Capítulo 31
Una brisa fresca anunciaba la llegada de la noche, y el graznido de los pájaros nocturnos comenzaba a llenar el aire.
De repente, las primeras gotas de lluvia empezaron a caer, tiñendo el suelo de la floresta con su danza errática. Con cada minuto que pasaba, la intensidad de la lluvia aumentaba, convirtiendo el bosque en un mar de sonidos ahogados por el chaparrón.
—Noir, ¿qué deberíamos hacer? —preguntó Ryo, levantando la cabeza hacia el cielo oscurecido por las nubes.
Depues descendió con gracia y se posó en una rama cercana, observando la creciente tormenta con preocupación.
—Lo mejor será buscar refugio antes de que empeore —respondió, su voz resonando en la mente de Ryo.
Se adentraron más en el bosque, buscando algún abrigo donde resguardarse de la furia del clima. Fue entonces cuando encontraron una cueva oculta entre las rocas, su entrada apenas visible entre la maleza.
—¡Aquí! —exclamó Ryo, señalando hacia la oscura abertura.
Sin dudarlo, se adentraron un poco más en la caverna, buscando un respiro del aguacero que caía sin piedad afuera. Sin embargo, apenas habían avanzado unos pasos cuando un gruñido gutural rompió el silencio, seguido por el eco de patas que se acercaban rápidamente.
En la penumbra de la cueva, cinco pares de ojos brillantes los observaban con hostilidad, pertenecientes a lobos hambrientos y desconfiados que bloqueaban su camino.
—Parece que no estamos solos aquí —murmuró Noir, preparándose para lo que venía.
Ryo dejó escapar un rugido profundo, mostrando sus colmillos afilados en un desafío silencioso. Los lobos gruñeron en respuesta, dispuestos a defender su territorio de intrusos.
—No queremos problemas, solo buscamos refugio de la lluvia —intentó explicar Noir, su voz aún permanecía calmada pero firme.
Sin embargo, los lobos no parecían dispuestos a escuchar razones, avanzando lentamente hacia ellos con sus dientes al descubierto y sus cuerpos tensos, listos para atacar en cualquier momento.
Ryo se colocó delante de Noir, con su imponente figura mientras evaluaba sus opciones. Sabía que estaban en desventaja numérica, pero no permitiría que nada ni nadie pusiera en peligro al único que sabía el paradero de su compañera.
—Prepárate, Noir. Parece que tendremos que luchar —advirtió, su voz resonando con determinación.
Noir se lanzó hacia adelante con ferocidad, sus garras afiladas y su pico amenazante eran armas letales contra los lobos que se le acercaban. Con movimientos ágiles, esquivaba los ataques de sus oponentes mientras contra atacaba con precisión, buscando mantenerlos a raya y proteger a su amigo Ryo.
Mientras tanto, Ryo luchaba con fiereza contra los tres lobos que lo rodeaban, manteniendo su postura defensiva mientras buscaba una apertura para contraatacar. Los lobos se movían con astucia, buscando debilidades en la defensa del tigre, pero Ryo se mantenía firme, sus músculos tensos y sus sentidos alerta.
—¡Ryo, cuidado a tu derecha! —gritó Noir, desviando a un lobo que intentaba atacar al tigre por sorpresa.
Ryo respondió con un rugido gutural, lanzándose hacia adelante con una velocidad impresionante. Sus garras destellaban en la penumbra de la cueva mientras golpeaba a sus atacantes con fuerza, buscando desequilibrarlos y ganar la ventaja.
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Tarish
Antes de partir, me despedí de mi fiel amigo Orus. Sus ojos reflejaban preocupación y tristeza al verme partir, pero también me brindaban su apoyo incondicional. Su amistad había sido un ancla en los momentos más difíciles de mi vida, y ahora, mientras me alejaba de la seguridad de nuestra aldea, su presencia se convertía en un recuerdo reconfortante que llevaba conmigo.
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El ultimo paraíso de las bestias
RomanceLalabel una Estudiante de 3 er año de veterinaria, sufre un accidente en la calle y después de la caída conoce a un misterioso anciano, la transfiere otro mundo de Fantasía donde los animales se transformar en humanos. Lalabel y sus esposos reco...