Capítulo 25.- Rebasando los límites

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Dos semanas, aproximadamente, pasarían desde entonces, volviendo de nuevo al Lunes. Durante ese tiempo, no volvió a surgir algún imprevisto entre Anya y Rebeca. No obstante, esta no dejó de mirar a Anya de muy mala manera cada que podía, estuvieran o no estuvieran en medio de una clase.

Cada que Anya volteaba a verla, Rebeca la estaba viendo con una mirada de odio intenso.

Y aunque Anya seguía sin poder leer en ella algún pensamiento que le explicara el porqué de que la odiara tanto, ella ya se estaba cansando de esa actitud injustificada que tenía Rebeca contra ella.

Lo único que podía leer en ella eran insultos, y eso de nada la servía, más allá que para hacerla enojar.

Ella estaba segura de no haberle hecho nada, así que no entendía porqué la odiaba tanto.

Supuso que no le quedaba de otra más que resignarse y aprender a lidiar con el odio desmedido que Rebeca tenía por ella.

Sin embargo... las cosas estaban a un paso de complicarse muchísimo más.

Y nada podría preparar a Anya para lo que estaba por venir.

Pese a que Rebeca llevaba apenas dos semanas en la escuela, dicha escuela había empezado su periodo de clases desde hacía ya dos meses y medio, por lo tanto, ya venía siendo hora...

Hora de una tanda de exámenes.

>Niños, levántense, vamos a realizar el cambio de asientos de hoy.

Y entonces todos los estudiantes se levantarían de sus mesas y se acercarían a la maestra para seguir sus indicaciones.

Pasados un par de minutos, ya cada quien tenía asignado su asiento del día.

Y para mala suerte de Anya, le había tocado con Rebeca.

La última vez que le había tocado sentarse con ella, fue precisamente el primer día que ella llegó a la escuela y se presentó en la clase.

* Ahg, ¿Por qué? No puede ser, ¿Por qué con ella...? * - Pensaba Anya.

Ya habiéndose sentado junto a su examiga en aquella mesa, y estando igualmente todos sentados en sus respectivas mesas, Isabella les explicaría entonces las reglas del examen.

>Supongo que están al tanto de que el día de hoy tenemos examen. Espero que hayan estudiado mucho y que se hayan aprendido lo que hemos estado viendo en clase. Pasaré con cada quien a entregarle su hoja. Está prohibido hablar durante el examen, y mucho menos está permitido copiar. Les daré una hora para que contesten todo. En caso de que terminen antes, levanten la mano, y pasaré a sus mesas a recoger sus exámenes. Pueden pedir permiso en caso de que necesiten salir al baño, o de que necesiten algún borrador o lápiz. Eso sería todo. Tómenselo con calma, les deseo mucha suerte.

Y dicho y hecho, les hizo llegar la hoja del examen a todos sus alumnos, para posteriormente volver a su escritorio y sentarse.

>Pueden empezar.

Y aunque algunos estaban nerviosos, otros confiados, otros con sueño y, otros, de plano, asustados, todos y cada uno leerían la primera pregunta y empezaría a escribir sus respuestas, para pasar a la siguiente y así seguir.

El examen en cuestión, tenía tanto preguntas abiertas, como preguntas de opción múltiple.

Y a Anya no se le estaba haciendo muy difícil. Se sentía agradecida con su padre, por haberse ofrecido a ayudarle a estudiar los últimos días. Gracias a esto, tenía fe de que le iría bien.

Y mientras tanto, Rebeca estaba concentrada en lo suyo, contestando igualmente las preguntas, con bastante calma.

Sin embargo... Anya se dio cuenta de algo de inmediato.

SPY X FAMILY - ¿HACE FALTA DECIRLO CON PALABRAS?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora