💋~ 30/04: Último beso/Despedida.

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El silencio inundó la habitación solo un segundo antes de que el rey de Solase mirara con furia al monarca de Las Tierras del Reino.

—Te pedí que no hubiera precances con mi hija. ¡Y lo primero que haces es permitir que tu hijo se acerque a ella!

Kion apretó con fuerza el débil cuerpo de su novia, mirando la discusión entre ambos reyes.

—Hay una confusión —intentó razonar el rey Simba—. No creo que estemos al tanto de la situación en cuestión, además...

—¡Me importa un comino si casi se ahoga por su negligencia! Solo accedí a que viniera a este horrible lugar porque me prometieron que iba a aceptar su compromiso.

Espera, ¿qué?

Los ojos de Kion se clavaron en el joven apuesto a un lado del rey de Solase. Tenía un porte engreído y una sonrisa victoriosa, como si supiera que recibiría un premio.

Kion lo odió en ese instante al comprender lo que estaba pasando. Giró hacia Fuli y ella lo miraba a él con lágrimas en sus orbes esmeraldas, en una súplica silenciosa. Kion quiso hacer trizas todo cuanto estuviera a su alcance.

Su padre, Simba, miró a ambos jóvenes y una mueca de tristeza se instaló en su rostro. No era un rey viendo a sus súbditos, era un padre que entendía el dolor que los embargaba.

—Nunca estuve de acuerdo con eso. La princesa Fuli tiene el derecho de casarse con quien ella desee. No es un premio que alguien deba ganar —Simba cuadró los hombros y miró al rey de Solase con esa autoridad que él tenía sobre su territorio—. Y mi hijo no tiene la culpa de que ustedes hayan escondido su retorcido acuerdo.

El padre de Fuli iba a refutar, ya estaba rojo de la rabia, pero una voz quebrada y frágil se escuchó como suave susurro.

—Es mi culpa.

Todos voltearon a ver a la princesa. Fuli contenía las lágrimas, pero frunció el ceño ante su padre.

—Yo quise escapar, yo decidí irme de Solase un tiempo para evitar que ese compromiso se hiciera —Fuli miró a Kion y le tocó una de sus mejillas. Su susurro solo lo escuchó el príncipe—. Mentí por las razones de mi visita, en realidad no estaba aburrida en mi castillo, solo quería huir de él.

Kion miró entonces al joven, y comprendió.

El príncipe Azaad. Líder de los mercaderes más prestigiosos en joyería real. Su reino se ubicaba al norte, en las montañas, y su producción de esmeraldas y rubíes era bien conocido por todo el continente. También era el heredero al trono y uno de los dolores de cabeza más grandes del planeta.

Kion lo conoció cuando eran unos niños. Y siempre lo detestó, se creía la gran cosa solo por vender piedras preciosas. Pero era un imbécil total, uno que se acostaba con una mujer diferente cada noche. No podía creer que tuviera que casarse con Fuli. No, de ninguna manera.

El rey de Solase dio un paso hacia la cama, y apuntó con un dedo hacia su hija.

—Prometiste que luego de tus vacaciones aceptarías el compromiso y lo anunciaríamos al mundo, niña ingrata.

Fuli no dejó de acariciar la mejilla de su novio.

—Lo hice —desvió la mirada hacia el rey—. Pero, padre, me he enamorado del príncipe Kion. Si tanto quieres una boda, que sea con el hombre que amo.

El corazón de Kion pudo haberse detenido en ese presciso instante. Un calor agradable se instaló en sus mejillas y deseó poder besarla otra vez.

—De ninguna manera —protestó el rey, cruzándose de brazos—. Ya los acuerdos están hechos. Te vas a casar con Azaad, y punto.

Kion quería golpear a su suegro. Bien fuerte.

—¿Todo por un puñado de joyas? Papá, ¿en serio me vas a vender por algo así?

—Lo recibido es solo un añadido, hija mía. Sabías a qué te enfrentarías una vez cumplieras la mayoría de edad —Fuli iba a protestar, pero su padre se le adelantó—. Si no piensas aceptar por las buenas, entonces será por las malas.

El terror en la cara de Fuli le dijo a Kion que su padre era capaz de cualquier cosa.

—Padre, no puedes hacer eso.

—Puedo, y lo haré. Invertí mucho en ti para que se desperdicie en alguien que ni siquiera será rey un día.

Suficiente. Kion ya no podía contenerse más.

Se levantó con cuidado de la cama, dejando a Fuli bien cubierta por la sábado y su túnica. Y se plantó delante del rey.

—No permitiré que este matrimonio suceda. Si la princesa Fuli desea ser feliz, eso es lo que debería de importarle a usted. Es su padre, no su dueño.

El rey solo sonrió.

—Cuando llegues a mi edad, comprenderás muchas cosas, muchacho. Por ahora, mi hija se viene conmigo.

No advirtió el centenar de guardias que entró por la habitación. Levantaron a Fuli de su cama aunque ella forcejeó, aprisionaron a Kion y su familia y a todos los que estaban ahí. Luego el rey hizo un gesto con su mano y el mundo de Kion se oscureció.

~💋~

El príncipe despertó en el suelo de la habitación de Fuli. A su lado, su padre ya se levantaba y ordenaba a todos aus guardias a que fueran tras el rey. Era un completo caos, en especial porque invadir su castillo era algo malo. Muy malo.

Podría avecinarse una guerra.

Pero Kion solo salió corriendo de allí. Rogando porque no fueran muy lejos. Por los pasillos, todo el personal parecía noqueado. Oh, por todos los dioses.

Kion salió del castillo y ahí encontró el carruaje donde la princesa llegó por primera vez sin que él pensara que se fueran a enamorar.

Fuli aporraba la ventana del carruaje con fuerza. Y se escuchaban sus pedidos de ayuda. Kion fue hacia ella.

Abrió la puerta de un tirón y Fuli cayó a sus brazos. La sostuvo fuerte y ella lo abrazó por última vez.

—Lo lamento, lo lamento... —susurraba, aterrada por lo que su padre estaba haciendo.

—Shh —Kion la tranquilizó—. Esto no se va a quedar así, princesa. Yo mismo iré a tu reino y detendré todo esto. Lo prometo.

Fuli se despegó de su abrazo y besó a Kion con ferocidad. Transmitiéndole todo su amor una última vez.

Kion le correspondió, pero alguien lo jaló de su camisa y lo arrancó del calor de su amada. Era un guardia del rey de Solase. Fuli lo miró aterrada mientras la ataban denteo, intentaba soltarse, pero ellos eran muy fuertes.

Así que miró a su príncipe de cabellos rojizos y gemas doradas y le gritó:

—Te amo.

Y el mundo de Kion volvió a teñirse de negro.

~💋~

¡Ha llegado el final! Y no, no tendrá continuación.

Ha culminado el reto Kisspril. Fue una experiencia nueva para mí, ya entendí que los drabbles no son mi fuerte. Peroo, creo que no es mala idea probar de vez en cuando.

Gracias a todos por leer. Nos vemos prontito en otro proyecto. 🫣

Besos, Vee.

KISSPRIL | Kiuli Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang