Averno ; hades66

AVO21.

—¿De qué hablasteis?.—dejé la botella de agua sobre la mesa y miré a mi suegro para recordarle a Hades que no estábamos solos y si bien es cierto su confianza con su padre era mucha y me alegraba pero eso no me incluía a mí en el paquete.

—Iré a buscarte ropa de cama limpia.—se excusó el colorado.

—No, puedes quedarte.

—Hijo, esto es con mucha diferencia, lo más incómodo que he experimentado en mucho tiempo.—observé mi mano escayolada.—Se cuida.—Sentí que se acercó a mí y besó mi cabeza, sonreí, mi pai nunca hizo nada parecido.

—¿Y qué fue eso?.—preguntó cuando nos quedamos solos.—¡Te estoy hablando!

—¿Me puedes dar un break?.—masajeé mi cuello.—Me duele todo el cuerpo y no tengo ganas de discutir ahora.—se cruzó de brazos y resopló varias veces.—¿Qué te importa lo que hablamos?

—Porque quiero entender, después que te atropellaron nada más la querías a ella a pesar de que yo estaba allá dispuesto a subirme en la ambulancia contigo, preferiste irte con ella.

—Así lo sentí, siempre estamos en las bajas de la otra. Supongo fue la costumbre.—se sentó a mi lado en la camilla y como pude, me alejé un poco, no podía negar que estaba un poco asustada.

—¿Qué e' eta' mierda ahora, Perséfone?

—Estoy haciéndote es..

—¡Y un carajo!.—me sobresalté, pareció darse cuenta y prefirió alejarse algunos metros.—No estabas así antes de salir de la casa, te juntaste con ella y estás toda distante conmigo.¿Por qué?

—Son ideas tuyas.

—¿Me estás diciendo loco ahora?

—No dije nada.

—¿Quieres que hable con alguien? Después de esto no podrás viajar para el tour con De..

—¿Qué?.—negué con mi cabeza.—Voy a ir, claro que sí, esto no es para tanto. Puedo caminar y no me duele más que mi brazo.

—No creo que debas ir.

—Escucha, no subiré si veo que me encuentro muy mal pero ya acepté y no quiero quedar mal con ellos ni con los fanáticos.

—No.

—No me mandas, Hades.

—No es eso, me preocupas.—susurró.—Te diste un golpe bien feo y volaste bien lejos del impacto, mami.—agarró mi mano.—No quiero que te fuerces, deberíamos quedarnos acá y descansar, deberías dejarme cuidarte y..

—iré.—soltó mi mano de inmediato y comenzó a caminar de un lado a otro de la habitación.—¿Qué?

—Volví.—miré a mi suegro.—Te dejo las mantas, Hades , necesito que me acompañes para explicarte algo de Meek, ya que pasarás la noche aquí y yo tengo que ir para el estudio...

—Estoy manteniendo una conversación con mi jeva.

—Ven.

—Te digo que estoy en alg...—chillé por la sorpresa al ver como se lo llevaba de la oreja, auch , eso debía doler.

—Antes de que se vayan, ¿dónde está mi amiga?

—No se quedó.—respondió el 66 con tono serio.

Narra Hades.

—¡Concentrado que te estoy hablando!

—Ya, ya...—respondí con pereza, el teléfono de Perse vibró en mi bolsillo, era otro mensaje de la amiga.—Como jode.