¿Puedes Amarme?

Capitulo 17: Cielo Oscuro

Estoy en la mansión de Sesshomaru, ambos estamos encerrados en una habitación privada en el último piso de la mansión, ante este gran descubrimiento decidimos hablar sin tener a nadie a nuestro alrededor, necesitamos privacidad para discutir está situación delicada.
Me siento sobre un cojín, enfrente de mi hay una pequeña mesita, hay una tetera de jade, me lleno la taza  disfruto del dulce sabor de la miel mezclado con las hiervas del té.

Sesshomaru: ¿No puedes sacar el fragmento de tu cuerpo?.

Kagome: No lo se. *Dejo la taza de té sobre la mesa* Déjame intentarlo.

Coloco las palmas de mis manos sobre mi pecho, en la zona en donde estaba el resplandor del fragmento, cierro lo ojos unos, elevo mi poder sagrado, las palmas de mis manos comienzan a brillar, puedo sentir el calor que irradia la luz del fragmento de la perla en mi interior.
De repente abro los ojos, de mis labios escapa un quejido de dolor, mi respiración se acelera mientras mi visión se va volviendo algo borrosa, mis están están algo temblorosas, siento un profundo y agudo dolor en mi pecho, me duele mucho.

Sesshomaru: *Se arrodilla enfrente de ella* ¿Qué te sucede?.

Estoy respirando por la boca, estoy comenzando a sudar mucho, además este inmenso dolor en mi pecho no se está desvaneciendo, sigue persistiendo, ¿acaso son los síntomas de un infarto?, no puede ser, soy muy joven cómo para sufrir un infarto, ¿siento este dolor porque intente retirar el fragmento?.
Mi cuerpo se tambalea, ante caer Sesshomaru pasa su brazo por mi espalda, termino apoyando mi cabeza en su pecho, mi cuerpo permanece en su regazo. Siento la mano de Sesshomaru moviendo mi cabeza, me coloca en una posición en la que puedo respirar sin ningún problema, lentamente mi respiración se va calmando y el dolor de mi pecho va disminuyendo hasta el punto de ya no sentir más dolor.

Sesshomaru: *Observa la mano de Kagome sobre su corazón* ¿Te duele el corazón?.

Kagome: *Asiento* Si, pero... Ya... No... Duele...

Me cuesta un poco de trabajo poder hablar, a pesar de que el dolor ya no está presente, Sesshomaru me acuna en sus brazos, mantiene sus ojos fijos en mi, observando mis reacciones y cada uno de mis movimientos, puedo ver un extraño brillo en su mirada, parece preocupación, no estoy del todo segura.
Mi cuerpo se relaja por completo estando en sus brazos, lo miro con agradecimiento, soy consciente de que me está vigilando en caso de que el dolor regrese. Termino apoyando mi cabeza de nuevo en su pecho, me siento algo cansada y mis parpados se sienten realmente cansados, no soy capaz de soportarlo por más tiempo, necesito cerrar los ojos, solo por unos minutos.

SESSHOMARU

Han pasado alrededor de 3 horas desde que Kagome cayo inconsciente, la acosté en mi cama, estoy sentado a su lado, asegurándome de que ella esté respirando, por el repentino cambio que tuvo hace unas horas diría que se trato de un infarto o algo así se le dice a ese extraño suceso que ocurre en los corazones humanos, cuando el corazón provoca un fuerte dolor en el pecho, señal de que intento dejar de latir. 

No soy experto en las enfermedades humanas, pero estoy casi seguro de que se trataba de un infarto. La luz del fragmento está en el pecho de Kagome casi cerca del corazón, cuando ella intento sacar el fragmento de su cuerpo, comenzó a sufrir de un ataque al corazón, eso significa que no se puede sacarlo sin hacerle daño a ella.

Kagome: *Despertando* Mmm... ¿Sesshomaru?...

Sesshomaru: Estoy aquí, ¿cómo te sientes?.

Kagome: *Me llevo una mano hacia el corazón* Cómo si me hubiera dado un infarto, se sintió horrible.

Miro fijamente los ojos de Kagome, por primera vez en mucho tiempo puedo ver que ella no está tratando de ocultar sus emociones cómo suele hacerlo, está vez la veo vulnerable, puedo ver sus pupilas temblando, una clara señal de que tiene miedo, en verdad se asusto con el dolor que acaba de sentir hace unas horas.
No se cómo reaccionar, no se porque estoy sintiendo un especie de impulso en mi cuerpo que me está pidiendo que la consuele. No se que hacer, solamente estiro mi mano, la coloco sobre la mano de Kagome y entrelazo sus dedos con los míos. Los ojos de Kagome se abren en par en par, aunque no dura mucho, su expresión se vuelve seria, me mira a los ojos y me corresponde el apretón de manos.