Las lunas superiores se han convertido en pequeños bebes los cuales actúan como niños humanos, Muzan, estresado por la situación, decide pedir ayuda a la persona la cual le tiene mas confianza, su querida amiga T/N, la cual al enterase va lo mas ráp...
Bienvenidxs! Les pido porfavor que se queden hasta el final para una desición importante.
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-Narrador Omnisciente-
T/N se encontraba con las lunas explicando poco a poco como funcionaba todo lo relacionado con sus habilidades y técnicas de sangre, mientras soportaba pregunta por pregunta.
- Y es posible que puedan regenerarse pero será mejor que no se lastimen si no quieren preocuparme, ¿Bien? - Les explico hincada al frente de sus Lunitas.
- ¡Bien! -
Sonrió para levantarse y dejarlos jugar, les permitía usar sus habilidades solo y cuando fuera necesario y para bien.
La demonio estaba algo nerviosa al principio, ¿Y si sus queridos pequeñines empezaban a tomar una actitud agresiva? Afortunadamente fue todo lo contrario.
Se encontraban emocionados, querían aprender algo nuevo en lo que fueran buenos y T/N lo entendió, por eso no se negó al querer enseñarles.
La femenina miraba a sus lunitas jugar, pero se percató de la falta de uno de sus pequeñines.
Volteo a todos lados sin embargo no lo encontro.
Rui no se alejaba mucho de ella por lo que le pareció extraño.
Sabiendo que sus lunitas iban a estar bien jugando en su habitación salió a buscar al albino.
Camino por todos lados hasta escuchar la voz de Muzan, camino despacio hasta llegar a dónde se encontraba.
Muzan estaba hincado al frente de Rui quien estaba echo bolita en una esquina abrazando sus piernas y ocultando su carita en estás mismas.
- ¿Qué pasa? - Se agachó para estar a lado de Muzan.
- Algo lo tiene inquieto pero no me a dicho nada - Le comento Muzan sin quitar la mirada del albino.
T/N miro a Muzan y luego a Rui, algo estaba mal.
- Rui mi arañita, ¿Qué pasa? - Pregunto la demonio en un tono tranquilo.
Rui levanto un poco la mirada, parecía triste y preocupado.
La expresión de los dos demonios al frente de el cambio a una sonrisa para que el pequeño no se sintiera atacado.
Por fin saco por completo su cara de sus piernas.
- Tu amigo, el cazador, está en peligro por mi culpa - Rui susurro muy bajito con miedo.
