¿Alguna vez te has enamorado?
No, no hablo de ese amor cursi de adolescentes de 15 años, no, hablo de un amor enfermizo, donde harías lo que fuera por esa persona. Un "amor" que está muy lejos de ser el de un cuento de princesas de Disney.
⚠️ADVERTE...
Luego de otro día de trabajo agotador y monótono, Sasuke y Sakura se disponían a marcharse al apartamento que compartían en uno de los barrios más cómodos de la ciudad. Los viajes en auto solían ser bastante tranquilos, tenían conversaciones propias de ellos, algunas que otras risas, al igual uno que otro comentario lujurioso por parte de alguno y de vez en cuando se aparcaban a un lado de la carretera en medio del frondoso bosque y tenían sexo en el auto.
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—Tengo hambre— Contó Sakura sin despegar su vista de la ventana en el asiento del copiloto.
—¿Cómo qué te gustaría cenar?— Preguntó el azabache sin despegar la vista del oscuro camino que se abría paso entre aquellos grandes árboles.
—Mmmm, aún no lo sé, pero no quiero ir a un restaurante, estoy cansada de estar sentada, quiero comer en casa.— Habló la pelirrosa, una vez más, sin voltear a verlo.
—De acuerdo, debería ordenar ya para que lo vayan preparando y cuando lleguemos, pasamos por la comida y nos vamos directo a casa, ¿te parece bien?— Propuso el azabache, mientras sacaba el teléfono y le daba una mirada.
—¿No es mejor orillarse? Podrías atropellar a alguien si no mantienes los ojos puestos en el camino.— Aconsejó la chica mientras volteaba a verlo con una sonrisa juguetona.
El azabache volteó a verla con una sonrisa de boca cerrada. —¿Y eso nos importa?
No, la verdad era que no, poco les importaba arrollar a alguien en esta solitaria y lejana carretera. De todas formas, si atropellaban a alguien o algo, los animales carroñeros terminarían comiéndose el cadáver antes de que alguien lo encontrara y la ausencia de cámaras no dejaría evidencias.
—Bueno, conduce como te de la gana.— Dijo para luego reclinarse en el asiento mientras cerraba los ojos. —¿Naruto ya te envió el reporte de reclusos seleccionados para las alteraciones?
—No, aún no. De hecho, no he tenido contacto con él desde hace tres días.-—La voz de Sasuke se tornó fría. Al azabache no les gustaba la falta de comunicación, y estaba enojado con Naruto por eso, pero no tanto como para tomarse la molestia de ir personalmente al reformatorio M y preguntarle cara cara que coño estaba pasando con los reportes semanales de la situación de los reclusos.