AVO28.

1K 96 33
                                    


PERSÉFONE.

—Baby.—retrocedí asustada, no pensaba disimular , me aterraba la persona que tenía al lado.—No sigas agotando mi paciencia, por favor.—observé el lugar en el que estábamos, era una casa junto a la playa, jamás la había visto ni me había hablado de ella.

Observé mi brazo vendado y entonces las imágenes de ayer re reprodujeron rápidamente en mi mente, llevé mis manos a mi cabeza y chillé asustada, casi podía sentir la bala atravesándome.

De un momento a otro la habitación se llenó de personas que no conocía, por su atuendo pude adivinar que se trataba de cuerpo médico pero no los quería cerca, no me fiaba de ninguno de ellos.

—Deja que revisen que todo va bien ahí dentro.—señaló mi vientre.

—No quiero.—se levantó del sillón en el que estaba tirado mientras jugaba en su teléfono.—¿Me vas a pegar? Nada más eso falt...—Sentí el picor en mi mejilla tras recibir un bofetada por su parte, y no supe si fue por impotencia o por miedo pero comencé a llorar, no quería que me viera derrotada pero vamos, seamos honestos, estaba en una casa cuya localización de seguro nadie más la tenía y rodeada de esbirros dispuestos a serle leal y  con la negativa en lo que ayudarme se refería.

—Te van a revisar porque estás embarazada y necesito saber que todo va bien.

—¿Secuestrada? Nada va bien.

—¿Estás secuestrada o estás pasando unos días de vacaciones con tu jevo? Nadie nos molestará, muñequita .

—¿Cómo dijiste?

—Revisen ese disparo tan feo que le hicieron.—arrugó su nariz.—Mi mujer está embarazada y es importante que los cuiden bien en cuanto a sanidad se refiere.¿Fui claro?

—¿Te volviste loco?

— Así me traes.—eso mismo me dijo su papá.

Salí de mis pensamientos cuando se acercaron a mí, retrocedí algunos pasos para evitar terminar acorralada, cuando vi el bisturí no dudé en tomarlo y me lo puse en el cuello.

—¿Quieres llamar mi atención? Si la tienes toda...—se burló.—¡Ya basta, Perséfone!

—No te acerques.— lo presioné sobre mi cuello provocando la primeras gotas de sangre.

—¡Perse, dita' sea!.—gruñó y lo apreté aún más.—Eres lo único que tengo y amo, si me haces esto no me quedará nada.—me reí sin ganas.

—No me ames tanto porque no puedes imaginar cómo duele, arde.

—Quisiste jugar con fuego y ahora andas quejándote porque quema.

—Antes no quemaba de esta forma.

—Yo amo la forma en que arde, verte arder...

—Puedo hacerte mucho daño, Hades y lo haré, aunque para ello deba herirme a mi misma.—aseguré antes de pasar el filo de un extremo a otro de mi cuello.

—¡No!— gritó antes de interceptarme evitando así que cayera el piso.—¿Les pago para que la vean desangrarse? ¡Moveos, inútiles!

—Hay mucha sangre.—tosí.—Creo que me...—sentí mis ojos pesar y no puse resistencia cuando comenzaron a cerrarse.

(...)

Observé la habitación, Hades estaba en el sillón jugando con sus pulseras, me limité a observarlo en silencio, no quería que supiera que estaba despierta ya.

Averno ; hades66Where stories live. Discover now