Eider posee una incapacidad crónica para soñar por sí misma y, en cambio, la habilidad innata para conectar con los sueños de los demás. Cansada de la gran ciudad y de vincularse noche tras noche con las mentes perturbadas que coexisten en ella, se...
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Una chica corre por la orilla sin que sus pies descalzos dejen huellas en la arena.
Las nubes se arremolinan sobre su cabeza y la tormenta que azora las aguas ha hecho sucumbir al alba ante la oscuridad intransigente y categórica de la más larga noche.
La marea se revuelve con violencia en ausencia de la Luna que suele guiarla y las olas viajan hasta la costa para estallar contra ella y así unirse a la perniciosa melodía que truenos, relámpagos y borrascas interpretan.
Y en medio de ese panorama, la chica corre hasta que el aire se le atasca en los pulmones y silencia sus hipidos. Trota sin descanso con el único objetivo de alcanzar a una sombra que cada vez parece más lejana y lo hace sin ser consciente de que, así se lo exija a sus piernas, que además claman porque se detenga, no habrá velocidad capaz de remediar el paso del tiempo.
Pasa por alto todas las señales que el destino ha interpuesto para ella, y solo necesitaría echar la vista atrás para percatarse de todas ellas. Ese día el faro no alumbra las líquidas y hostiles tierras habitadas por navegantes y sus pisadas no desaparecen bajo el oleaje al acariciar la arena; sino que ni siquiera han llegado a dibujarse a sus pies.
La lluvia acomete contra ella, perfila cada curva oculta bajo sus blancas vestiduras y se lleva por delante sus lágrimas.
Cuando por fin llega hasta él, la desnudez le cubre hasta el alma y los hipidos se han convertido en un llanto que escala con las uñas las profundidades de su garganta.
Se halla de nuevo, y como otras tantas veces, expuesta ante la oscuridad que habita en los ojos de Darren. Esa oscuridad que no tiene nada que envidiarle a la que habita en los recovecos más recónditos del Cosmos, allá donde el espacio tiempo ha interpuesto tal lejanía entre los cuerpos celestes que no existe atisbo de vida a años luz de distancia, y que con el tiempo ha aprendido a respetar.
Él la mira y ella sabe exactamente lo que sucederá a continuación: Darren se desvanecerá, como otras tantas veces y a saber por cuánto tiempo. Aunque se atreve a augurar que no será poco, al menos eso es lo que lee en su mirada; en cómo la observa como si estuvieran en extremos opuestos de la playa, pese a que a sus cuerpos apenas los separan unos pocos centímetros.
Llora, llora porque sabe de primera mano que no importa qué maniobra intente o qué pueda decirle, porque la distancia que interpondrá entre ellos será equiparable a la concentración de oscuridad que ve ahora reflejada en sus ojos, de un oscuro aguamarina solo presente en el abismo marítimo caribeño. Porque Eider lo sabe. A veces el tiempo no cambia a las personas ni las personas cambian con el paso del tiempo.
Los sollozos dejan de acallar la forma en la que su nombre ansía escapársele de los labios y, entonces, lo pronuncia. Primero entre sollozos y luego a gritos que hacen eco en el cielo, porque la forma en la que lo haga no cambiará el resultado que obtenga. Él se irá y ella no podrá impedírselo.
*
Ahhh, llevaba mucho tiempo queriendo subir esta novela a Wattpad. Debo admitir que me ha costado bastante porque después de Midnightemptation sentía que nada de lo que escribía era lo suficiente bueno, pero tras varios meses de trabajo en este proyecto he decidido publicarlo.
Es una novela que mezcla el realismo mágico con el romance, además del suspense como ya es costumbre en este perfil jaja
Espero que os guste porque este es definitivamente el proyecto en el que voy a invertir mi tiempo este 2024.
Besitos de chocolate para todos los que siempre estuvisteis, estáis y estaréis después de tanto tiempo, y también para todos aquellos que os embarcáis conmigo por primera vez.
