轻狂
Qing kuang
Reckless
Sinopsis:
El capitán de baloncesto, Huo Ran, aparentemente conocido por su mal temperamento y el rumoreado rey de las peleas, Kou Chen, se habían enfrentado en la cancha de baloncesto, pero, inesperadamente, ambos quedaron e...
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De repente, escuchó su teléfono sonar, pero el sonido era poco claro y distante.
No fue hasta que el sonido del teléfono dejó de sonar, que se dio cuenta de que se había quedado dormido sin saber cuándo.
Abrió los ojos bruscamente, y cuando la borrosidad frente a sus ojos se disipó, descubrió que todavía estaba acostado en la cama de Kou Chen. ShuaiShuai, sobre el que había estado apoyando la cabeza, se había deslizado y solo le quedaba su cola al lado de su rostro.
Kou Chen, en cambio, era muy diferente. No en vano era el dueño.
Simplemente había tomado una almohada y se había quedado dormido, con la mitad de su cuerpo encima de él, roncando sonoramente.
—¿Qué hora es? —Huo Ran empujó a Kou Chen.
—Ah... —respondió Kou Chen confundido.
—Te pregunté qué hora es...—a mitad de las palabras de Huo Ran, un teléfono volvió a sonar en el bolsillo de su pantalón.
Con dificultad, extendió la mano para sacar el teléfono. Justo cuando tocaba una esquina, Kou Chen se dio la vuelta y se acostó boca arriba, diciendo con voz adormilada: —Joder, ¿dónde estás tocando?
Sólo entonces Huo Ran notó la relación entre la ubicación del teléfono y Kou Chen: —Piérdete, ¿por qué mejor no me cuentas cómo te dormiste?
Kou Chen sonrió y extendió la mano para rascar el pelaje de ShuaiShuai varias veces.
La llamada era de Jiang Lei, diciendo que se había reunido con Xu Chuan y los demás, y que estaría allí en media hora.
—¡Tía Waaaaang...! —Kou Chen se incorporó lentamente de la cama y gritó.
Huo Ran se sobresaltó y las orejas de ShuiaShuia se movieron ante el grito.
—Aquí tienes —la tía Wang subió las escaleras: —Subí hace un momento y vi que ustedes dos todavía estaban dormidos, por lo que no quise despertarlos. Les preparé sopa y compré muchos mariscos...
—Quiero comer algo guisado en aceite —dijo Kou Chen: —No hay objeción.
—Bien —la tía Wang asintió y bajó las escaleras.
—¿Tienes alguna objeción? —Kou Chen se volvió para mirar a Huo Ran: —¿Qué quieres comer?
—...No hay objeciones —dijo Huo Ran: —quiero darme un baño.
—Puedes darte un baño en mi habitación —dijo Kou Chen: —Después me subo a duchar. Puedes usar mi ropa si quieres, y hay ropa interior nueva en el cajón.