VIII

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Haerin se encontraba repitiendo por enésima vez las palabras de sus tarjetas. Caminaba por toda la sala de estar, en círculos. Su madre con su pareja aún no llegaban de sus trabajos, por lo que solo estaba Danielle sentada en el sillón, mirando como Haerin recitaba su proyecto, que por tercera vez que lo había logrado sin tartamudear.

Era un análisis completo de la película, colores, posiciones de cámara, la ropa, el para qué público iba dirigido y como se hizo para que ese público se interesara en la película. Danielle no debía de saber de sus clases para darse cuenta de que ese trabajo estaba muy bien hecho para alguien del primer año. Se notaba que Haerin había usado cada día del mes para hacer algo bien.

Haerin soltó un suspiro al terminar y miró a Danielle en espera que le diera alguna recomendación. Su novia parecía tener el debate más importante de su vida en su cabeza.

—¿Y si se te olvida todo eso?

—¿Qué?—Haerin se sentó a su lado y sin que quisiera, su voz había sonado llorosa.

—Me habías contado que en esa presentación fallaste porque entraste en pánico y se te olvidó todo. No me mires así que voy para un buen lado. Estaba pensando que la solución es tener un plan para cuando ese pase.

—Me dices que—no tenía ni el valor de decir el "No puedo"

—Quiero proponer que improvises—dijo quitándole las tarjetas—Ahí solo estarás tú, imagínate sola en una habitación blanca, no monologo, no tarjetas, no diapositivas, no compañeros, solo tú con lo que sabes de la película.

Haerin se tapó la boca del asombro y Danielle miró con claridad el cómo se sonrojaba ¿Cómo era posible que Danielle pudiera enamorarla cada día más? Su corazón se aceleró y le dieron ganas de llorar solo por lo feliz que estaba por estar con ella.

Se levantó del sillón y comenzó con la improvisación. Era la primera vez que lo hacía y falló unas cuantas veces. Danielle daba unos consejos que encontraba en internet. Se la pasaron toda la tarde en eso. Jennie y Rosé también le dieron consejos mientras cenaban. Haerin sonrió al darse cuenta de la situación. Ninguna dudaba si podía, estaban completamente convencidas que iba a poder aunque cayera un meteorito.

En el día del proyecto durmió más abrazada de Danielle de lo normal. Con la cabeza apoyada en su pecho para así escuchar el corazón calmado de su novia. Le calmaba pensar que ni siquiera estuviera nerviosa de que pudiera fallar.

—¿Todo bien?—le preguntó Niki cuando llegó.

—Solo un dolor de estómago—dijo Haerin que al sentarse abrió una pequeña bolsa con las gomitas ácidas que le regaló Danielle

—Yo ni pude dormir—dijo Hyein—Tuve toda clase de pesadilla. Hasta pensé en ir a tu casa para dormir contigo, ustedes siempre duermen bien cuando están juntas.

—¿Y por qué no llamaste a Hanni? Con lo buena que son para hablar, seguro hasta se te olvidaba el proyecto.

—No lo había pensado así, a la próxima la voy a llamar. Aunque no creo que hablemos mucho, sigo enojada con que salió con una tal Minji ¡Y no me aviso! Me importa muy poco su vida social, siempre y cuando me avise, que fui a su casa y fue incómodo no encontrarla.

—Dani dice que esas dos tienen buena química. 

—¡Ay dios! Llegó—gritó Hyein cuando entró el profesor.

—¿Quién quiere ser el primero?—preguntó el hombre y el único en levantar la mano fue Haerin

Niki se quedó confundido por eso, Hyein también. Haerin se levantó y preparó todo para presentarse. Niki tenía un caos con sus mariposas, Haerin tenía una tormenta controlable y Hyein tenía el huracán más grande de su vida.

Haerin respiró con dificultad al caminar hacia donde estaba sus diapositivas. Ya desde el primer momento la gente se preparó para escuchar algo muy bien hecho, la primera diapositiva ya demostraba que era un buen trabajo. Sin embargo, ella no pensaba en eso. Sus latidos eran tan fuertes que la mareaban. Se sentía como si estuviese girando y volando entre su caótica tormenta.

Y sabía que se le notaba su mal estado.

Sus compañeros susurrando, Niki mirando con miedo, el profesor negando con la cabeza y Hyein levantando su cuaderno que decía "Tú puedes" pero ella ya tenía la vista muy borrosa para leerlo. Se limpió sus manos temblorosas e hizo una reverencia para así comenzar oficialmente su trabajo.

Miró sus tarjetas, pero su vista le hacía parecer que estaban completamente en blanco. Las dejó sobre la mesa y con una voz temblorosa comenzó a hablar. Niki ya estaba listo para levantarse y distraer al profesor. Ya estaba listo para lo peor.

Sin dejar de hablar miró y para ella la pantalla no tenían ningún sentido. Era tan solo letras en movimientos con bonitos colores. Respiró hondo e hizo todo lo posible para imaginarse que estaba completamente sola.

"Improvisa" escuchó a Danielle y lo hizo cada vez tartamudeando menos. Tan solo mirando la pared blanca del fondo. Hyein miró con atención como su amiga demostraba que sabía mucho más de lo que debería y que realmente le apasionaba de lo que estaba hablando. Nunca había visto a Haerin hablar con tanto entusiasmo sobre algo, ni siquiera cuando estaba ebria hablando con Danielle sobre su película favorita.

Hablaba sobre las estrategias publicitarias, el impacto emocional de las escenas, de los colores de las escenas y de los pósters, de del impacto que querían dar mostrando el tráiler y el cómo lograron con la película. Todos escuchaban con atención y cuando terminó de hablar sobre el porqué los métodos de Disney ya no funcionaban como la conclusión del trabajo. Hyein fue la primera en aplaudir.

Haerin se apoyó en la pared. No sentía el alivio y satisfacción que esperaba tener, que había leído que se tenía. Se inclinó levemente y se despidió para salir del salón. Se trató calmar porque pudo hacerlo mucho mejor de lo que lo tenía planeado, pero eso también traía cosas malas. Ahora era la chica nerd que hizo que el resto de los trabajos se vieran peor por lo bueno que estaba. Ojalá no fuera la única que lo hizo con muchísimos detalles, pensó. Ojalá que nadie se enojara con ella.

"Eres una engreída" se imaginó a un compañero decir.

—Lo has hecho bien—escuchó a Niki y sintió como acariciaba su espalda—Pero trata de no hacerlo sola, si necesitas ayudas en cosas así, yo te puedo ayudar.

—No—dijo con más firmeza de lo planeado—No quiero que me ayudes—su tono demostraba enojo.

—No lo hago por pena, te quiero ayudar porque me gustas—sus mariposas festejaron sus palabras.

—Pero no necesito tu ayuda para vivir, o sea, no del tipo de ayuda que tú me propones. Me tratas como si no pudiera sola, como si te necesitara y eso es desagradable—respiró hondo, se sentía mal por tratarlo mal, pero su psicóloga le había aconsejado detener a la gente que la trate como antes. Necesitaba prevenir ser un espectáculo en una pecera—Yo sé que puedo, bueno, ahora lo sé.

—Perdón, puedo mejorar eso, pero por favor, déjame ayudarte. No miento cuanto digo que me gustas, me gustas mucho—dijo agarrando su mano, pero Haerin se lo apartó.

—Ya tengo a alguien que me ayude, alguien que me acompaña en mejorar.

—Pero.

—Tengo novia, Niki. Esa chica de la fiesta, ella es mi novia. Gracias a ella me hice amiga de Hyein y de Hanni, pude dejar de tartamudear, pude entrar a la universidad y gracias a ella pude dar esta presentación.

—Es una chica—susurró avergonzado—No puedo luchar si te gustan las chicas.

—Lo siento.

—No te preocupes, lo debí haberlo notado, esa chica te cuidó mucho esa noche y me aconsejó para ser tu amigo. Fue culpa mía por haberme aprovechado de la situación. Pero ¿Seguimos siendo amigos?—Haerin miró como ofrecía su mano.

—Con una condición.

—No volveré a decir que no puedes, lo prometo.

—Yo iba a decir que no me hables cada vez que puedas, ni Hyein hace eso, es incómodo.

Ambos juntaron sus manos.

—Amigos—susurró Niki y sintió como todas sus mariposas se iban de su cuerpo.  

Attention [Daerin]Where stories live. Discover now