Capítulo 10.

104 14 6
                                    

—¿Qué quieres? —escucho que dicen a lo lejos.

—Quiero hablar con Lewis. —esa voz se me hace conocida.

—Está durmiendo. —responden.

—¿Puedes llamarlo? Quiero hablar con él.

—No es lo que tú quieras, Max.

Mierda, es Max.

Me levanto rápidamente, tomando la camiseta que llevaba la noche anterior y mi pantalón de pijama. Con torpeza me lo pongo, y cuando me dispongo a salir, me quedo paralizado al escuchar al mexicano.

—¿Puedes dejar de hacerte la víctima porque tu padre te golpeaba? —pregunta.

—No me estoy haciendo la víctima.

—Claro que lo haces y lo peor de todo es que todo el mundo justifica tus actitudes de mierda con eso y no es así.

—No sé de que hablas.

—Claro que sabes de qué hablo, todo el mundo justifica la violencia que tienes para afrontar las cosas o tus ataques de ira con lo que tu padre te hizo de pequeño, cuando la verdad de las cosas es que si quisieras ser mejor que él te esforzarías en cambiar. No puedo comprender como dices amar a Lewis y te atreves a lastimarlo así, si realmente lo hubieses amado hubieses aceptado buscar ayuda.

—Checo, ¿puedes llamar a Lewis?

—¡No! —dice alzando la voz.— Deja a Lewis tranquilo, ha sufrido bastante por tu culpa para que siga haciéndolo.

—Tú no sabes nada.

—Claro que lo sé, he sido yo quien lo ha ayudado a amarse de nuevo, he sido yo quien lo ha acompañado a cada una de las terapias. Sé mucho más de lo que piensas.

—¿Puedo hablar con Lewis o no? —pregunta.

—Ya te dije, Lewis está durmiendo.

—Ok, entraré a despertarlo.

Escucho gritos y forcejeos fuera de la habitación, lo que me hizo reaccionar y salir rápidamente.

Max tenía su mano empuñada con una mancha de sangre y Checo tenía un ojo rojo con un hilo de sangre corriendo por su ceja.

—¿Qué acabas de hacer? —pregunto empujando con fuerza a Max.

—Nada. —dice negando con la cabeza.

—Vete, vete de aquí que yo no quiero saber nada de ti. —sigo empujándolo hacia la puerta.

—Lewis, necesitamos hablar.

—No necesitamos hablar de nada. —digo molesto.

—Lewis, yo no quería... —dice con la voz entrecortada.

—¿No querías? ¿Entonces por qué lo golpeaste?

—Yo... Lewis...

Molesto cierro la puerta de golpe en su cara, girándome para ir hacia Checo quien se encontraba en el sofá con su mano sobre su ojo.

—¿Estás bien? —pregunto tomando su mano con cuidado para revisar la herida.

—Sí, sólo estoy molesto. —dice suspirando.

Camino hacia el mueble para sacar el botiquín, sacando todas las cosas para realizarle la curación.

—Lo lamento mucho, amor. —susurro limpiando con cuidado con una gasa y suero fisiológico.

—Tranquilo, amor. —sonríe.— Yo sé que nos costará que Max nos deje en paz.

—Me molesta que quiera desquitarse contigo cuando no tienes nada que ver.

—Lo sé, pero no podemos hacer mucho.

Luego de realizarle la curación en su ceja y ponerle frío en su ojo, obligué al mexicano a descansar mientras me encargaba de cocinar.

No soy partidario de cocinar carne, pero Checo no es vegano, por lo que hice mi mayor esfuerzo cocinando pastas a la boloñesa, y pastas con champiñones para mi.

—¿Te sientes mejor? —pregunto entrando con la bandeja a la habitación.

—Amor, sólo fue un golpe. —sonríe.

—Un golpe fuerte porque tienes tu ojito negro. —digo acomodando la bandeja con cuidado sobre sus piernas.

—Huele rico. —dice mientras coge el tenedor, comiendo de las pastas.

Me siento a su lado, comiendo también. Hoy no tenemos muchas cosas que hacer, en realidad, no tenemos nada que hacer más que descansar, y aunque habíamos planeado recorrer un campo cercano, lo mejor para el pecoso será guardar reposo, me preocupa que tenga aquel moretón en su ojo.

—¿Iremos al campo? —pregunta.

—Yo creo que lo mejor es que descanses. —digo dejando la bandeja de lado.

—Anda, vamos. —dice haciendo un puchero.— He estado descansando toda la mañana y ya me aburrí.

No me puedo resistir a su carita con ese puchero.

—Está bien, vamos.


━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━


No puedo negar que el lugar es perfecto y es mucho más perfecto cuando el pecoso iba saltando como un niño pequeño hacia el árbol para estirar la manta sobre esta, dejando la cesta a su lado.

—Sinceramente no creía que habías mandado a hacer una canasta para picnic. —digo sentándome a su lado.

—Obvio que si, además, esto no lo podemos hacer todos los días. —dice quitándose los zapatos para dejarlos a un lado.

—No se me había ocurrido hacer esto, la verdad. —me quito los zapatos, dejándolos a un lado.

—Menos mal se me ocurrió o hubiésemos muerto de hambre. —sonríe sacando varias cajas con frutas, galletas, jugos y dos sándwiches.

—¿Me quieres engordar? —pregunto tomando el sándwich.

—Sí, así nadie te mirará y sólo serás para mi.

—¿Sabes? Yo ya soy sólo para ti. —digo dejando un beso en su mejilla.

Ambos reímos y nos mantuvimos comiendo mientras conversábamos sobre el próximo gran premio.

Luego de un rato me recosté pasando mis brazos tras de mi nuca, mirando el árbol moverse, dejando entrar los rayos de sol que desaparecían rápidamente.

El mexicano se recostó en mi pecho, soltando un suspiro.

—¿No estoy soñando, cierto? —pregunta.

—Te puedo morder como anoche para que veas que no. —río.

—Idiota. —ríe.— Te tengo una sorpresa.

—¿Qué es? —pregunto.

—Si te digo ya no sería sorpresa. —se sienta, rebuscando en la cesta.

Me siento, cruzándome de piernas mientras lo observo saca una caja que parecía contener un pastel dentro.

—Ten. —me la acerca y la tomo con cuidado abriéndola.

No puedo evitar sonreír al ver lo que hay en su interior y asiento.

—Claro que quiero ser tu novio. —digo volviendo a leer el pastel que tenía una foto de él en donde aparece confundido, con el mensaje "¿Quieres ser mi novio?"

—Más te valía decirme que sí, si no, te embarraría el pastel en la cara y me iría dignamente.

—Ven acá, mejor embárrame a besos. —murmuro para dejar tiernos besos en sus labios.

—Te amo mucho. —dice sacando un poco de crema para embarrarla en mi nariz.

—Yo te amo a ti. —digo rozando mi nariz con su mejilla.

Nos pasamos el resto de la tarde acostados bajo el árbol, besándonos y disfrutando de la tranquilidad y comodidad de nuestro amor.

Good Feeling About You - Lewstappen / ChewisOnde histórias criam vida. Descubra agora