarme con Carlos.

- Eso ha estado bien – lo elogio con sequedad. – ¿Conoces "Believer"?

- Sí, claro – asiente, tragando saliva y mirándome a través del panel de cristal. – ¿Quieres que la cante?

- Sí. Hay partes muy rápidas y necesito ver si eres capaz de seguir el ritmo. ¿Podrás?

- Creo que sí, tendría que intentarlo, ¿no?

- Adelante – miro a Martina, y le hago un gesto para que ponga la base de la canción.

Me echo para atrás y me cruzo de brazos, mirando con mucha atención al madrileño. Cuando la música empieza a sonar, parece una persona totalmente distinta. Alguien más seguro, determinado, desvergonzado, templado...

Escucho con interés, pegando bien el oído para detectar si desafina, si llega a las notas correctas o no. Y he de decir que tiene una voz bien entrenada y trabajada, se nota que está habituado a que lo escuchen, porque sabe lo que hace. Noto un par de fallos, pero nada que no se arregle con algo de práctica y un buen profesor. Tampoco es algo que la gente corriente sea capaz de notar. Por algún motivo, no dejo de pensar que se escuchará increíble en concierto.

Vale, sí, en mi mente ya tengo decidido que este va a ser nuestro vocalista.

¡Canta espectacular! Joder, me voy a volver religioso. ¿Cómo he podido tener tanta suerte? Igual no lo soporto, vale, ¡pero es justo lo que necesitábamos! Y sinceramente, no quiero que sea mi amigo, quiero que cante de puta madre y sigamos rompiendo récords.

- Ya está bien – le indico amablemente a Alicia, que detiene la música. – Eso ha estado genuinamente bien, Carlos – digo, de nuevo por el altavoz. – Se me ocurren un par de correcciones para perfeccionar algunas cosas, pero está muy bien.

- Este... Gracias – lo veo sonreír tímidamente, a la vez que se sonroja, y...

Juraría que siento una tirantez en las comisuras de mis labios, un amago de sonrisa.

- Danos un momento – le pido retirándome del micro y girándome hacia el resto de mi banda. – ¿Qué me decís?

- Su voz suena a billetes – bromea George. – Con la voz que tiene vamos a vender los discos como rosquillas, Lan. Y si en concierto es la mitad de espectacular...