𝚇𝚇𝚅𝙸. 𝙰𝚛𝚍𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚝𝚞 𝚊𝚖𝚘𝚛

92 23 90
                                    

⚠️Advertencia: El siguiente capítulo contiene escenas de maltrato físico explícito, y referencias a intentos de asesinato. Se recomienda discreción.

𝟏𝟐:𝟎𝟏𝐚𝐦.

𝐒á𝐛𝐚𝐝𝐨, 𝐩𝐚𝐫𝐜𝐢𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐧𝐮𝐛𝐥𝐚𝐝𝐨.

Bueno, la verdad me enorgullece que hayas podido mantenerte a raya en los últimos días. Estaba considerando sacarte del coro para evitar problemas.  Damian... Siempre amable, siempre comprensivo... intentaba animar los "progresos" de su hermano. — Perdón por haberte golpeado esa vez... 

 Nooo para nada hermano. Me lo merecía, soy consciente de ello. —Jaden permanecía sentado al filo del sofá, Damian le sirvió un poco de vino, y rellenó su propia copa. — Disculpa, Damian, ¿Me puedes dar otra cosa para beber...? Intento dejar de una vez mis adicciones. 

¿Adicciones...?

Esta historia ha avanzado tanto, y conocemos tan poco de su antagonista principal...

Damian se levantó de su sillón y fue a buscar una bebida a su refrigerador, orgulloso de saber que Jaden estaba siendo tan sensato. Sin que Damian lo note, Jaden revisó en su teléfono, la hora hasta ese momento, ¿Cuánto tiempo pasó? Apenas 9:35 minutos. Se acomodó mejor en el sillón, un poco ansioso, tronaba sus dedos constantemente, y miraba de un lado a otro. Extrajo un pequeño frasco de su bolsillo, y vació su contenido en la copa de su hermano... Damian volvió a sentarse frente a Jaden, sirviéndole algunos snacks y una Coca-Cola fría.

Y bien, Jaden. ¿De qué querías hablarme exactamente? — Damian siempre ha sido observador. La inquietud de Jaden no pasó desapercibida. Tomó su copa, dando un pequeño trago, pero no se imaginaba lo que estaba pasando.

He estado pensando mucho en algunas cosas últimamente. Consideré volver a París por otro par de ofertas pero... hay algo que me tiene muy, inquieto. — La atmósfera se volvió mas pesada, Jaden dejó de moverse tanto, y Damian se inclinó hacia él. — Damian, sientes algo por ella, ¿verdad? — Comenzaba a ser evidente que Jaden no estaba en sus cabales.

 Por supuesto. Pero tú no estas aquí por eso... — Damian se enderezó, ligeramente avergonzado al notar que Jaden cambió completamente su semblante. Desafortunadamente para Damian... su copa ya estaba vacía...

 De hecho, sí, estoy muy molesto contigo. ¿Desde cuando pasó? — Jaden se puso de pie, colocando perfectamente cada uno de los libros y adornos de las repisas de Damian.

 Desde esa cena. — afirmó el mayor sin titubeo, llevando una de sus manos a su cien, comenzó a sentir cierto malestar.

Jaden miró a su hermano por encima de su hombro, mientras giraba una pequeña estatuilla para alinearla en su sitio. Al notar que Damian comenzaba a perder su temple, Jaden supo que había iniciado su loco plan. Sonrió de lado, envió un mensaje de texto, y esperó.

 Casi un año ya... Vaya. Nunca esperé esto de mi propio hermano.  Las acciones de Jaden comenzaron a ser cada vez más erráticas, se paseaba por la sala, alrededor de su hermano, colocando todo de manera simétrica y ordenada. Se balanceaba un poco al caminar y tarareaba melodías sin sentido, encendiendo las alertas de Damian.

 Jaden, sé honesto conmigo. ¿Has tomado tu medicación regularmente...?  Damian intentó ponerse de pie, pero un mareo repentino lo hizo volver a sentarse. Observó su copa, comprendiendo lo que acababa de suceder... — Carajo...  susurró.

Tu Última Ex.CusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora