¹¹| 𝕮𝖔𝖓𝖘𝖈𝖎𝖊𝖓𝖙𝖊 𝖉𝖊 𝖓𝖚𝖊𝖛𝖔.

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" ¡𝖠𝗒, 𝗉𝗈𝖻𝗋𝖾 𝗇𝗂𝗇̃𝖺!¿𝗘𝗟 𝗦𝗘𝗟𝗞𝗜𝗘 𝗠𝗔𝗟𝗩𝗔𝗗𝗢𝗍𝖾 𝖺𝗌𝗎𝗌𝗍𝗈́? "

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" ¡𝖠𝗒, 𝗉𝗈𝖻𝗋𝖾 𝗇𝗂𝗇̃𝖺!
¿𝗘𝗟 𝗦𝗘𝗟𝗞𝗜𝗘 𝗠𝗔𝗟𝗩𝗔𝗗𝗢
𝗍𝖾 𝖺𝗌𝗎𝗌𝗍𝗈́? "

Abrí los ojos lentamente, parpadeando ante la luz suave. Por un momento, todo lo que pude ver fueron las sombras danzantes que proyectaban las velas en el techo. 

Luego, mi mirada se enfocó y vi a la señora Pomfrey, la enfermera de la escuela, moviéndose con eficiencia entre las camas.

La señora Pomfrey estaba inclinada sobre una bandeja de instrumentos brillantes, su varita en mano mientras conjuraba un hechizo tras otro, esterilizando cada pieza con meticulosidad. Sus ropas blancas impecables reflejaban su dedicación y la seriedad con la que tomaba su trabajo, asegurándose de que todo estuviera en perfecto orden para sus pacientes.

—Señora Pomfrey —mi voz era débil, pero la enfermera se giró al instante, su expresión de concentración cambió a una de alivio al verme despierta.

—Ah, querida, finalmente has despertado. Has tenido a toda la escuela preocupada —dijo la señora Pomfrey, acercándose a la cama con pasos rápidos.

Intenté sentarme, pero una oleada de mareo me obligó a recostarme de nuevo. La enfermera me puso una mano en el hombro, instándo a permanecer acostada.

—¿Qué... qué pasó? —pregunté. Mi mente aún estaba nublada por los restos del sueño y la oscuridad que había envuelto mi conciencia.

—Te desmayaste durante la prueba del Torneo de los Tres Magos. Pero no te preocupes, estás a salvo ahora —explicó la señora Pomfrey, revisando mi estado con su varita—.  Y parece que tu salvador fue nada menos que el joven Malfoy. Llegó justo a tiempo para traerte de vuelta.

La mención de Draco hizo que un millar de preguntas comenzaran a formarse en mi mente. Pero antes de que pudiera hablar, la puerta de la enfermería se abrió y una figura familiar entró en la habitación.

Era Draco, su expresión era una mezcla de preocupación y alivio. Se detuvo al pie de su cama, claramente incómodo pero tratando de mantener una fachada de indiferencia.

—¿Cómo te sientes?— preguntó, su voz baja.

Lo miró, todavía tratando de unir las piezas de mis recuerdos fragmentados y el sueño que había tenido.

—Confundida —admitió.— El último recuerdo que tengo es del lago... y luego oscuridad.

Draco asintió, mirando hacia otro lado por un momento antes de volver a encontrar su mirada.—Te desmayaste. No estabas respirando cuando te saqué del agua —dijo, y por un segundo, su máscara de frialdad se deslizó— No sabía qué más hacer, así que te traje aquí.

El rubio se paró al pie de mi cama, su postura era rígida y su expresión tensa. Intenté mirarlo de nuevo, para mostrarle mi gratitud en sus ojos, pero él desvió la mirada, buscando algo en la habitación en lo que enfocarse.

𝗦𝗘𝗥𝗘𝗡𝗗𝗜𝗣𝗜𝗧𝗬 | ᴅʀᴀᴄᴏ ᴍᴀʟғᴏʏ's ғᴀɴғɪᴄDonde viven las historias. Descúbrelo ahora