°Milk Secrets° ³

788 29 0
                                    

Nina.

–No pares. –agarro la parte de atrás de su cabeza y hundo mis dedos en su cabello para traer su boca de regreso a mi pecho. Cuando se aferra a mi pezón, es la primera vez en más de una semana que la creciente presión dentro de mi pecho empieza a ceder.

Su boca se mueve hacia el otro y sella el espacio entre sus labios y mi pezón. Cuando siento el mismo alivio instantáneo, no entiendo qué le está pasando a mi cuerpo.

Pensaba que solo las mujeres con bebés generaban leche materna, pero ahora mismo, no importa. Lo que sí entiendo, sin embargo, es que lo que sea que esté haciendo mi tío está ayudando. Me agarro a sus hombros para aferrarme a él mientras su mano trabaja entre nosotros.

–¡Tío Jhonny! –me sobresalto cuando siento su mano tirando de mis bragas hacia un lado. Mis ojos bajan entre nosotros y veo su polla fuera del pantalón. Suelto un pequeño jadeo al ver su tamaño.

Claro, mamá me enseñó un vídeo sobre sexo y lo que necesitan los hombres, pero ver una polla en una pantalla y tener una apretándome es otra cosa. Para empezar, en la tele es más pequeña. La mujer de la pantalla se había llevado al hombre a la boca y luego también dejó que se la metiera. Esa cosa me partirá en dos. Entonces veo una pequeña gota de algo cremoso gotear de la punta.

–Nunca te haré daño, dulzura. Solo estoy buscando más de tu crema. –sus dedos separan los labios de mi sexo y gimo cuando acaricia el pequeño manojo de nervios que hay ahí. –Te has afeitado.

–Estaba en la lista de cosas que tenía que hacer.

–También te duele aquí, ¿verdad? –asiento porque es demasiado difícil formar palabras. –¿Quieres que el tío Depp te cuide?

–Tú siempre me cuidas. –digo distraídamente. Estoy tan perdida en lo que sea que le esté haciendo a mi cuerpo que ya no creo que sea mío.

–Lo hago. –aprieta con fuerza el pequeño bulto y arremolina los dedos. Su boca vuelve a succionar mi pecho antes de dar largos y fuertes tirones. Clavo las uñas en sus hombros mientras un placer sin precedentes me sacude por dentro. Me derrumbo sobre él y entierro la cara en su cuello mientras intento recuperar el aliento.

¿Qué demonios ha sido eso?

Levanto la vista cuando saca la mano de entre nosotros y veo cómo se mete los dedos pegajosos en la boca. Un fuerte gemido de placer retumba desde lo más profundo de su ser.

–Nunca es tan bueno cuando me lo hago a mí misma. –susurro, casi asombrada.

–Dulzura... –susurra, y levanto la cabeza. Me encantaba cuando me llamaba dulzura. –No te toques a menos que te lo indique. ¿Entiendes? –dice con severidad.

–Pero a veces, yo... –me relamo los labios, me da vergüenza admitir que me gusta tocarme.

–Si quieres frotarte, vienes a verme y yo me encargo. ¿Me entiendes?

–Sí, tío Depp. –acepto. –¿Eso está en la lista? –creo que disfrutaré cumplir esa regla. Se le da mejor que a mí.

–Lo está ahora.

–¿Y tú, tío? –me muerdo el labio mientras mis ojos se posan en su polla. Sale más crema de la punta. –¿Te chupo como me chupaste? ¿A ti también te duele?

–Años. Durante años me ha dolido.

–Lo lamento, tío.

–Enséñame. —me pasa el pulgar por el labio inferior.

–¿Qué cosa?

–Que lo lamentas. De rodillas, dulzura. –me baja de su regazo al suelo. –Vamos. –me anima. Sus dedos se hunden en mi pelo mientras me guía hacia su polla. Alargo la mano para rodearlo, pero me detiene. –Sin manos. Por ahora, prueba un poco. –apoyo las manos en sus gruesos muslos y asiento. Deslizo la lengua por la cabeza de su polla y barro el cordón de cremosidad. La salinidad me llena la boca y, en cuanto la pruebo, quiero más. Rodeo la cabeza con la boca y chupo para aliviarlo. Me salpica la lengua y gimo. –Codiciosa. –me mira a través de las pestañas mientras sigo pasando la lengua por el agujerito de donde sale la crema. Intento conseguir más mientras él niega. –No, no, no. –me tira del pelo hacia atrás y su polla se desliza fuera de mi boca.

–¿Lo he hecho mal?

–No desperdiciaremos mi crema.

–Pero te has bebido la mía. –resoplo, confusa.

–Ya la tendrás. No seas impaciente –me levanta de nuevo y me hace girar para que mi espalda choque contra la cama. –Basta de juegos, muñeca. –me quita las bragas y las tira antes de separarme los muslos y tirarme a la cama. Trato de cerrar las piernas, pero él se interpone entre ellas y me golpea el costado del muslo. Doy un respingo y las tetas me rebotan. –Si te abro los muslos, los mantienes así. –me muerdo el labio y asiento. –Así, dulzura. –guía la cabeza de su polla entre los labios de mi sexo, y gimo mientras mis caderas se agitan. La desliza sobre mi clítoris, pero luego siento que va más abajo.

–¡Eso es romper una regla! –exclamo cuando presiona la cabeza de su polla dentro de mí.

–Las reglas no son para mi, Nina. Me perteneces y puedo hacer lo que quiera contigo. –mi sexo se aprieta alrededor de la cabeza de su polla, y siento que un líquido caliente sale de mí. –A alguien le encanta la idea de que use su pequeño cuerpo.

–¿Pequeño? –quiero reírme porque no creo que sea muy pequeño. Con suerte me queda el vestido.

–Sí. Eres mi pequeña. –respiro y el corazón me da un vuelco.

Observo cómo se acaricia, y la necesidad de levantar mis caderas es demasiado. Cuando lo hago, vuelve a golpearme en el muslo y el fuerte pinchazo se dispara directamente a mi clítoris. Gimo de necesidad mientras él sigue presionándome con su polla.

–Quédate quieta y toma la crema del tío Depp como una chica educada. Tu cuerpo la necesita. Es buena para ti. –sigue subiendo y bajando la mano por la polla, y yo me agarro al edredón rosa, necesitando agarrarme a algo para no moverme. Mi clítoris vuelve a palpitar.

De repente, el tío Depp emite un fuerte gemido y siento calor en mi interior. Mantiene la polla en su sitio, sin moverse durante un largo rato. Cuando retrocede, su polla se desliza fuera de mí y me siento vacía. Me muerdo el interior de la mejilla para no pedirle que me la vuelva a meter. Ya me ha dado tanto.

Se arrodilla y siento su boca justo donde más la deseo. Su lengua hace lo mismo que habían hecho sus dedos, pasándola de un lado a otro. Esta vez, me mete un dedo en el culo y la crema que me había dado antes empieza a derramarse. Gimo cuando vuelve a quitarme el dolor y este orgasmo es mejor que el anterior.

–¡Tío Jhonny! –grito porque todo es demasiado. Mis ojos se cierran y el sueño empieza a hundirme. Mi cuerpo es tan pesado ahora, y aunque intento luchar contra ello, es demasiado.

Lo último que siento es al tío Depp subiendo por mi cuerpo y agarrándose a mi pecho. Gime mientras traga y toma lo que le pertenece.

One Shots [+21] «Johnny Depp»Where stories live. Discover now