De cero a cien

Operación Rescate

Menos mal que Ruslana venía para ayudarme a sacar a Juanjo de mi casa, vaya lío.
Me acerqué al armario y abrí la puerta.

-Lo siento mucho de verdad- Le dije al verle la cara de susto que tenía.

-No te preocupes, lo importante es que no nos pillen. Trae mi mochila que me cambie.

Se la di, y me tumbé en la cama. De repente la puerta de mi habitación se estaba abriendo, me levanté de un salto y cerré de golpe la puerta de armario, solo espero no haberle hecho daño a Juanjo. Entró Ruslana, que susto me ha dado.

-Menos mal que eres tú, ayúdanos por favor.- Le dije inclinando la cabeza hacia el armario.

-¿Sigue ahí dentro?- Dijo Ruslana.

-Si.

Se dirigió al armario lo abrió y rápidamente lo volvió a cerrar.

-Tu novio se está cambiando....-Dice Ruslana sonrojada.

Finalmente Juanjo salió del armario ya vestido. Me puse en la puerta de la habitación por si subía mi madre.

-¿Cuál es el plan Ruslana?- Le pregunta Juanjo.

-Bueeeno....había pensado que....esperemos a que su madre se vaya a trabajar.

-Hoy no le toca turno en el hospital....

Ruslana se sentó en la cama a pensar como podría sacar a Juanjo de allí.

-¡Lo tengo!- Se levanta de la cama de un salto.- Lo enrollamos en esta alfombra y lo metemos en el maletero del coche y nos vamos.

-Como si fuera un cadaver- Dice riéndose Juanjo.

-¿Y si me pregunta mi madre que qué hago con la alfombra?

-Dile que la llevamos a lavar que anoche tiramos un refresco encima...- Dice Ruslana encogiéndose de hombros.

-Mi madre no se lo creería, no he limpiado mi habitación en meses.

Al poco tiempo tocaron a la puerta, Juanjo se metió en el armario en un segundo y abrimos Ruslana y yo.

-Martin cariño me han llamado del hospital, tengo que cubrir el turno de esta tarde. Así que me voy ya, nos vemos mañana, no se cuando llegaré.- Me da un beso y se va.

Cerramos la puerta, Juanjo salió del armario, y nos reímos a carcajadas.

-Mi plan perfecto al final no sirvió para nada.

-De todos modos la intención es lo que cuenta gracias Ruslana.- Le sonríe Juanjo. Éste cogió todas sus cosas, y se marchó por la puerta pero antes me agarró de la mano y bajamos al salón.

-Tengo que hablar contigo Martin.- Esto no pinta bien, se le ve inquieto y preocupado. Espero que no se arrepienta de lo que pasó anoche.

Fuimos caminando hasta el garaje mientras me hablaba.

-Esto no puede volver a pasar.- No, se arrepiente....me derrumbé y me puse nervioso.

-¿Qué?.....¿hice algo mal?

-No, todo lo contrario ha sido una de las mejores noches que he tenido. Pero casi me pilla tu madre....

-Le hubiera mentido, le digo que eres un amigo, no sabe que eres mi profesor....

-Y si me viera en alguna reunión del instituto, porque soy tu tutor...o el día de la graduación.....no es tan fácil.

-No te andes con rodeos y dímelo directamente, sino quieres seguir con esto, dilo. Lo entenderé. Has hecho que me enamore perdidamente de ti, y después pretendes dejarme por el peligro.....- Estaba a punto de llorar, contenía mis lagrimas para no soltar ninguna.

-Tranquilízate Martin, me has malinterpretado. Te quiero mucho y quiero estar contigo.- Me abrazó mientras me lo decía. Deshizo el abrazo y me dio un tierno e intenso beso en los labios.- Lo que quiero decir es que es muy arriesgado volver aquí, con tu madre, además mi coche ya lo ha fichado.

-Entonces.....

-Había pensado que podemos seguir viéndonos en mi casa. No nos arriesgamos a nada allí.

-Si, quiero ir a tu casa.- Finalmente de toda la tensión solté unas lágrimas, había pensado que me estaba dejando.

-Ahora tengo que irme amor. Te mando un WhatsApp con mi dirección. Por cierto la semana que viene es fiesta, tendréis una semana libre, así que podrás venir a mi casa- Me guiña el ojo.

-Me encantaría- Le sonrío.- Mañana nos vemos en clase Juanjo.

Me acaricio la cara y me dijo:
-Espero verte en clase, Martin.

Se montó en el coche pero sin cerrar la puerta.

-¿Y si no voy?

-Te castigaré- Me vuelve a guiñar el ojo.

Cerró la puerta, y se fue, mientras giraba vi como sacaba la mano por la ventanilla y se despedía.
Apareció Ruslana detrás de mi despidiendo a Juanjo.

Volvimos dentro y nos sentamos en mi cama.

-Yo también quisiera que el Sr. Bona me castigara-Dice Ruslana con una sonrisa pícara. Me sorprendió ese comentario viniendo de ella.

-Pues no, es mío, y me castiga solo a mi- Nos miramos y nos reímos a carcajadas.

Entre broma y broma mi teléfono empezó a sonar. Un WhatsApp de Juanjo. Su dirección. Le envié un emoticono y pase el resto del día con Ruslana, contándole todo lo que pasó anoche.

-¿Entonces solo te hizo una mamada?- Preguntó Ruslana.

-¡¡¡RUSLANA!!! Fue más que eso, pero después de acabar estaba muy cansado y me dijo que me durmiera...si no le habría ayudado yo también a que se relajara.

-Eso es bueno de tu parte, pero ya sabes la próxima vez, él primero, le toca a él.- Me reí. Porque para lo que muchos es un tema tabú como el sexo, ella lo habla con naturalidad y eso me gusta mucho de ella. No juzga tampoco.