Charlotte Elliot el mayor karma de un mafioso, es su pequeño castigo disfrazado de angel y una chica demasiado difícil para el líder de la mafia.
El pago de una apuesta ganada.
El amor no se conoce como nos lo pintan en las novelas, aveces un cruce...
— porque eres mi secretaria y me vas a acompañar a cerrar unos negocios- sonrió.
— yo no tengo nada que ver en tus negocios ilegales.
— ¿A no?
— no
— solo acompáñame y ya, ponte algo bonito.
— está bien- suspire- ¿Que lugar?
— un bar- sonrió con malicia.
— ¿Un bar?
— si.
— ¿Por qué un bar, no es mejor una oficina privada o algo así?
— los mejores negocios se cierran en un bar, ahora ve y ponte algo bonito.
Me fui a mi habitación a ponerme algo para ir.
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— te ves hermosa- sus mejillas estaban un poco rojas.
— gracias... Supongo- acomode el vestido.
Un vestido negro, pegado a mi cuerpo, mi cabello suelto y un con poco de maquillaje.
— vámonos.
Salimos de la mansión al estacionamiento donde había unos de sus hombres encargados de su seguridad.
Leon, abrió la puerta del auto, negro y lujoso.
— entren.
Entre al auto y me senté a un lado de la ventana.
— no abras la ventana- se sentó a un lado mío.
— bueno.
Los hombres que lo acompañaban, dos al frente con Leon de piloto, tres atras en otro auto.
— Charlotte, no me llames por mi nombre.
— entendido- iba viendo los edificios iluminados.
— y tampoco a ti te llamaré por tu nombre.
— ¿Cómo entonces?- lo ví.
— no se- pensó en algo- algo se me ocurrirá después.
— bueno.
— no te preocupes, no te pasará nada.
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Entramos al bar y sus hombres lo escoltaron hasta la sona VIP donde lo estaban esperando unos hombres vestidos formalmente con trajes negros y con hombres armados al rededor.
Estaba nerviosa.
— León, bienvenido- se levantó y lo saludo con un apretón de manos.
— gracias por venir, patrón.
Se sentaron y a Lucas le dieron un vaso con alguna bebida.
Los hombres me vieron mientras me sentaba a un lado.
— ¿Quien es tu acompañante... León?
— mi secretaria- dejo el vaso.
Los hombres lo vieron con incredulidad cómo si no le creyeran lo que el decía.
Comenzaron a hablar de sus negocios, algo sobre algunas armas y drogas, futuros negocios y algunas otras cosas sin sentido.
Solo veía a mi alrededor viendo cualquier cosa aunque solo había personas tomando y bailando, unos sentados viendo un show de strippers en medio del bar.
— ¿Vamos por unas?
Voltee a ver a uno de los hombres el cual había dicho eso, los otros estuvieron de acuerdo menos Lucas, milagro.
Los hombres de despidieron y se fueron al ver el show.
<<¿Por qué les gustan esas cosas?>>
— ¿Y tú?
— ¿Eh?- se acabó su bebida y me vio a los ojos.
— ¿Tu no vas a ir?
— no, a mí no me gusta ir con ella- se sirvió más de la bebida- me gusta respetar a las damas.