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"¿Qué tan aburrida tiene que estar una persona como para estar jodiendo a los demás?"

Pensó viendo con el ceño levemente fruncido la situación frente a ella.
Tenía su mejilla recostada en la palma de su mano con una expresión aburrida, un poco molesta también.
Hoy le tocaba el turno de la mañana en la tienda.

Empezó su día de muy buen humor a pesar de que no cenó la noche anterior por tardar tanto en la calle con Sinu.
Pero Yeonhui se lo compensó con un buen desayuno así que nada arruinaría su buen día.

Hasta que llegó el mismo cliente de ayer, entró dando un portazo y sin disimulo alguno la fulminó con la mirada. Como si quisiese matarla ahí mismo.

Lleva como unos diez minutos ahí quejándose de todo, de la ropa, de la tienda, de ella misma.
Nada se libra de las quejas de ese señor.

Se alarmó al ver que empezaba a tirar la ropa en el suelo enojado.
Rápidamente salió del mostrador para detener al muchacho con el desorden que estaba haciendo.

-- Señor, no puedo dejar que tire las prendas al suelo -- se agachó a recoger la ropa mientras las colocaba en sus lugares -- Por favor no hagas este tipo de cosas.

-- ¿Y por qué coño te iba hacer caso a tí? ¡¿Eh?! -- gritó enojado mientras daba una patada al mostrador causando un pequeño y agudo grito en la joven -- ¡Tú eres la perra que arruinó mi relación! ¡Yo tengo el derecho de arruinar tu tienda de mierda!

-- ¡¿D-de qué habla señor?! ¡Por favor cálmese! -- dió un pasó hacia atrás al ver que este había avanzado hacia ella de manera brusca.

-- ¡Maldita! ¡Ayer le regalé la ropa que compré aquí a mi novia! -- gritó apunto de colapsar de la ira -- ¡Y ella terminó conmigo! ¡Es por tu puta culpa!

Rápidamente este levantó su puño con la intención de pegar a la peliblanca quien cerró los ojos con miedo mientras se cubría la cara.
Al estar tan asustada con la situación no se había dado cuenta del ruido de la campana de la puerta que hace cuando alguien entra.
El golpe no llegó ya que fue detenido por una nueva presencia en el lugar.

-- ¡Maldito! ¡¿Quién coño eres tú?! -- gritó el cliente loco mientras intentaba soltarse del agarre del pelinegro -- ¡Suéltame joder!

-- Pequeña mierda -- bufó mientras soltaba algo de humo de sus labios, miraba con algo de desprecio al señor mientras apretaba más su agarre causando gritos de dolor por parte del cliente.
El señor tuvo que ponerse de rodillas en el suelo por tanto dolor que no podía soportar -- ¿Qué te hace creer que te voy a soltar después de intentar agredir a mi empleada?

La peliblanca miraba con asombro la situación, no sabía en qué momento Samuel había entrado en la tienda ni tampoco el como había tenido el tiempo para detener al señor.
Pero sí sabe algo es que está muy agradecida con él, se libró de un golpe en su cara.

Samuel soltó con algo de brusquedad al señor pero este no tuvo tiempo de sentir alivio en la zona herida por la repentina patada en la cara que recibió por parte del tatuado.
Fue tan fuerte que algunos dientes del señor salieron volando.

La adolescente se cubrió la boca con ambas manos ya que no se esperaba tal golpe, el señor estaba sangrando inconsciente en el suelo. La peliblanca siente sus latidos acelerar por el miedo que le estaba causando la situación.

-- Samuel, creo que es suficiente... -- murmuró viendo con algo de súplica al pelinegro.
El tatuado bufó ofendido ante las palabras de la femenina.

-- Tengo que darle su merecido para que no vuelva a molestarte -- respondió con algo de calma pero con el ceño fruncido de manera leve -- Ayer no hice nada porque me lo habías pedido pero ahora ni de puta coña se libra de mí.

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⏰ Last updated: May 11 ⏰

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𝐒𝐎𝐋𝐎𝐒 ☻ ☹                                                    𝐋𝐎𝐎𝐊𝐈𝐒𝐌Where stories live. Discover now